EZLN, Disneylandia en el sureste mexicano (Parte 4)

Conservadurismo detrás del pasamontañas

«Mi mamá me lo dijo; cuando nazca el bebé mátalo, porque si te atreviste a embarazarte sin tener pareja, quiere decir que tienes la capacidad de hacer muchas más cosas.»
Mujer tsotsil a

Un efecto ligado a la algarada zapatista del 94 (y a la posterior contrainsurgencia) fue la alteración de la cotidianidad comunal en Chiapas, que derivó en un notorio incremento de embarazos no consentidos. Fue así que, jóvenes indígenas se vieron obligadas a refugiarse en San Cristóbal de las Casas, escapando de las violencias que, los usos y costumbres locales, imponen a las maternidades fuera del matrimonio. De modo que, a partir de 1995, aquella ciudad presenció horrorizada como en la vía pública eran abandonados gran cantidad de recién nacidos, además del hallazgo de nonatos desechados en basureros. b

La tradición nativa es inflexible; solo se admite la gestación dentro de uniones aprobadas por la comunidad, sin importar que muchas veces sean casamientos forzados con menores de edad. Así que los embarazos fuera del matrimonio se consideran una deshonra familiar que puede llevar al asesinato de la mujer y del neonato. En tales casos, para salvar la vida, las madres obligan a sus hijas a dejar la comunidad y ocultar cualquier rastro de gestación ante el riesgo de que sean asesinadas por los varones de la familia. c

Aquí se aprecia como en las comunidades impera un mandato patriarcal que somete a violencias extremas a quienes no se ajustan al orden social.

A propósito de esto, vale la pena averiguar si entre las bases del EZLN persisten tales violencias. Pese a la clandestinidad que el agrupamiento mantiene, existen elementos reveladores.

Un acontecimiento esclarecedor lo cuenta la insurgente Margarita; según su testimonio, estando instalada en un campamento guerrillero contrae matrimonio (por “leyes revolucionarias”) y se embaraza. Su estado de gravidez ocasiona que sea expulsada del EZLN, además su esposo se desentiende de ella y de su hijo. Margarita se ve obligada a volver a su comunidad, pero es rechazada:

«Cuando llegué a mi casa, mi papá no me recibió, allá la costumbre es que si nadie ha pagado por la mujer y cumplido con la costumbre, pues no están casados. Yo ya no valía, nadie me iba a recoger con un hijo. Vaya, se aceptaba hasta que el muchacho no hubiera dado los regalos y que se jalara a la muchacha; en esos casos después puede haber un arreglo; pero no se podía aceptar que yo llegara con semejante panza y sin marido, la gente no iba a estar de acuerdo. Mi papá le pidió a mi mamá que me fuera a dejar con mi abuela a otra comunidad. […] Pasé unos dos años con mi abuela, pero casi no teníamos nada que comer» d

Este testimonio revela que, dentro del neozapatismo, los usos y costumbres se corresponden con la tradición que violenta mujeres; señala que las mujeres son vendidas, acepta la normalización de uniones forzadas (jalarse a la muchacha), y confirma que a las mujeres solteras que procrean se les repudia, además de que son castigadas con el destierro y el abandono.

Del mismo modo, el aborto está desaprobado en las comunidades zapatistas. Eso cuenta la mayor Ana María:

«El aborto es un tema que no discutimos ni se menciona para nada. Hay una creencia de que no debe haber aborto: sería tocar una tradición.[…] Ahora no se permite en las comunidades, se sanciona, le aplican un castigo a la que lo hacee

El testimonio de la insurgente Maribel lo reafirma:

«Aquí en las comunidades no existe eso [aborto]. […] La religión prohíbe el aborto. Eso saben algunas compañeras, que no se puede abortar. […] Los hijos que dios nos mande, esos vamos a tener» f

Es indiscutible que el EZLN mantiene un rancio tradicionalismo que niega libertades elementales e impone sanciones atroces. Así, al condenar embarazos fuera del matrimonio y proscribiendo el aborto, los “rebeldes” chiapanecos se instalan del lado de la reacción.

A pesar de que a las zapatistas las gobierna el dogmatismo, existen individualidades en discordancia, como Maribel. Ella fue cuestionada, durante una entrevista, respecto a la libre interrupción del embarazo, y en relación a que en la Ley Revolucionaria de Mujeres no exista el derecho al aborto. Esto fue lo que respondió:

«Nosotras somos libres si queremos abortar. Pues igual, sí se necesita que nos atiendan, por si no queremos tener un niño. Es uno libre para decidirlo, y no debe ser un delito, creo yo, lo que decida la mujer, eso se debe de hacer. No nos pueden obligar tampoco, ¡tenlo, tenlo!, si no lo puede atender o no le gusta. Muchas compañeras quizá hagan así o piensen así. Por eso veo importante que eso lo decida la mujer. Y yo pienso que sí, que debe haber un hospital donde atiendan eso. Yo creo que es una injusticia que no haya, y que no lo hagan, y que eso traiga riesgos en la vida de la mujer» g

Hace cerca de 30 años, esta insurgente zapatista expresó malestar ante los impedimentos para que las mujeres aborten. Actualmente, la Ley Revolucionaria de Mujeres sigue sin reconocer la capacidad de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. Tampoco el sistema de salud autónomo cuenta con clínicas donde interrumpir un embarazo. Definitivamente, el EZLN impide la autodeterminación de las mujeres, obedeciendo a los dictados del catolicismo.

Para cerrar, se desconoce si alguna militante zapatista fue orillada a abandonar neonatos o a desecharlos durante la crisis que conmocionó a San Cristóbal, sin embargo, el Ejército Zapatista tuvo conocimiento del fenómeno. Así lo manifestó Maribel: «Hemos escuchado que algunas mujeres abortan y lo dejan tirado el feto en la calle. Nosotros no lo vemos bien.» h.

[Continuará]

NEL

 

Notas.

a. Testimonio de Sandra, indígena de Los Altos de Chiapas, que enfrentó un embarazo siendo adolescente. Tomado del filme documental Hijas del Maíz. 2023. Director, Alfonso Gastiaburo.

b. El hogar comunitario que ha impactado a miles de madres. Leticia Roa Nixon. Reportaje que refiere casos de neonatos abandonados en calles de San Cristóbal, en el año de 1995. https://www.impactomedia.com/region/cultura/hogar-comunita/

c. Así describen el fenómeno activistas indígenas:

«Usualmente, las mujeres indígenas son rechazadas y discriminadas si se embarazan sin estar casadas. Ser una madre indígena soltera implica ser estigmatizada a diario en muchas comunidades indígenas.»

«La gente te señala, tu familia te rechaza, porque dice que fallaste por embarazarte sin estar casada. Y si el padre te abandona, peor. No tienes a nadie que te apoye, quien te dé una mano.»

«La revuelta social trajo aparejados violencia sexual, embarazos tempranos y bebés abandonados.»

«Si una mujer quedaba embarazada, sus familiares y la comunidad en general la culpaban por eso. Si una niña indígena regresaba embarazada a su casa, ella había desobedecido y ella estaba sometida a una intensa violencia. Incluso la vida de ese bebé y la mamá estaban en peligro, por lo que muchas abandonaban a los bebés como una medida de protección mutua.»

Fuente: Refugio en México brinda apoyo a madres jóvenes rechazadas en el marco de la cultura indígena. Adriana Alcázar González. https://globalpressjournal.com/americas/mexico/mexican-shelter-supports-young-mothers-indigenous-culture-rejects/es/

d. Del libro Sobre las profundidades del mandar obedeciendo. Mercedes Olivera. https://archive.org/details/SobreLasDificultadesDelMandarObedeciendo

e. Entrevista a la mayor Ana María, en 1995, mencionada en el libro Mujeres de maíz. Guiomar Rovira. Editorial ERA. 2002.

f. El año de 1996, en la comunidad de La Realidad, un colectivo feminista europeo se entrevistó con la capitán Maribel. El encuentro giró en torno a la vida de las mujeres indígenas zapatistas, se puso énfasis en la emancipación femenil y en la libre interrupción del embarazo.
Transcripción de un fragmento de la Entrevista a la capitana Maribel del EZLN. Audio. Grabación: Ricardo Montejano. 10 de Marzo de 1996. Fonoteca Nacional de México. https://digital.library.ucla.edu/catalog/ark:/21198/z1j15s12

g. Transcripción de un fragmento de la Entrevista a la capitana Maribel del EZLN

h. Transcripción de un fragmento de la Entrevista a la capitana Maribel del EZLN

EZLN, Disneylandia en el sureste mexicano (Parte 3)

Maribel

Siguiendo con el recorrido por el maravilloso mundo de ilusiones, nos acercaremos a una mujer vital para el Ejército Zapatista, aunque despreciada.

Dieciocho de febrero de 1994, los noticieros trasmiten imágenes de la liberación de un prisionero de guerra. Se trata del general Absalón Castellanos, a quien el EZLN mantuvo en cautiverio. La guerrilla lo entrega a las autoridades en un poblado de la selva. El prisionero, hombre blanco y barbado, es conducido por una escuadra insurgente al mando de una mujer; es una joven indígena de baja estatura, con uniforme militar, paliacate al rostro y rifle de asalto al hombro. Su nombre, Maribel.

Así describe el subcomandante Marcos el accionar de esta mujer durante la ofensiva del 1 de enero:

Maribel. Capitana Insurgente de Infantería. Toma la estación de radio de Las Margaritas cuando su unidad asalta la cabecera municipal el primero de enero de 1994, nueve años de vida en las montañas pasó para poder sentarse frente a ese micrófono y decir: «Somos producto de 500 años de luchas: primero contra la esclavitud…» La transmisión no se realiza por problemas técnicos y Maribel se repliega para cubrirle las espaldas a la unidad que avanza sobre Comitán.I

La referida mujer es originaria de un poblado tseltal en el municipio de Altamirano. Fue incorporada a las filas de la guerrilla siendo menor de edad. II El haber ingresado siendo casi una niña posibilitó desarrollara características que le eran útiles a la organización armada. De modo que Maribel inició una preparación destinada a dominar la expresión oral, posteriormente se le adoctrinó en la ideología marxista-leninista, para concluir con un severo adiestramiento militar. De esta forma, a pesar de su corta edad, se convirtió en un elemento básico para el zapatismo.

Sin duda, Maribel fue importante para el crecimiento del EZLN, pues junto a otros jóvenes, propició el reclutamiento masivo de indígenas a mediados de la década de los 80. Igual que Ana María, Maribel fue designada comisario político, teniendo la función de introducirse en poblaciones nativas para realizar reclutamientos. Se trataba de una labor riesgosa, ya que podía ser detectada por el aparato represivo, no obstante, siendo mujer indígena pudo pasar desapercibida y cumplir con su cometido. De esta manera, comunidades enteras fueron integrándose a la organización armada. III

No sólo se desempeñó como reclutadora, sino que participó en la instrucción de los recién afiliados. Así que el EZLN obtuvo grandes beneficios al incorporar a jóvenes nativos, ya que ellos, conociendo la sociedad local, supieron articular una estrategia donde coincidieran los anhelos indígenas con el programa político de la organización. Pese a su talento, tanto Maribel como Ana María sólo lograron alcanzar niveles medios en la categoría militar, los mandos superiores nunca estuvieron a su alcance.

Aquí es preciso reflexionar sobre cómo se conquistan los puestos de poder en el zapatismo. Reconocer que el Ejército Zapatista mantiene una estructura vertical implica que es gobernado por jerarquías. La misma cotidianidad zapatista está determinada por una jerarquización social donde los subordinados acatan los dictados de sus superiores, a lo cual apodan mandar obedeciendo. En este modelo social/militar la escala de poder está ligada con las capacidades individuales, de manera que ciertos militantes son promovidos como mandos si se valora que desempeñaron adecuadamente sus responsabilidades con la organización. Por tanto, si la escala de poder zapatista la determina el desempeño personal, es incoherente que varones no-indígenas, sin méritos suficientes, hayan alcanzado grados superiores a los de Maribel o Ana María. El caso más notorio es el del subcomandante Marcos. Éste sujeto se estableció en la selva casi en la misma etapa que lo hicieron Maribel y Ana María, no obstante, Marcos escaló en la jerarquía pese a no contar con las cualidades necesarias (desconocía las lenguas y culturas regionales) y sin haber desempeñado acciones comparables a las de estas dos mujeres. Esto indica que en el EZLN predomina una forma organizativa donde las jerarquías se conquistan en base a criterios elitistas que hacen distinciones por género y estirpe. Es decir, el zapatismo impone una organización social excluyente que consolida el machismo y el racismo.

La trayectoria de Maribel en el Ejército Zapatista está marcada por las dificultades que enfrentó al ser mujer e indígena. Ella misma señala que fue obstaculizada, por patriarcas de la organización, impidiéndole proyectar acciones que tuvieran efectos liberadores para las comunidades.

Por lo visto, Maribel comenzó a ser contenida al término de la ofensiva armada del 94. A pesar de que su desarrollo en los combates fue óptimo, no se le promovió a un puesto donde pusiera en práctica sus capacidades, en cambio fue desarraigada de la colectividad designándola escolta de Marcos.

Es conocido que servir a ese prepotente individuo, aunado al seguimiento de los aparatos de seguridad del Estado, afectaron su desarrollo y su salud. Mas la situación se modificó al asignarle el cargo de mayor, siendo la segunda mujer indígena en conseguirlo.

Tras ser ascendida, Maribel es designada jefe militar de la región de Morelia, en 1999. Al fin conseguía zafarse de la sofocante presencia del subcomandante, aunque seguía sometida a su control. Ella consideraba que en su nuevo cargo obtendría cierta autodeterminación para impulsar la organización comunitaria.

No se dio cuenta que recibía un regalo envenenado, debido a que en la zona de Morelia existía gran conflictividad. Por una parte, la población del lugar estaba sometida a una intensa violencia militar y policial. Por otro lado, la vida comunitaria se deterioraba a causa de disputas entre los caudillajes que conforman al EZLN. De modo que es designada autoridad en un contexto adverso.

Ella llega con la consigna de desarrollar la autonomía entre la población zapatista, es decir, que el autogobierno no surgió de la voluntad de sus habitantes, por el contrario, fue un elemento ajeno introducido por mandato superior. El autonomismo era una práctica desconocida en las comunidades indígenas, ya que el orden social se sustenta en el liderazgo del patriarca que encabeza la comunidad y toma las decisiones.

La demanda zapatista por autonomía surge tardíamente, luego de que el gobierno incumple los acuerdos firmados con el EZLN. En ellos, el Estado se compromete hacer una reforma constitucional que admita la autodeterminación de los pueblos indígenas, reconociéndolos como entidades capaces de autogobernarse y de gestionar recursos públicos. Ante la negativa de cumplir lo pactado, el EZLN rompe con el gobierno y los partidos, declarando implementará, de facto, la autonomía en sus comunidades bases de apoyo. Así que la autonomía zapatista es un artificio ideado por Marcos.

Mas no se crea que ese autogobierno del EZLN tiene potencial libertario, la tan sonada autonomía zapatista se circunscribe al mero control administrativo. De ello da cuenta Maribel, al señalar que en las comunidades no existe interés por impulsar un proceso autonómico donde participe la población, sino sólo en cumplir con las obligaciones del cargo.

En este escenario, Maribel se esmeró por cumplir su misión; intentó conciliar los liderazgos confrontados, entró en contacto con jóvenes y mujeres para emprender proyectos autogestivos, además de atender los requerimientos de la gente local. No obstante, ella siguió siendo considerada una extraña que se había introducido sin razón en sus comunidades, a final de cuentas era un agente del mando central carente de legitimidad.

Tras cuatro años de permanecer al frente de la zona de Morelia, la estructura militar destituyó a Maribel. Se le acusó de crear conflictos y poner en riesgo a la organización. Tales imputaciones fueron hechas por los liderazgos comunitarios que se vieron afectados con el modelo autonómico que impulsó. Ella puso en práctica una autonomía que rompió con el mero formalismo e implicó la participación activa de las comunidades, sumado a que; prohibió la entrada de mercancías de grandes capitales (empezando por Cocacola), hizo que los emprendimientos comunitarios se autogestionaran para así evitar el financiamiento de ONGs, suprimió las divisiones del trabajo por género, estableció la participación de los varones en trabajos del hogar (como echar tortillas), etcétera.

Los cacicazgos comunitarios al interior de EZLN frenaron las iniciativas de Maribel. La estructura militar le negó la posibilidad de defenderse, y tras juicio sumario, se le separó de su puesto. Ella, por dignidad, renunció a su rango militar en 2003, tras 20 años de ser utilizada por la organización.

Así explica Maribel su expulsión:

«Sabía que me iba costar hacer las cosas así. Así se los dije a los de la comisión antes: “aprovechen que estoy aquí, porque no creo que voy a durar mucho; de por sí, no nos van a dejar [otros mandos]”. Después, pues ya no quise aceptar nada… Ya no quise tener de nuevo una bota encima de mí. Lo pensé bien y ya no me iban a dejar hacer lo que me interesa [trabajar con los pueblos]. Ahí [en la estructura militar] ya no iba poder hacer nada. ¿Para qué?, pensé. Por eso mejor me regresé con mi familia; aunque ahí está más cabrón, de plano, ahí hay muchos problemas. Las autoridades me han hecho a un lado, como que me tienen miedo y de plano no hacen bien su trabajo; de plano, las mujeres no cuentan.» IV

Estas declaraciones son reveladoras. Maribel tenía claro que desarrollar la organización colectiva significaba una amenaza para los cacicazgos zapatistas. Sabía que los mandos (o sea, los comandantes indígenas) no iban a permitir que la gente de las comunidades tomara el control de su vida. Estaba convencida que dentro de la estructura militar no tenía posibilidades de accionar con libertad, y que no volvería a tolerar que Marcos pasara por encima de ella.

Maribel declaró que el feminismo es «mal visto» entre los mandos del EZLN, y también en las comunidades bases de apoyo V. Dice Maribel «me tienen miedo», pues «de plano, las mujeres no cuentan». Ese mal ver, ese miedo y esa negativa a contar con las mujeres son signos de odio. De modo que el zapatismo sería una mezcla entre antifeminismo, misoginia, catolicismo y militarismo.

Para finalizar con esta historia, debe señalarse que Maribel regresó a su comunidad, intentó seguir siendo militante zapatista, aunque al final la excluyeron. No ha podido influir en la vida comunal, pues aún es vista con desconfianza por haber sido destituida.

El caso de Maribel refleja la podredumbre del EZLN, con sus autoritarismos, machismos, cacicazgos y la nula capacidad para desarrollar su cacareada autonomía.

[Continuará]

NEL

 

Notas

I. 12 mujeres en el Año 12 (segundo de la guerra) https://enlacezapatista.ezln.org.mx/1996/03/11/12-mujeres-en-el-ano-12-segundo-de-la-guerra/

II. «Maribel es tzeltal y tenía menos de quince años cuando llegó a las montañas del sureste mexicano» Subcomandante Marcos. 12 mujeres en el Año 12

III. Lo expresado en este texto se basa en la historia personal de Maribel, contenida en:
Experiencia de la participación política de mujeres zapatistas y transformación de la comunidad. Rosaluz Pérez Espinosa. Tesis doctoral. UNICACH. 14 de Diciembre 2021. https://archive.org/details/tesis-rosaluz-perez

IV. Entrevista con Maribel Experiencia de la participación política de mujeres zapatistas y transformación de la comunidad

V. Experiencia de la participación política de mujeres zapatistas y transformación de la comunidad

EZLN, Disneylandia en el sureste mexicano (Parte 2)

Ana María

«Detrás de nosotros estamos ustedes.
Detrás de nuestros pasamontañas está
el rostro de todas las mujeres excluidas» 1

Iniciamos el recorrido por el mundo de ensueño neozapatista con esta cita de la mayor insurgente Ana María; son palabras con una gran carga simbólica, pues las indígenas zapatistas deben enfrentar la exclusión del sistema de poder, pero también de un EZLN igualmente excluyente. Esto cobra sentido tras conocerse la historia de esta mujer; figura imprescindible para la insurgencia y que fuera pareja afectiva del subcomandante Marcos.

Ana María nace en una comunidad tsotsil de la zona norte de Chiapas, probablemente a finales de los años 60. Con ella inicia el reclutamiento de mujeres indígenas para las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN) 2. Siendo niña es entregada a la guerrilla 3 junto a otras infancias indígenas, para constituir lo que sería la tropa combatiente. Por años es confinada en casas de seguridad donde el adoctrinamiento en el dogma leninista remplaza la pertenencia a su cultura originaria. A los catorce años, completada la formación ideológica, es trasferida a un cuartel insurgente para su adiestramiento militar.

Así fueron los inicios de Ana María. Es ineludible resaltar que fue sustraída de su entorno comunitario, siendo muy pequeña, para imbuirle la disciplina castrense. Se abundará sobre este importante asunto en otra ocasión.

Una vez integrada al núcleo armado, Ana María es nombrada comisario político 4 y recibe la orden de entablar los primeros contactos con comunidades indígenas. Su intervención hace posible que numerosas comunidades se adhirieran a la guerrilla, conformándose así la base social del EZLN. Del mismo modo, con su presencia pudo comenzar el reclutamiento femenino para la guerra. Sin duda, su accionar fue fundamental para que la organización armada se masificara y consolidara.

A partir de 1985, el EZLN pasa de ser un pequeño foco a convertirse en un ejército de masas. Dicho desarrollo debe atribuirse, en gran medida, al operar clandestino de Ana María, que logra enganchar a multitudes en diversas regiones de Chiapas. Ella, junto a otros indígenas reclutados, fue capaz de hacer una interpretación del leninismo acorde con el universo indígena, es decir que tropicalizó el credo bolchevique. Aquí lo explica con sus propias palabras:

«Nosotros como comisarios políticos hacíamos el trabajo de traducción de las ideas revolucionarias a la realidad de los pueblos. En un principio, se les quería enseñar marxismo-leninismo, pero nosotros nos preguntábamos ¿cómo aplicamos el marxismo-leninismo a la comunidad? Como decía mi compañero, “tenemos que deshacer, tenemos que desbaratar todo esto y componerlo a nuestro lenguaje, el lenguaje del pueblo”. Y así fue como lo hicimos, como comisarias, como comisarios: con lo que habíamos aprendido, íbamos tejiendo y destejiendo los temas para poder darnos a entender. Y así era, hablábamos nuestra lengua, éramos también indígenas, tzotzil, tzeltal, chol, y entonces nos entendíamos, cosa muy diferente que si llegaba un mestizo, ahí sí se rechazaba, no había confianza.» 5

Reveladoras palabras de Ana María, hacen ver que los principios teóricos del EZLN se fundamentan en una ideología reaccionaria, desmintiendo esa retórica que lo pinta como un movimiento puramente indígena y antiautoritario, siendo en realidad su esencia el leninismo. Aquellas adaptaciones locales, que apunta Ana María, no modificaron el carácter autoritario del bolchevismo armado; se mantuvo la estructura militar jerárquica controlada por una vanguardia, con miras a implantar la dictadura de clase. Fue tan poca la influencia del comunalismo indígena en la tesis zapatista que, en 1993, se instituye el partido que comandará su guerra revolucionaria (el Partido de las Fuerzas de Liberación Nacional). Ni siquiera cuando el subcomandante Marcos dio un golpe de mano al partido, convirtiéndose él en jefe máximo, hubo alguna rectificación en el modelo dominante, en el fondo sigue siendo la misma organización autoritaria, únicamente se sustituyó el discurso socialista por uno autonomista.

Regresando con Ana María, como ella fue pieza clave en el desarrollo del ejército guerrillero, se le recompensó con ascensos en la jerarquía militar, llegando a ocupar el rango de mayor insurgente. Además de ser la primera indígena en ingresar al EZLN, fue quien primero consiguió ser alto mando entre las mujeres nativas.

La mayor ocupó los principales cargos políticos y militares en distintas regiones con presencia zapatista, incluso fue designada para dirigir las operaciones bélicas durante la toma de San Cristóbal, en el levantamiento del 94. El mismo subcomandante Marcos ha indicado que ella le salvó la vida durante los combates de entonces 6.

Posteriormente, Ana María se convirtió en una figura mediática al ser entrevistada por la prensa, pero principalmente por fungir como anfitriona del llamado Encuentro Intergaláctico, donde lanzó proclamas que se han convertido en icónicas. Detengámonos en este encuentro y en sus consecuencias. Así lo cuenta ella misma:

«A mi me gustó mucho el encuentro Intergaláctico. Fue donde se inició la participación más fuerte de las mujeres de los parajes y las comunidades. Ya había mujeres integradas en el EZLN y en el CCRI, estaban Ramona y Susana que hacían mucho trabajo político en las comunidades, con su palabra, su modo de hacer, de dirigirse a la gente… Pero a partir del Intergaláctico pudimos reunirnos más, hicimos cosas más abiertas. Lo que después se llamó autonomía, lo estábamos practicando en aquel entonces. Formamos una cosa bonita, que a mi me gustó mucho, la cooperativa “Mujeres por la dignidad”, donde se juntaron unas ochocientas mujeres artesanas de varios municipios.» 7

Aquel encuentro reunió a destacadas cabezas pensantes del progresismo mundial junto a una gama de activistas de izquierda. Se le presentó como la Internacional contemporánea, pero fue un encuentro irrelevante para el movimiento anticapitalista, aunque contribuyó a difundir la fábula de que en el zapatismo concurrían elementos para un cambio radical sin la conquista del poder. Del mismo modo, el Intergaláctico sirvió al EZLN para afianzar el control sobre sus propias bases de apoyo; bien señala Ana María, aquel encuentro legitimó a la dirigencia frente a su militancia. Téngase presente que las bases indígenas se sentían defraudadas por la inutilidad del alzamiento armado (una ruptura era inminente), así que la multitud de visitantes agolpados en territorio guerrillero representó un respaldo a su propaganda política. Sin embargo, lo más importante del encuentro fue que se logró acordar el financiamiento de emprendimientos productivos para suavizar la pobreza de su militancia. En poco tiempo, la guerrilla modificó sus objetivos, pasando de reivindicar la revolución socialista a adherirse a un modelo cooperativista empresarial. A eso lo nombran autonomía.

Para que el Ejército Zapatista se volcara hacia el emprendimiento mercantil, antes tuvo que desechar definitivamente la estrategia insurreccional y adoptar una pasividad estoica. Fue así como la militancia quedó impedida para defenderse de cualquier agresión, sin importar que existieran amenazas que pusieran en riesgo su vida. Se llegó al absurdo de prohibir a milicianos e insurgentes utilizar sus armas. Ana María sufrió las consecuencias de esa prohibición.

A partir de 1997, el Estado mexicano ejecutó una estrategia contrainsurgente, en ese contexto tuvo lugar la invasión militar al municipio de El Bosque; las poblaciones de Unión Progreso y Chavajeval fueron tomadas por soldados fuertemente armados. La mayor Ana María tuvo que afrontar el asalto, pues era el principal mando guerrillero de la zona. A pesar de tener la orden de replegar a sus tropas y no enfrentar al ejército, ella desobedece y ordena contraatacar, logrando frenar a los invasores. Sin embargo, el subcomandante Marcos da la contraorden de retirarse, obligando a que los combatientes abandonen el lugar, permitiendo a las fuerzas federales acceder a la comunidad para ejecutar una masacre. Aquí el testimonio de la mayor:

«Otro fue el enfrentamiento en Chavajeval. Porque a pesar de que como mandos teníamos la instrucción de evitar choques con el Ejército Federal, tuve que tomar la decisión de ordenar al oficial insurgente que estaba a cargo de esa región de responder al ataque de los soldados, pues no había más terreno para el repliegue, ya que Chavajeval está a la punta del cerro y del otro lado es un cañón accidentado y no hay vía para donde huir. Esto me costó la acusación de insubordinación de parte de mi mando.» 8

La misma orden se dio en Acteal, aún con peores consecuencias. La contrainsurgencia en la zona estaba al máximo, se veía venir la tragedia. La mayor Ana María, como mando de la zona de los Altos, está al tanto de las amenazas del paramilitarismo e implementa medidas de protección para las bases de apoyo. Remite a su superior, el subcomandante Marcos, informes sobre la vulnerabilidad en que se encuentra la gente desplazada, solicitando autorización para protegerles. Marcos ignora la petición. Al poco tiempo sucede la agresión armada en Acteal, que duró horas. Ana María sabe que se ejecuta una matanza, pero está impedida de intervenir:

«Luego se presentaron otros problemas, por ejemplo, con la masacre de Acteal. Antes de esto, yo como mando, informaba de todo, de como se venían desarrollando los problemas, los ataques, las amenazas. Incluso antes del ataque de Acteal, yo ordené al mando que estaba por ese lado, a mi subordinado, al oficial que estaba controlando esa región de Chenalhó, que protegiera a las bases y se refugiara a todos en un lugar seguro, la mujeres, los niños y ancianos, y que se quedaran solo los milicianos en las comunidades para resguardarlas. Y así se hizo, y entonces abrimos un terreno bastante grande, entre los cafetales y se llenó de refugiados de muchas comunidades, mas no pudimos hacer nada con Las Abejas, porque era una organización aparte, no eran zapatistas, pero yo informaba de todo lo que estaba pasando. Y nunca hubo una respuesta de qué hacer, cómo contrarrestar las acciones de los paramilitares. Pues ahí fue donde, creo yo, fui hasta el límite de la paciencia ¡sí!»

«Y hubo otros problemas, se estaban formando otros grupos de paramilitares ya en la colindancia entre Chenalhó y San Andrés. Nosotros con el CCRI hicimos propuestas de hacer ciertas acciones políticas para contrarrestar eso, pero no obtuvimos respuesta. Nunca hubo respuesta. Y llegó un momento en que yo dije, como mando no puedo hacer nada, el CCRI tampoco, entonces ¿de qué papel estamos hablando? Y escribí mi renuncia como mando, no como insurgente: “Renuncio como mando por esto, esto y esto, no puedo seguir mandando”. Podían pasar otras situaciones como Acteal, y a mi la mera verdad me afectó muchísimo Acteal» 9

Es conveniente analizar estas palabras. Se identifica a Ana María posicionada en la alta jerarquía guerrillera, aunque sujeta a los dictados del subcomandante Marcos, siendo este sujeto un hombre blanco que astutamente logra escalar posiciones hasta obtener el control del EZLN sin tener los méritos de Ana María. De modo que ella, una nativa cuyos conocimientos de la realidad local le son imprescindibles a la agrupación, debe subordinarse a un ladino ajeno a la existencia indígena. Añadiendo que, dentro del EZLN, Ana María carece de agencia, no le es permitido determinar el destino de su gente, ni siquiera en casos extremos. Evidentemente se le excluye.

Pero no sólo la mayor está sometida a la voluntad de Marcos, también lo están las comunidades e inclusive el Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI). El testimonio de Ana María es explícito: cuenta que siendo ella autoridad en Los Altos de Chiapas, las comunidades indígenas de la región y el CCRI deciden realizar acciones para enfrentar el paramilitarismo, por ello solicitan el consentimiento de la autoridad militar del Ejército Zapatista (Marcos), pero este guarda silencio, lo que en los hechos es una desautorización. Esto fue determinante para que las acciones acordadas nunca fueran realizadas. Es decir, sin la aprobación del jefe las decisiones asamblearias carecen de valor.

Vale recordar que la publicidad zapatista declara que son los comandantes indígenas, representando a las asambleas comunitarias, quienes conducen al EZLN a través del Comité Clandestino Revolucionario Indígena–Comandancia General (CCRI-CG). Esta narrativa afirma que el subcomandante Marcos sería un subordinado que acata órdenes de la comandancia indígena. La verdad parece ser otra; el poder en el EZLN lo tiene Marcos (incluso tras su degradación a capitán), ya que los comandantes indígenas en realidad serían delegados comunitarios sin capacidad de decisión. De tal forma que el testimonio de Ana María coincide con lo expresado por el fundador del EZLN, el comandante Germán 10.

El mundo de fantasía se desmorona, pudiendo contemplarse una distopía neo-leninista regenteada por un déspota. Allí, el tirano dispone de las vidas ajenas; es él quien decide si mueren combatiendo o si se convierten en mártires a manos de paramilitares. Las palabras de Ana María no dejan espacio a dudas; en Acteal, Marcos impidió que insurgentes zapatistas defendieran a las personas que estaban siendo ejecutadas. Ana María rogó autorización para acudir en su ayuda, pero Marcos decidió abstenerse, abandonando a Las Abejas. El EZLN pudo impedir ese horror.

Acteal significó un quiebre para Ana María. Al parecer, comprendió que las jerarquías son un obstáculo, que no sirven a la gente. Por eso rechazó su rango militar y se negó a seguir dando órdenes. Ingenuamente creyó podría seguir siendo una insurgente más dentro del EZLN, pero aquel miserable (que fue su pareja) repudia la dignidad humana. Así que la humilló, la hizo romper con la comunidad, luego la mandó apresar, para finalmente expulsarla en 1999. El Ejército Zapatista la dejó en el desamparo; cargando lesiones ocasionados por la disciplina militar, padeciendo gran tristeza, aislada, hundida en la pobreza y con una enfermedad crónica. Actualmente se le mantiene excluida.

[Continuará]

NEL

 

Notas

1. Fragmento del discurso inaugural del Encuentro Intergaláctico emitido por la mayor Ana María. Oventic. 27 de julio de 1996. (El sitio web del EZLN omite señalar que ella dio el mensaje) CCRI-CG: Inicio del Primer Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo https://enlacezapatista.ezln.org.mx/1996/07/27/ccri-cg-inicio-del-primer-encuentro-intercontinental-por-la-humanidad-y-contra-el-neoliberalismo/

2. Fuerzas de Liberación Nacional es el nombre de la organización armada que fundó al EZLN y dirigió hasta 1993.

3. En entrevista Ana María expresó; «Ingresé cuando tenía 12 o 13 años; era una niña».
Comandanta Ramona y Mayor Ana María: Las demandas son las mismas de siempre: justicia, tierras, trabajo, educación e igualdad para las mujeres. Susana Rodríguez. 1994. https://enlacezapatista.ezln.org.mx/1994/03/07/comandanta-ramona-y-mayor-ana-maria-las-demandas-son-las-mismas-de-siempre-justicia-tierras-trabajo-educacion-e-igualdad-para-las-mujeres/

4. Según el periódico NUPI, publicación interna de las FLN, las juventudes indígenas eran iniciadas en la ideología bolchevique con dos textos: A los pobres del campo de Lenin y Manual de economía política de Jean Baby.
Aquellos indígenas con mayor receptividad al adoctrinamiento eran nombrados comisarios políticos, para luego ser reintroducidos en las zonas de operación, desempeñándose como reclutadores dentro de las sociedades indígenas.
Fuente: Dignificar la historia IV. Toma de pueblos (1983-1993). Cuadernos de trabajo. Grupo Editorial La Casa de Todas y Todos. 2021. Apodaca, Nuevo León , México.

5. Tomado de ZAPATA VIVE. Epílogo. Guiomar Rovira y Rosaluz Pérez. Editorial Sexto Piso. Año 2024. Página 350. https://archive.org/details/epilogo-zapata-vive_202502

6. Declaración del Subcomandante Marcos en el Foro especial para la reforma del Estado. San Cristóbal de las Casas. 1996.

7. Tomado de ZAPATA VIVE. Epílogo. Guiomar Rovira y Rosaluz Pérez. Editorial Sexto Piso. Año 2024. Páginas 363 y 364.

8. Tomado de ZAPATA VIVE. Epílogo. Guiomar Rovira y Rosaluz Pérez. Editorial Sexto Piso. Año 2024. Página 366.

9. Tomado de ZAPATA VIVE. Epílogo. Guiomar Rovira y Rosaluz Pérez. Editorial Sexto Piso. Año 2024. Página 370.

10. Germán, secretario general del partido de las FLN, señala que el subcomandante Marcos fue designado secretario militar del partido, cargo que le otorga control total sobre el EZLN. Añade que los denominados comandantes indígenas son en realidad subordinados de Marcos, responsables comunitarios carentes de poder. Video de la entrevista al Comandante Germán. https://lacasadetodasytodos.org/video/entrevista-al-comandante-german/

EZLN, Disneylandia en el sureste mexicano (Parte 1)

Presentación

De todos los mitos modernos el neozapatista es el más influyente, sus fabulaciones han sido determinantes para la izquierda contemporánea. Tan poderosa es su leyenda que se le considera modelo a seguir, incluso para el anarquismo.

Si tal narrativa persiste es porque a las bases zapatistas se les muestra a la manera de Disney World. Remedando al parque temático, las comunidades indígenas son exhibidas como representaciones de mundos fantásticos acordes a su clientela. Seduciendo con la imagen de un mundo donde caben muchos mundos, estos seres supuestamente emancipados dicen ejercer políticas liberadoras de nuevo tipo. En el mágico mundo de colores, los sueños de la izquierda del siglo XXI se hacen realidad. Disneylandia de abajo y a la izquierda.

La referencia no es gratuita, sirve para describir la burda parodia zapatista generadora de relatos que se modifican según el destinatario, imponiendo ficciones aturdidoras y paralizantes cuyo propósito último es proporcionar capital político y económico a la jerarquía zapatista.

Desde un posicionamiento ácrata, presentamos esta serie de escritos basados en testimonios de relevantes militantes zapatistas y en archivos históricos de las FLN/EZLN. La intención es confrontar las declaraciones de sus protagonistas con las narrativas falseadas que activamente son amplificadas por muchos anarquistas. Se anticipa el descubrimiento de una realidad que quema.

[Continuará]

Núcleo Euforbia Lomelí (NEL)

México. Febrero 2025.