Ana María

«Detrás de nosotros estamos ustedes.
Detrás de nuestros pasamontañas está
el rostro de todas las mujeres excluidas» 1

Iniciamos el recorrido por el mundo de ensueño neozapatista con esta cita de la mayor insurgente Ana María; son palabras con una gran carga simbólica, pues las indígenas zapatistas deben enfrentar la exclusión del sistema de poder, pero también de un EZLN igualmente excluyente. Esto cobra sentido tras conocerse la historia de esta mujer; figura imprescindible para la insurgencia y que fuera pareja afectiva del subcomandante Marcos.

Ana María nace en una comunidad tsotsil de la zona norte de Chiapas, probablemente a finales de los años 60. Con ella inicia el reclutamiento de mujeres indígenas para las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN) 2. Siendo niña es entregada a la guerrilla 3 junto a otras infancias indígenas, para constituir lo que sería la tropa combatiente. Por años es confinada en casas de seguridad donde el adoctrinamiento en el dogma leninista remplaza la pertenencia a su cultura originaria. A los catorce años, completada la formación ideológica, es trasferida a un cuartel insurgente para su adiestramiento militar.

Así fueron los inicios de Ana María. Es ineludible resaltar que fue sustraída de su entorno comunitario, siendo muy pequeña, para imbuirle la disciplina castrense. Se abundará sobre este importante asunto en otra ocasión.

Una vez integrada al núcleo armado, Ana María es nombrada comisario político 4 y recibe la orden de entablar los primeros contactos con comunidades indígenas. Su intervención hace posible que numerosas comunidades se adhirieran a la guerrilla, conformándose así la base social del EZLN. Del mismo modo, con su presencia pudo comenzar el reclutamiento femenino para la guerra. Sin duda, su accionar fue fundamental para que la organización armada se masificara y consolidara.

A partir de 1985, el EZLN pasa de ser un pequeño foco a convertirse en un ejército de masas. Dicho desarrollo debe atribuirse, en gran medida, al operar clandestino de Ana María, que logra enganchar a multitudes en diversas regiones de Chiapas. Ella, junto a otros indígenas reclutados, fue capaz de hacer una interpretación del leninismo acorde con el universo indígena, es decir que tropicalizó el credo bolchevique. Aquí lo explica con sus propias palabras:

«Nosotros como comisarios políticos hacíamos el trabajo de traducción de las ideas revolucionarias a la realidad de los pueblos. En un principio, se les quería enseñar marxismo-leninismo, pero nosotros nos preguntábamos ¿cómo aplicamos el marxismo-leninismo a la comunidad? Como decía mi compañero, “tenemos que deshacer, tenemos que desbaratar todo esto y componerlo a nuestro lenguaje, el lenguaje del pueblo”. Y así fue como lo hicimos, como comisarias, como comisarios: con lo que habíamos aprendido, íbamos tejiendo y destejiendo los temas para poder darnos a entender. Y así era, hablábamos nuestra lengua, éramos también indígenas, tzotzil, tzeltal, chol, y entonces nos entendíamos, cosa muy diferente que si llegaba un mestizo, ahí sí se rechazaba, no había confianza.» 5

Reveladoras palabras de Ana María, hacen ver que los principios teóricos del EZLN se fundamentan en una ideología reaccionaria, desmintiendo esa retórica que lo pinta como un movimiento puramente indígena y antiautoritario, siendo en realidad su esencia el leninismo. Aquellas adaptaciones locales, que apunta Ana María, no modificaron el carácter autoritario del bolchevismo armado; se mantuvo la estructura militar jerárquica controlada por una vanguardia, con miras a implantar la dictadura de clase. Fue tan poca la influencia del comunalismo indígena en la tesis zapatista que, en 1993, se instituye el partido que comandará su guerra revolucionaria (el Partido de las Fuerzas de Liberación Nacional). Ni siquiera cuando el subcomandante Marcos dio un golpe de mano al partido, convirtiéndose él en jefe máximo, hubo alguna rectificación en el modelo dominante, en el fondo sigue siendo la misma organización autoritaria, únicamente se sustituyó el discurso socialista por uno autonomista.

Regresando con Ana María, como ella fue pieza clave en el desarrollo del ejército guerrillero, se le recompensó con ascensos en la jerarquía militar, llegando a ocupar el rango de mayor insurgente. Además de ser la primera indígena en ingresar al EZLN, fue quien primero consiguió ser alto mando entre las mujeres nativas.

La mayor ocupó los principales cargos políticos y militares en distintas regiones con presencia zapatista, incluso fue designada para dirigir las operaciones bélicas durante la toma de San Cristóbal, en el levantamiento del 94. El mismo subcomandante Marcos ha indicado que ella le salvó la vida durante los combates de entonces 6.

Posteriormente, Ana María se convirtió en una figura mediática al ser entrevistada por la prensa, pero principalmente por fungir como anfitriona del llamado Encuentro Intergaláctico, donde lanzó proclamas que se han convertido en icónicas. Detengámonos en este encuentro y en sus consecuencias. Así lo cuenta ella misma:

«A mi me gustó mucho el encuentro Intergaláctico. Fue donde se inició la participación más fuerte de las mujeres de los parajes y las comunidades. Ya había mujeres integradas en el EZLN y en el CCRI, estaban Ramona y Susana que hacían mucho trabajo político en las comunidades, con su palabra, su modo de hacer, de dirigirse a la gente… Pero a partir del Intergaláctico pudimos reunirnos más, hicimos cosas más abiertas. Lo que después se llamó autonomía, lo estábamos practicando en aquel entonces. Formamos una cosa bonita, que a mi me gustó mucho, la cooperativa “Mujeres por la dignidad”, donde se juntaron unas ochocientas mujeres artesanas de varios municipios.» 7

Aquel encuentro reunió a destacadas cabezas pensantes del progresismo mundial junto a una gama de activistas de izquierda. Se le presentó como la Internacional contemporánea, pero fue un encuentro irrelevante para el movimiento anticapitalista, aunque contribuyó a difundir la fábula de que en el zapatismo concurrían elementos para un cambio radical sin la conquista del poder. Del mismo modo, el Intergaláctico sirvió al EZLN para afianzar el control sobre sus propias bases de apoyo; bien señala Ana María, aquel encuentro legitimó a la dirigencia frente a su militancia. Téngase presente que las bases indígenas se sentían defraudadas por la inutilidad del alzamiento armado (una ruptura era inminente), así que la multitud de visitantes agolpados en territorio guerrillero representó un respaldo a su propaganda política. Sin embargo, lo más importante del encuentro fue que se logró acordar el financiamiento de emprendimientos productivos para suavizar la pobreza de su militancia. En poco tiempo, la guerrilla modificó sus objetivos, pasando de reivindicar la revolución socialista a adherirse a un modelo cooperativista empresarial. A eso lo nombran autonomía.

Para que el Ejército Zapatista se volcara hacia el emprendimiento mercantil, antes tuvo que desechar definitivamente la estrategia insurreccional y adoptar una pasividad estoica. Fue así como la militancia quedó impedida para defenderse de cualquier agresión, sin importar que existieran amenazas que pusieran en riesgo su vida. Se llegó al absurdo de prohibir a milicianos e insurgentes utilizar sus armas. Ana María sufrió las consecuencias de esa prohibición.

A partir de 1997, el Estado mexicano ejecutó una estrategia contrainsurgente, en ese contexto tuvo lugar la invasión militar al municipio de El Bosque; las poblaciones de Unión Progreso y Chavajeval fueron tomadas por soldados fuertemente armados. La mayor Ana María tuvo que afrontar el asalto, pues era el principal mando guerrillero de la zona. A pesar de tener la orden de replegar a sus tropas y no enfrentar al ejército, ella desobedece y ordena contraatacar, logrando frenar a los invasores. Sin embargo, el subcomandante Marcos da la contraorden de retirarse, obligando a que los combatientes abandonen el lugar, permitiendo a las fuerzas federales acceder a la comunidad para ejecutar una masacre. Aquí el testimonio de la mayor:

«Otro fue el enfrentamiento en Chavajeval. Porque a pesar de que como mandos teníamos la instrucción de evitar choques con el Ejército Federal, tuve que tomar la decisión de ordenar al oficial insurgente que estaba a cargo de esa región de responder al ataque de los soldados, pues no había más terreno para el repliegue, ya que Chavajeval está a la punta del cerro y del otro lado es un cañón accidentado y no hay vía para donde huir. Esto me costó la acusación de insubordinación de parte de mi mando.» 8

La misma orden se dio en Acteal, aún con peores consecuencias. La contrainsurgencia en la zona estaba al máximo, se veía venir la tragedia. La mayor Ana María, como mando de la zona de los Altos, está al tanto de las amenazas del paramilitarismo e implementa medidas de protección para las bases de apoyo. Remite a su superior, el subcomandante Marcos, informes sobre la vulnerabilidad en que se encuentra la gente desplazada, solicitando autorización para protegerles. Marcos ignora la petición. Al poco tiempo sucede la agresión armada en Acteal, que duró horas. Ana María sabe que se ejecuta una matanza, pero está impedida de intervenir:

«Luego se presentaron otros problemas, por ejemplo, con la masacre de Acteal. Antes de esto, yo como mando, informaba de todo, de como se venían desarrollando los problemas, los ataques, las amenazas. Incluso antes del ataque de Acteal, yo ordené al mando que estaba por ese lado, a mi subordinado, al oficial que estaba controlando esa región de Chenalhó, que protegiera a las bases y se refugiara a todos en un lugar seguro, la mujeres, los niños y ancianos, y que se quedaran solo los milicianos en las comunidades para resguardarlas. Y así se hizo, y entonces abrimos un terreno bastante grande, entre los cafetales y se llenó de refugiados de muchas comunidades, mas no pudimos hacer nada con Las Abejas, porque era una organización aparte, no eran zapatistas, pero yo informaba de todo lo que estaba pasando. Y nunca hubo una respuesta de qué hacer, cómo contrarrestar las acciones de los paramilitares. Pues ahí fue donde, creo yo, fui hasta el límite de la paciencia ¡sí!»

«Y hubo otros problemas, se estaban formando otros grupos de paramilitares ya en la colindancia entre Chenalhó y San Andrés. Nosotros con el CCRI hicimos propuestas de hacer ciertas acciones políticas para contrarrestar eso, pero no obtuvimos respuesta. Nunca hubo respuesta. Y llegó un momento en que yo dije, como mando no puedo hacer nada, el CCRI tampoco, entonces ¿de qué papel estamos hablando? Y escribí mi renuncia como mando, no como insurgente: “Renuncio como mando por esto, esto y esto, no puedo seguir mandando”. Podían pasar otras situaciones como Acteal, y a mi la mera verdad me afectó muchísimo Acteal» 9

Es conveniente analizar estas palabras. Se identifica a Ana María posicionada en la alta jerarquía guerrillera, aunque sujeta a los dictados del subcomandante Marcos, siendo este sujeto un hombre blanco que astutamente logra escalar posiciones hasta obtener el control del EZLN sin tener los méritos de Ana María. De modo que ella, una nativa cuyos conocimientos de la realidad local le son imprescindibles a la agrupación, debe subordinarse a un ladino ajeno a la existencia indígena. Añadiendo que, dentro del EZLN, Ana María carece de agencia, no le es permitido determinar el destino de su gente, ni siquiera en casos extremos. Evidentemente se le excluye.

Pero no sólo la mayor está sometida a la voluntad de Marcos, también lo están las comunidades e inclusive el Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI). El testimonio de Ana María es explícito: cuenta que siendo ella autoridad en Los Altos de Chiapas, las comunidades indígenas de la región y el CCRI deciden realizar acciones para enfrentar el paramilitarismo, por ello solicitan el consentimiento de la autoridad militar del Ejército Zapatista (Marcos), pero este guarda silencio, lo que en los hechos es una desautorización. Esto fue determinante para que las acciones acordadas nunca fueran realizadas. Es decir, sin la aprobación del jefe las decisiones asamblearias carecen de valor.

Vale recordar que la publicidad zapatista declara que son los comandantes indígenas, representando a las asambleas comunitarias, quienes conducen al EZLN a través del Comité Clandestino Revolucionario Indígena–Comandancia General (CCRI-CG). Esta narrativa afirma que el subcomandante Marcos sería un subordinado que acata órdenes de la comandancia indígena. La verdad parece ser otra; el poder en el EZLN lo tiene Marcos (incluso tras su degradación a capitán), ya que los comandantes indígenas en realidad serían delegados comunitarios sin capacidad de decisión. De tal forma que el testimonio de Ana María coincide con lo expresado por el fundador del EZLN, el comandante Germán 10.

El mundo de fantasía se desmorona, pudiendo contemplarse una distopía neo-leninista regenteada por un déspota. Allí, el tirano dispone de las vidas ajenas; es él quien decide si mueren combatiendo o si se convierten en mártires a manos de paramilitares. Las palabras de Ana María no dejan espacio a dudas; en Acteal, Marcos impidió que insurgentes zapatistas defendieran a las personas que estaban siendo ejecutadas. Ana María rogó autorización para acudir en su ayuda, pero Marcos decidió abstenerse, abandonando a Las Abejas. El EZLN pudo impedir ese horror.

Acteal significó un quiebre para Ana María. Al parecer, comprendió que las jerarquías son un obstáculo, que no sirven a la gente. Por eso rechazó su rango militar y se negó a seguir dando órdenes. Ingenuamente creyó podría seguir siendo una insurgente más dentro del EZLN, pero aquel miserable (que fue su pareja) repudia la dignidad humana. Así que la humilló, la hizo romper con la comunidad, luego la mandó apresar, para finalmente expulsarla en 1999. El Ejército Zapatista la dejó en el desamparo; cargando lesiones ocasionados por la disciplina militar, padeciendo gran tristeza, aislada, hundida en la pobreza y con una enfermedad crónica. Actualmente se le mantiene excluida.

[Continuará]

NEL

 

Notas

1. Fragmento del discurso inaugural del Encuentro Intergaláctico emitido por la mayor Ana María. Oventic. 27 de julio de 1996. (El sitio web del EZLN omite señalar que ella dio el mensaje) CCRI-CG: Inicio del Primer Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo https://enlacezapatista.ezln.org.mx/1996/07/27/ccri-cg-inicio-del-primer-encuentro-intercontinental-por-la-humanidad-y-contra-el-neoliberalismo/

2. Fuerzas de Liberación Nacional es el nombre de la organización armada que fundó al EZLN y dirigió hasta 1993.

3. En entrevista Ana María expresó; «Ingresé cuando tenía 12 o 13 años; era una niña».
Comandanta Ramona y Mayor Ana María: Las demandas son las mismas de siempre: justicia, tierras, trabajo, educación e igualdad para las mujeres. Susana Rodríguez. 1994. https://enlacezapatista.ezln.org.mx/1994/03/07/comandanta-ramona-y-mayor-ana-maria-las-demandas-son-las-mismas-de-siempre-justicia-tierras-trabajo-educacion-e-igualdad-para-las-mujeres/

4. Según el periódico NUPI, publicación interna de las FLN, las juventudes indígenas eran iniciadas en la ideología bolchevique con dos textos: A los pobres del campo de Lenin y Manual de economía política de Jean Baby.
Aquellos indígenas con mayor receptividad al adoctrinamiento eran nombrados comisarios políticos, para luego ser reintroducidos en las zonas de operación, desempeñándose como reclutadores dentro de las sociedades indígenas.
Fuente: Dignificar la historia IV. Toma de pueblos (1983-1993). Cuadernos de trabajo. Grupo Editorial La Casa de Todas y Todos. 2021. Apodaca, Nuevo León , México.

5. Tomado de ZAPATA VIVE. Epílogo. Guiomar Rovira y Rosaluz Pérez. Editorial Sexto Piso. Año 2024. Página 350. https://archive.org/details/epilogo-zapata-vive_202502

6. Declaración del Subcomandante Marcos en el Foro especial para la reforma del Estado. San Cristóbal de las Casas. 1996.

7. Tomado de ZAPATA VIVE. Epílogo. Guiomar Rovira y Rosaluz Pérez. Editorial Sexto Piso. Año 2024. Páginas 363 y 364.

8. Tomado de ZAPATA VIVE. Epílogo. Guiomar Rovira y Rosaluz Pérez. Editorial Sexto Piso. Año 2024. Página 366.

9. Tomado de ZAPATA VIVE. Epílogo. Guiomar Rovira y Rosaluz Pérez. Editorial Sexto Piso. Año 2024. Página 370.

10. Germán, secretario general del partido de las FLN, señala que el subcomandante Marcos fue designado secretario militar del partido, cargo que le otorga control total sobre el EZLN. Añade que los denominados comandantes indígenas son en realidad subordinados de Marcos, responsables comunitarios carentes de poder. Video de la entrevista al Comandante Germán. https://lacasadetodasytodos.org/video/entrevista-al-comandante-german/