Canibalismo jacobino
“Restif de la Bretonne, quizá el más agudo e informado observador del París revolucionario, presenció las matanzas. Quedó horrorizado por lo que vio e intentó convencerse a sí mismo que los caníbales no eran habitantes de su amada ciudad”
Servando Rocha 1
Un hombre camina por la calle Medellín, en la colonia Roma, ha comprado pan. Se detiene en un puesto de comida para llevar quesadillas. Cuando el hombre retoma su andar, una combi se le empareja, abre su puerta trasera y se escucha a una mujer gritar: ¡cuidado, escápate! Al instante tres sujetos descienden del vehículo para obligarlo a subir, pero él se resiste. Entonces los agresores disparan sus armas. El hombre se desploma, la combi arranca y lo atropella. 2
Así fue ejecutado Napoleón Glockner, militante de las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN), el 5 de noviembre de 1976, en la ciudad de México.
Aquel día también fue ajusticiada su compañera de organización y pareja afectiva, Nora Rivera. Poco antes, ésta fue secuestrada y retenida en la combi, de modo que presenció el asesinato de Napoleón. Fue ella quien advirtió a gritos que escapara. Nora estaba embarazada, a pesar de eso fue torturada, estrangulada y la remataron con un tiro en la frente. Así describe la escena un familiar que accede al vehículo incautado:
«Delante de mí quitaron los sellos a la camioneta y me hicieron subir. Estaba toda manchada de sangre […] El cuerpo de Nora tenía un lazo de cortina en el cuello, quemaduras y golpes en distintas partes. Se le veía su pancita, por su embarazo de pocos meses» 3
Por mucho tiempo se consideró que ambos crímenes fueron perpetrados por el aparato de seguridad del Estado, sin embargo, fue la guerrilla quien asesinó a sus propios militantes, pues los consideraba traidores por revelar información a la policía tras ser sometidos a torturas. Éste comunicado lo confirma:
«El cinco de noviembre pasado, militantes de las Fuerzas de Liberación Nacional ajusticiaron a Napoleón Glockner y Nora Rivera, que en el año de 1974 denunciaron el sitio donde se encontraba la Casa de Seguridad Central de nuestra Organización, en Nepantla, Estado de México […] Martín y Ana […] en el mes de noviembre de 1974 son reincorporados a las filas profesionales de las FLN […] Identificaron ellos las voces de Napoleón Glockner y Nora Rivera cuando conduciendo a los enemigos pidieron la rendición de nuestros compañeros. Así mismo el traidor Napoleón Glockner denunció a los compañeros urbanos que por su carácter dentro de la Organización conocía, según informes obtenidos por las FLN y un informe oficial que obra en nuestro poder […]
A partir de la orden de nuestra Dirección Nacional, de proceder a la localización, aprehensión y ejecución de los traidores, se iniciaron los procedimientos para lograrlo. […] Cumplidos los anteriores procedimientos por cuadros urbanos no profesionales –de las EYOL-, obtenidos los sitios de trabajo, de vivienda, horarios y tipo de actividad de los traidores, se estrechó la vigilancia sobre ellos para lograr su captura. El conocimiento que Napoleón Glockner tenía de nuestras prácticas de seguridad, seguimiento y demás normas y medidas, hacía más difícil su captura. Por lo mismo se aceptó la alternativa de ejecución en el lugar si oponía resistencia y no se lograba su reducción.
Operación: Distribuidos los compañeros profesionales y equipos en los sitios escogidos y garantizando en todo momento la seguridad, el poder de fuego y la retirada de quienes participarían, se procedió a detener a los traidores. Nora Rivera pudo ser aprehendida y sometida y Napoléon Glockner inició una resistencia que implicó su ejecución en el lugar, procedimiento que se realizó utilizando una pistola calibre 22 a la que previamente se adaptó un silenciador (producido por la organización), retirándose los compañeros con Nora Rivera, a bordo de un vehículo Combi VW alquilado. Por haber ocurrido una falla eléctrica en el sector donde se realizó la acción, se produjo un “embotellamiento” de vehículos en la zona, que implicó la necesidad, procediendo antes a la ejecución de Nora, de abandonar el vehículo. […]»
Comandante Alfredo. Comunicado confidencial a todos los militantes de las FLN, México, 1976 4
Éste caso está ligado al nacimiento del EZLN, pues los victimarios, poco después de las ejecuciones, se trasladan a Chiapas donde fundan el núcleo guerrillero zapatista.
Mas no se piense que se trata de un hecho aislado. El leninismo armado impuso normas severas a su militancia, quebrantarlas se consideraba una traición, de modo que cualquier integrante de la organización corría el riego de ser eliminado. Fue así que se instituyeron purgas para depurar de indeseables a la estructura guerrillera. Justo como lo expresan sus publicaciones:
«Como ha ocurrido en todo proceso revolucionario, se colaron en nuestras filas elementos aventureros e inmaduros, que al sentir el rigor de una disciplina por conciencia y la seriedad de un compromiso con el pueblo, desertaron, huyeron poniendo en peligro a varios compañeros –tanto profesionales como urbanos- pues si voluntariamente renegaban de sus ideas revolucionarias, no era difícil que pusieran en manos del enemigo los conocimientos que tenían sobre la organización, convirtiéndose en traidores y delatores, por lo que hubo que proceder a su localización y ejecución, con el fin de preservar la seguridad de los demás compañeros»
Nepantla. Órgano de agitación y comunicación interna de las FLN. N°29 5
Aquellos considerados enemigos no sólo eran cazados, sino desaparecidos. La guerrilla cometió desapariciones forzadas contra su propia militancia. El caso Blaisten es emblemático:
El argentino Eduardo Blaisten fue estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México, activo durante la huelga de 1968. Comienza a colaborar en las FLN tras la represión al movimiento. Pasa a la clandestinidad luego que la policía lo ubica. Desde el año de 1971 se ignora su paradero. Todo indica que sus compañeros de armas lo asesinaron y desaparecieron su cadáver. Al parecer, Blaisten pretendía abandonar la guerrilla por discrepar con la dirigencia.
A través de un comunicado, el comandante Manuel informa del crimen:
«Tras detenerlo se procedió a desarmarlo y posteriormente ejecutarlo, por violaciones graves a la disciplina y desmoralización, comisión llevada a cabo por nuestros militantes con toda seguridad, en forma humanitaria y sepultado en un lugar conocido sólo por los integrantes de dicha comisión»
Comunicado confidencial a todos los militantes de las Fuerzas de Liberación Nacional, 6 de agosto de 1971 6
No fue un caso aislado. En 1974, expedicionarios guerrilleros se adentran en la Selva Lacandona. En la montaña las tensiones aumentan, al igual que las víctimas. El siguiente testimonio da cuenta del asesinato y desaparición de un sobreviviente en Nepantla:
«Nosotros creíamos que la policía había dejado al “Babuchas” en libertad para infiltrarnos. En una ocasión, mientras el “Babuchas” estaba asomándose a una cueva, “Abelardo” creyó escuchar que cortaba cartucho a nuestras espaldas para matarnos y cuando éste volteó le disparó en el estómago, mientras que el “Babuchas” alcanzó a dispararle en un dedo. No pudimos evitar que se desangrara ahí mismo. Lo enterramos en la cavidad de un árbol […]»
“Ramón” ex-militante de las FLN 7
Rápidamente, la violencia fratricida se hace habitual, de modo que no había necesidad de quebrantar algún ordenamiento para ser eliminado, bastaba con tener discapacidad. Así ocurrió con un líder estudiantil, que fue incorporado al núcleo armado, al que ejecutan y desaparecen tan sólo por ser parapléjico:
«Por indiscreciones de un compañero me enteré de que a un muchacho llamado “Sebastián”, que no podía caminar, lo habían dormido porque no lo podían traer a Villahermosa. Me di cuenta de que la organización mataba a la gente que no le servía, así que decidí darme a la fuga, ahí mismo en la selva, sin que se dieran cuenta»
“Ramón” ex-militante de las FLN 8
Tales desapariciones expresan canibalismo jacobino, ya que el poder revolucionario se nutre con los cadáveres de su propia gente.
Con el paso del tiempo los ajusticiamientos continuaron implacables. La clandestinidad extrema vuelve intolerable la vida dentro de la organización, incrementándose las deserciones, la insubordinación y las rupturas. Por eso, en los años 70 y 80, las muertes no cesaron, ya fuera en enfrentamientos con el enemigo o a manos de sus compañeros. 9
Ante la dificultad para disciplinar a la militancia, en 1980 se reglamenta la vida interna a través de Los Estatutos de las FLN 10. Se trata de normas que instauran una estructura burocrática con jerarquía militar inflexible. Ahí se definen como marxistas-leninistas cuyo objetivo es tomar el poder para establecer una república popular socialista, mediante la violencia revolucionaria.
Dichos Estatutos están compuestos por capítulos. De estos, el dedicado a la disciplina es el décimo, y se titula “De las faltas y las penas”. Ahí se especifican las faltas graves: Incumplir deberes de militante, desertar, traicionar, delatar “así sea bajo engaño, amenaza o tortura de cualquier índole”, insubordinarse, el fraccionalismo, desmoralizar, desobedecer, huir de combate, abandonar heridos o pertenencias de la organización, el informismo, faltar al respeto, calumniar, amenazar compañeros, no hacer guardia, no cuidar armas o bienes de la organización, usar dinero sin permiso, tomar alcohol o drogas, tener o invitar a tener relaciones sexuales sin autorización superior, la mentira u ocultar información, provocar accidentes o comprometer la seguridad por imprudencia, el machismo, el feminismo o atentar contra personas del pueblo trabajador “que no colaboren con el enemigo”. Estas faltas podían castigarse con la muerte.
Es así como se funda una autocracia de carácter militar, con moral retrógrada, enemiga de la individualidad y carente de empatía.
Significativo que el diseño del proyecto neozapatismo se encuentre en unos estatutos sanguinarios que marcan su destino.
No obstante, el EZLN pretende negar su pasado. Así lo ha manifestado el subcomandante Marcos, al deslindarse de la necrofagia bolchevique, aduciendo que él no militaba en las FLN cuando sucedieron los ajusticiamientos. 11
De nueva cuenta, la realidad demuestra la falsedad en los dichos de Marcos, pues los fusilamientos prosiguieron inalterados durante su mandato, al grado de ocasionar una masacre entre su base social. Aunque eso será abordado en la siguiente entrega.
[Continuará]
NEL
Notas
1. La cita hace referencia al Terror del gobierno jacobino, en 1792. Del libro La Facción Caníbal. Historia del vandalismo ilustrado. Servando Rocha. La Felguera Ediciones. 2012.
2. Descripción del asesinato en base a datos del libro Veinte de cobre. Memoria de la clandestinidad. Fritz Glockner. Editorial Planeta. México. 2010.
3. Del reportaje Minerva Glockner, testigo de primera linea. Carlos Marín. Revista Proceso. Número 980. 13 de Agosto 1996.
4. Comunicado confidencial a todos los militantes de las FLN, México, 1976. Archivo General de la Nación, Dirección Federal de Seguridad, Expediente 009-011-005, H-55-57, 9-X-80.
Citado en el libro El suspiro del silencio. De la reconstrucción de las Fuerzas de Liberación Nacional a la fundación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (1974-1983) Adela Cedillo. México, D.F., Ciudad Universitaria, Noviembre de 2010. https://repositorio.unam.mx/contenidos/ficha/el-suspiro-del-silencio-de-la-reconstruccion-de-las-fuerzas-de-liberacion-nacional-a-la-fundacion-del-ejercito-zapatis-372586
5. “Nuestra Historia”, Nepantla, órgano de agitación y comunicación interna de las FLN, no. 9, año 2, México, 15 de marzo de 1980, p. 12. Archivo General de la Nación, Dirección Federal de Seguridad, Expediente 009-011-005, 4 de junio de 1980.
Citado en el libro El fuego y el silencio. Historia de las Fuerzas de Liberación Nacional mexicanas (1969-1974). Adela Cedillo. México, D.F., Ciudad Universitaria, 2008. https://repositorio.unam.mx/contenidos/ficha/el-fuego-y-el-silencio-historia-de-las-fuerzas-de-liberacion-nacional-mexicanas-1969-1974-354890
6. Comunicado confidencial a todos los militantes de las Fuerzas de Liberación Nacional, 6 de agosto de 1971. Archivo General de la Nación, Dirección Federal de Seguridad, Expediente 11-212-74, L-11, H-35.
Citado en el libro El fuego y el silencio. Historia de las Fuerzas de Liberación Nacional mexicanas (1969-1974). Adela Cedillo …
7. Raúl Sergio Morales Villarreal, conocido como Martín o Babuchas, fue asesinado y desaparecido en la localidad chiapaneca de Yaxoquintelá.
“Entrevista con “Ramón”, 4 de enero de 2004. Citada en el libro El suspiro del silencio. De la reconstrucción de las Fuerzas de Liberación Nacional a la fundación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (1974-1983) Adela Cedillo …
8. Sebastián era el pseudónimo de Rafael Vidal Jesús, quien había sido dirigente estudiantil de Villahermosa y que utilizaba muletas.
Entrevista con “Ramón”, 4 de enero de 2004. Citada en el libro El suspiro del silencio. De la reconstrucción de las Fuerzas de Liberación Nacional a la fundación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (1974-1983) Adela Cedillo …
9. Algunos casos dignos de mención:
Urbano, militante de las FLN, logra renunciar sin ser asesinado, aunque poco después es aprehendido por la policía, en lo que parece ser una delación de sus ex-camaradas. Actualmente se encuentra desaparecido. (Coatzacoalcos, 1977).
El comandante Ismael es asesinado por sus subalternos para así poder fugarse. (Macuspana, 1980).
Respecto a la obligación de sacrificar la vida ante una inminente captura, están los sucesos de Tabasco (1975) y de Puebla (1983), donde guerrilleros cercados por soldados se niegan a rendirse y pelean hasta ser abatidos. No tenían opción, de ser capturados les esperaba una muerte horrenda a manos del ejército, y si acaso sobrevivían, sus compañeros los matarían por considerarles delatores.
Con información del libro El suspiro del silencio. De la reconstrucción de las Fuerzas de Liberación Nacional a la fundación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (1974-1983) Adela Cedillo …
10. “Estatutos de las FLN”, 27 de noviembre de 1980. Archivo General de la Nación, Dirección Federal de Seguridad, Expediente 009-011-005, L-1, H-115, p. 2.
Citados en el libro El suspiro del silencio. De la reconstrucción de las Fuerzas de Liberación Nacional a la fundación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (1974-1983). Adela Cedillo …
11. Durante una entrevista, Marcos declaró ignorar lo referente a las ejecuciones, señalando que habría de preguntar a los viejos militantes.
El sueño zapatista. Entrevistas con el Subcomandante Marcos, el mayor Moisés y el comandante Tacho, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Yvon Le Bot. Barcelona, Plaza y Janés, 1997.