La domesticación animal y humana

“Ustedes no solo han alterado a sus primos alados y a sus hermanos de cuatro patas; también lo han hecho con ustedes mismos. Han cambiado a los legisladores del congreso, a los oficinistas, a los del pronóstico del tiempo. Han transformado a sus mujeres en amas de casa, criaturas verdaderamente temerosas. Una vez me invitaron a casa de una de ellas; «No fume, tenga cuidado con las cenizas que manchará las cortinas. Mire la pecera del pez dorado. No recargue la cabeza contra el papel tapiz, su cabello debe estar grasoso. No derrame licor en la mesa, su acabado es fino. Limpie sus zapatos antes de entrar, la duela ha sido barnizada. No, no, no, usted está loco»Ustedes viven en las cárceles que han construido a su medida, las llaman hogares, oficinas y fábricas.”

John (Fire) Lame Deer and Richard Erdoes, Lame Deer Seeker of Visions. New York: Simon and Schuster, 1994 [1972], 121.

 

A lo largo de la historia de la civilización occidental la relación de los seres humanos con otros animales nunca ha sido especialmente “civilizada”. La convivencia que alguna vez fue fácil, cuando la humanidad se volvió más organizada y tecnológicamente desarrollada, rápidamente se convirtió en una relación de dominación y explotación. En los últimos años, activistas de los derechos de los animales han atraído la atención internacional con el trato y las condiciones de vida de los animales en granjas industriales, zoológicos, circos y laboratorios, un debate serio pero al que aun le falta abarcar la vida de los animales que existen en un ambiente similar pero mucho más cerca de casa – la vida de los animales domésticos, las mascotas que tenemos en nuestros propios hogares-. Llevamos a cabo un examen de la vida de nuestras mascotas que revela que ellos también son explotados en su relación cotidiana con los seres humanos; pero eso no es todo, también revela algo sobre nosotros mismos.

Seguramente hay muchos felices y bien adaptados animales domésticos que logran llevar una vida que, a su entender, es placentera y satisfactoria. De la misma manera, la historia nos demuestra que los seres humanos en las peores condiciones, incluso durante períodos de sufrimiento y abominación como el Holocausto a menudo han logrado disfrutar de la vida, enamorarse y hacer amistades, para encontrarle significado a su vida diaria y a su existencia; el ser humano puede existir resistiendo, y al igual que todos los animales se adapta de la mejor manera posible para sobrevivir y prosperar en cualquier situación. Por lo tanto, el hecho de que muchos animales (humanos o no-humanos) sean felices en nuestras casas no es razón suficiente para dejar de lado una consideración de lo que significa la vida domesticada.

Veamos el contenido habitual de la vida de los animales domésticos en la actualidad. Comienza su vida, para la mayoría de ellos, si nos remitimos a términos humanos, en un “hogar roto”. Cachorros de perros y gatos son habitualmente sustraídos de la compañía de sus madres y hermanos a una edad muy temprana para ser sometidos a un ambiente ajeno, sea esto una tienda de animales atestada y caótica o la casa de su nuevo propietario. Muchos de ellos son maltratados y abusados (no es nada raro ver perros, gatos o loros con fobia a los hombres como consecuencia de haber sido maltratados por estos últimos en su juventud) incluso quedan huérfanos. La mayoría de las veces cuando los animales domesticados se reproducen es considerado como algo molesto e imprevisto por sus propietarios humanos, y los hijos no deseados son tratados en consecuencia. Considere lo difícil que es para los jóvenes, hombres y mujeres que crecen en “hogares rotos” o en una agencia de adopción / reformatorio, ser felices y tener confianza en sí mismos y verá claramente lo difícil que debe ser crecer para los animales domésticos hoy en día.

Pero una infancia difícil es solo el comienzo de una vida difícil y antinatural para estos gatos, loros o roedores. Pues no sólo son los entornos (es decir, jaulas, pequeñas cajas de cristal, departamentos de 2 o 3 ambientes, casas con control climático, y – en el mejor de los casos – algún patio trasero con el césped y los arbustos recortados) los cuales difieren drásticamente de aquellos para los que la naturaleza los preparó, también el papel que cumplen en la vida de los seres humanos es algo antinatural ya que no poseen el control de su propio destino. La mayoría de los seres humanos que tienen una mascota mantienen una relación de posesión respecto a los animales como si fueran, de alguna forma, juguetes en vez de seres vivos que sienten. Eso puede parecer una acusación injusta, pero examine la relación que tienen generalmente estos seres humanos con sus animales, y los fundamentos sobre los cuales los retienen, sugiriendo tener todo el derecho a ello ya que los cuidan, asean y alimentan. Bien, ciertamente, estos dueños intentan prever las necesidades de los animales y, a menudo, les dan afecto, pero el papel fundamental que desempeñan estos animales en los hogares y en la vida de esta gente es nada más y nada menos que el del entretenimiento. Y, en algunas ocasiones, sustituto de la familia y amigos también. Es decir, los animales son retenidos por los seres humanos con la expectativa que traerán una cierta clase de diversión, y quizás el amor, en las vidas de sus dueños. Su papel no es ser animales, es decir; buscar ratones, volar al sur en el invierno, perseguir alces, afilar sus garras donde ellos crean adecuado, marcar territorio con la orina o reproducirse naturalmente. Mas bien, se espera que sean bufones o cortesanos modernos en el hogar occidental.

Las ramificaciones de esta relación entre los animales y los seres humanos son muchas, pero podemos ver que este acuerdo no beneficia justamente a los animales si tenemos en cuenta los “ajustes” que habitualmente hacen los seres humanos a sus mascotas para que estas puedan cumplir sus funciones de manera más eficaz. Los gatos son el ejemplo más evidente: sus propietarios los castran y desparasitan rutinariamente para que cumplan sin problemas su función de juguetes bien amaestrados. Tener y usar garras es una parte básica y hermosa de ser un gato; un gato sin sus garras es como un humano sin dedos: Puede acostumbrarse a la situación, e incluso saber como disfrutar de la vida a pesar de la alteración, pero desde ese momento algo faltará en su vida para siempre.

Del mismo modo, hay quienes dicen que la esterilización es humanitaria y hace la vida más sencilla para estos animales, a estos preguntaremos ¿simplificarían parte de su aparato reproductor con tal gusto como lo hacen por sus mascotas siendo esto tan beneficioso y tan “humanitario”? La esterilización afecta algo más que la vida sexual de los animales; cambia su equilibrio hormonal, modifica la personalidad. Un gato esterilizado a menudo engordará, se volverá más lento, y desanimado. Esterilizar a los gatos o a los perros es una manera cómoda y fácil de tener una mascota, puesto que ya no se reproducirá, ni se le caerá tanto el pelo, ni se verá escuálido y feo, claro, todo esto a costo del goce animal. Para usted una gata en celo frustrada puede no parecen estar disfrutando mucho de la vida, pero si le quita el único deseo que tiene ¿cuál será el significado de su vida? acabando con sus inclinaciones naturales extraídas quirúrgicamente o frustrado por un ambiente muy diferente para el cual la naturaleza lo diseñó, el gato esterilizado se volverá aburrido, desanimado, y grasoso, con lo cual comer el alimento que su amo le proporciona será su único estimulo y placer.

La mayoría de nosotros puede recordar seguramente sin ningún esfuerzo haber visto algún animal obeso, patético y desequilibrado por obra de su amo. Estos animales son las víctimas de la relación de explotación que existe hoy entre los seres humanos y los animales domésticos. Contenidos como simples juguetes, comiendo el alimento estandarizado que sale sin ningún esfuerzo de una caja, viviendo en casas y barrios hacinados que nada se comparan con el entorno natural. Ahora no te sorprendas si los notas débiles y sin energías, es que están muy lejos de ser animales apasionados y salvajes. Y aun con posibilidades de ser sanos y autosuficientes siguen siendo obligados a la humillante dependencia de los hombres y mujeres que no quieren, ni permiten, ni pueden darle la oportunidad de satisfacer sus vidas.

Esto no quiere decir que cualquier alternativa a la domesticación sea verdaderamente viable. El “mundo exterior” no es el lugar adecuado para que se ejecuten en el medio silvestre o se reproduzcan; los habitats naturales, para aquellos animales que podían adaptarse de nuevo a ellos, han sido alterados más allá de todo reconocimiento por la contaminación y otras fuerzas. El nuevo entorno mundial emergente con sus excavaciones en los campos de asfalto, los bosques de acero, y los acantilados de hormigón, es solo hospitalario para las palomas y las cucarachas. En comparación con la vida en el “mundo exterior”, la vida domestica es el menor de los males para los gatos y demás.

Y esto es lo más trágico de esta situación: no hay salida del mundo tecnológico ultra-organizado que hemos creado; ninguna salida para los animales o los seres humanos. Es que no hay mucha diferencia entre la domesticación de los animales y la del hombre. Nosotros, con esas jaulas modernas, cajas de zapatos y peceras a las que llamamos departamentos, no estamos exentos del problema. Compramos también alimento estandardizado (como las cajas de McDonalds), alimento muy diferente al que nuestros antepasados comían. Tampoco podemos encontrar salida para nuestros impulsos espontáneos, “salvajes”, estamos castrados y desparacitados mientras seguimos viviendo en ciudades encogidas y suburbios hacinados bajo obstáculos legales y restricciones culturales. Nosotros tampoco podemos vagar lejos de nuestras perreras, porque estamos de 8 a 12 hs en nuestros puestos de trabajo para poder pagar las cuentas o porque las fronteras políticas no lo permiten. ¿Y si vagáramos lejos, qué encontraríamos? ¿Bosques, selvas, llanos salvajes, barrancas majestuosas? No, Estos van rápidamente desapareciendo a medida que trabajan día y noche para envolver nuestro mundo en una piel de hormigón, para asegurarse de que toda la hierba se riegue por aspersión y que todos los pantanos sean drenados y que los llanos se conviertan en espacio de oficinas. Y todo lo que no se transforme en grandes jaulas o casas-peceras para que nosotros vivamos, seguramente lo inutilizaremos con la contaminación, mientras no reconsideremos y reorientemos nuestras acciones a gran escala.

Tal vez podamos aprender sobre nosotros mismos con el ejemplo de las mascotas. Puede ser que hagamos bien en aprender de ellos que la felicidad verdadera no consiste simplemente en prever el alimento, la salud física, y la seguridad. La solución al problema de la pobreza emocional de la vida de los animales domésticos, y para los seres humanos, evidentemente no es simple. Tenemos que empezar por volver a evaluar lo que la vida debe ser para los seres humanos y para los animales por igual, y lo que nuestra sociedad debe ser en general, para que nuestras vidas puedan ser significativas y satisfactorias. No hay tiempo que perder, ya hemos criado perros que no saben cómo sobrevivir sin cadenas, pronto puede que no haya ninguna vuelta atrás para nosotros.

Crimethinc

 

Una sugerencia

 

La palabrería vuelve ciego. Hace saltar los últimos puentes que aún quedan entre el pensamiento y la acción. A fuerza de ser sumergidos en ríos de palabras, a fuerza de dar vueltas, para finalmente no decir nada, a fuerza de participar con entusiasmo en el sinfín de palabras vacías, incluso las cosas más simples terminan volviéndose grandes enigmas como el origen del mundo o el sentido de la vida.

Tomemos como ejemplo una mina en Ariège, en el sur de Francia, que el Estado y un explotador quieren reabrir. No una mina cualquiera, sería demasiado simple: no, una mina de tungsteno, ese metal tan codiciado por la industria de armas y de aeronáutica. Un metal cuyos yacimientos son más bien raros y cuyo precio en el mercado no para de subir. Un metal mucho más duro que el plomo, y que por eso se encuentra en la cima de la lista de los componentes de municiones y de bombas perforantes. La explotación de una mina de tungsteno, como de cualquier otra mina, conlleva la devastación del territorio, una contaminación que favorece a terribles enfermedades e incluso a la degradación calculada de la salud de los menores, esto es obvio, a pesar de las fuertes dosis de neolengua a base de “tecnología verde”, “energía nuclear limpia”, “desarrollo sostenible” y otros “objetos inteligentes” que pueden vendernos todos sus promotores.

Después del anuncio del proyecto de reapertura de esta mina que fue cerrada en 1986 después de treinta años de explotación, una mina que constituye un interés estratégico asumido por Francia y su industria de defensa, el desbordamiento de palabrería, de oposición ciudadana, de recursos jurídicos y de “debates públicos” habrían podido provocar una auténtica inundación capaz de apagar o contener cualquier atisbo de revuelta o de reacción directa y sin compromisos. Afortunadamente no ha sido así, en la noche entre el 25 y el 26 de abril del 2018, algunos individuos anónimos han enfrentado la situación prendiendo fuego a los edificios de la mina de tungsteno de Salou, situada en Couflens, Ariège. Dos fuegos distintos han destruido un local técnico/laboratorio y han dañado un segundo edificio. Con medios simples: después de derribar con una maza un muro del laboratorio, estos individuos anónimos han introducido neumáticos colocándolos debajo de un depósito de 1000 litros de combustible. Sin necesidad de nada más, el depósito ha explotado, debastando el interior del edificio. En el segundo edificio, las llamas parecen haber tenido más dificultades para propagarse, pero aún así han causado daños. Este es un acto claro, directo, sin ambigüedades: destruir lo que nos destruye. Atacar los lugares donde se producen la devastación, la guerra y la opresión.

Quizás alguien dirá que también habría que hablar de la oposición que está habiendo en la región, generada por esta posible reapertura. Han habido manifestaciones, bloqueos, además de interpelaciones de responsables políticos o recursos jurídicos. Pero hablemos claramente, basta de palabrería: la propuesta anárquica no puede consistir en manifestaciones para “marcar nuestro desacuerdo” ni en bloqueos simbólicos “para llamar la atención”, o cualquier otra cosa no ligada a una tensión hacia la acción directa y la auto-organización. Para esto, ya existe todo un abanico de colores políticos, del rojo al verde y al amarillo, no hace falta que los anarquistas se metan también. Lo que nosotros proponemos es diferente, y no tiene nada que ver con una lógica democrática o basada en el consenso: el ataque directo, con los medios que cada uno considera oportunos. No para demostrar nada a nadie, ni para añadir una voz más radical a una protesta demasiado monótona, sino porque creemos que la única manera real de oponerse a este mundo de opresión y de explotación, es intentar destruirlo. Tanto a través de la acción, golpeando a las estructuras y a sus hombres, como a través del pensamiento, corrompiendo las ideologías que legitiman el poder y la mentalidad de obediencia y sumisión que lo sostienen.

Quizás otros aún dirán que hace falta hablar, con cifras en mano, de las devastaciones provocadas por una mina de tungsteno, de cuantos kilos hacen falta para construir un misil, o por qué no, de la manifestación sucesiva a este sabotaje, desfilando por las calles de Saint-Girons, “capital” de Couserans, la región en la que se encuentra el yacimiento. Una manifestación de 500 personas, que han respondido a la llamada de la CGT y de la Federación de cazadores (cuyo presidente local además es el propietario del terreno) a favor de la explotación del tungsteno y por la ocupación en la región, por parte de la industria bélica que ha contaminado el territorio. ¿Qué hacer frente a manifestantes así, frente a estos siervos del poder? No todos eran representantes políticos, grandes o pequeños burgueses del lugar. También había proletarios, pobres, campesinos. Como un reflejo de las fábricas de muerte, que no funcionan sólo con los ingenieros sino también gracias a los buenos explotados, probablemente incluso orgullosos de su propio trabajo y de su propia pericia. La responsabilidad individual no puede detenerse donde empieza “la clase”. Quien produce guerra, puede esperarse que le declaren la guerra.

Para terminar, y mirar un poco más allá, ¿de dónde proviene el tungsteno de la industria bélica, puesto que la minería de Salou estaba cerrada desde el 1986? Si los mayores productores a nivel mundial son China y Rusia, existen de todos modos importantes yacimientos en Europa mismo. Portugal produce alrededor de 700 toneladas de tungsteno al año, proveniente de las minas de Panasqueira en el municipio de Covilha (en el centro del país), Austria lanza al mercado más o menos la misma cantidad explotando los yacimientos de Mittersil en la región de Salisburgo. España produce 500 toneladas al año en la mina a cielo abierto de Barruecopardo, en la provincia de Salamanca. La producción de los otros países es más modesta, como en Noruega, donde se encuentra la mina a cielo abierto de Malviken en Nordland, y como en Inglaterra, donde desde el 2014 hay laboratorios para reabrir la vieja mina a cielo abierto de tungsteno Drakelands Mines en la región de Devon. Recordemos además que el tungsteno forma parte de la familia de los “metales raros” como el grafito, el cobalto, el indio, derivados del platino. Su explotación esen general extremadamente contaminante (China es el mayor productor de estos “metales raros”, sacrificando la salud de decenas de millones de seres humanos para esta actividad industrial que ha transformado enormes territorios en zonas completamente tóxicas). Ningún objeto tecnológico de hoy en día podría fabricarse sin estos metales, tanto si se trata de teléfonos móviles, transistores, molinos de viento o misiles. Para contrarestar la dependencia del abastecimiento de metales preciosos (más del 90 % de la importación en la Unión Europea es de origen chino), muchas empresas se han lanzado al “reciclaje” de metales raros, extrayéndolos de los residuos a través de otros procedimientos químicos extremadamente tóxicos. Y hace pocos años que se están alzando varias voces a favor de una explotación consecuente de las reservas de metales raros en territorio europeo. En el 2013 el proyecto EURARE, financiado en el ámbito del programa de investigación europeo Horizon 2020, ha reemprendido las exploraciones y ha presentado el año pasado su informe público. Es el preludio de posibles nuevas explotaciones mineraslocalizadas sobre todo en Suecia, Grecia, Finlandia y España, y en menor medida en Alemania, Noruega, Italia, Austria, Hungría y Portugal.

Entonces es difícil subestimar lai mportancia del sabotaje incendiario del pasado abril en Couflens: no solo ofrece una perfecta sugerencia a los enemigos de este mundo y a las luchas que podrían desarrollarse contra nuevas explotaciones mineras, sino que además es un ataque efectivo contra un pilar importante de la producción del dominio tecnológico que tiene una necesidad crucial de todos estos metales raros.

El mes pasado, han habido al menos otros dos ataques contra la explotación de las reservas naturales. En Kouaoua (Nueva Caledonia), el Serpentín del centro minero de la SLN ha sido incendiado una vez más por individuos anónimos (es la tercera vez en menos de un año), paralizando la industria del níquel, del cual un tercio de las reservas mundiales se encuentran en esta isla del Pacífico colonizada por el Estado francés. El Serpentín –una cinta transportadora de diez quilómetros– es fundamental para trasladar el mineral de la montaña al puerto. En Bauges (Savoia), han sido los “humanos como polillas” los que han reivindicado el ataque incendiario contra una cantera de Vicat, el tercer productor de cemento francés. Una subestación eléctrica, el edificio, la cabina de comando, los ordenadores de una máquina extractora y maquinaria diversa para la construcción han prendido fuego. “El cemento que sale de todos los poros de esta sociedad nos priva de vida, de sensaciones, de sustancia. Los bosques administrados de manera ecosostenible se parecen a fosas comunes” se lee en su texto, que concluye diciendo: “Esto no es nada más que un resplandor de incendio en el fondo del bosque, nada más que un resplandor, pero nos ayuda a movernos en la oscuridad, aunque sea con el precio de quemarnos las alas”. Una acción que ha puesto fin, también aquí de forma directa, a una de las actividades nocivas sobre las que se fundan el Estado y el Capital. Simplemente.

El control se hace más fuerte, las luchas pueden parecer desesperadas, las protestas callejeras más o menos radicales parecen abrir muy pocos horizontes subversivos, pero una cosa es segura y cierta: actuar siempre es posible. Un poco de creatividad, de determinación, algún esfuerzo para ver más allá de la apariencia, algún conocimiento básico. En pequeños grupos y a través de la acción directa, para golpear y destruir todo lo que perpetúa este mundo de autoridad.

Basta de palabrería legalista y de tentativas políticas. ¡Adelante por la anarquía con la libertad en el corazón!

Artículo sacado de Avis des Tempêtes, n.5, 15 mayo 2018

Traducción Revista Fenrir

 

Somos el enjambre

Si piensas que eres demasiado pequeño para marcar la diferencia, prueba a dormir en una habitación cerrada con un mosquito.

Proverbio etíope

Cerramos la ventana para evitar que entraran más. Escuché atentamente durante suficiente tiempo hasta estar seguro que solo había uno en el cuarto. Llegué a la conclusión de que era imposible dormir mientras estuviera con nosotros y, por consiguiente, encendí la lampara. Espere, y escuche, el juego. Sabía que podía atraparlo. Había atrapado algunos antes. Solo era cuestión de esperar y escuchar, mantenerse quieto hasta poder verlo, y después golpear rápidamente sin compasión.

Eran las 5:45 cuando finalmente me rendí. El mosquito me había ganado – sin importar lo activo que estuve, el tiempo de espera, o cuantos de sus congéneres había atrapado y eliminado previamente – ni siquiera lo había visto, por no hablar de matarlo. Todo lo que me quedaba por hacer era apagar la lámpara, acostarme, y esperar a ser comido vivo.

***

Esto es lo que debemos hacer con nuestra rabia. Ser pacientes. Ser sigilosos. Ser rápidos. Golpear duro. Sí, somos pequeños, pero eso es lo que nos hace rápidos y difíciles de golpear. Nuestro enemigo es torpe y lento. Y nosotros somos muchos. Podemos actuar juntos, en grupos, con aquellos a los que podemos confiar nuestras vidas. Podemos actuar a solas, seguros de que hay otros actuando también, y que nuestro enemigo no puede vernos a todos, por no hablar de matarnos a todos. Sí, debemos ser prudentes. Cuidadosos. Mantener la distancia cuando veamos a nuestro enemigo listo para golpear. Tener la seguridad de que está desprotegido cuando nos aproximamos, y durmiendo cuando golpeamos. Si planeamos nuestra fuga, podemos golpear tan fuerte como para despertar al enemigo rugiendo de su sueño, aullando en sangre. No estaremos ahí. En orden, para ser invisibles, no debemos ser mansos. En orden para ser efectivos, necesitamos no estar “organizados”. Vamos a ser encabronadamente salvajes. Estamos rodeando a nuestra presa, nos estamos preparando para acabar con el Leviatán, miembro a miembro. Porque sabemos que es un asunto de vida o muerte. Y no estamos dispuestos a morir.

Haz enjambre, pulula. Destruye.

 

Kevin Tucker

 

¡Despierta!

No es poco frecuente, en ciertos círculos anarquistas, escuchar llamados para actuar en base a los instintos. Por supuesto que muy pocas personas realmente piensan en lo que hacen, ¿no podría argumentarse que la mayoría de las personas están actuando ya instintivamente? Tal vez –asumiendo que usamos los instintos en todo lo que hacemos– nuestro mayor instinto sea hacer lo más fácil, aquello que implica el menor desafío, por tanto, en la sociedad actual sería adaptarse.

Sin embargo, lo que los defensores del instinto en realidad están pidiendo es que las personas descubran sus deseos y actúen en base a ellos. Pero esto también es demasiado pasivo. Cada sociedad crea en los individuos los deseos –y el modo de desear– apropiados para esa sociedad. Si uno solo descubre los deseos individuales, bien podrían ser únicamente aquellos creados internamente por la formación social, y no sus propios deseos.

Por lo tanto, algún anarquista expresa que conforme a su libertad cumple el deseo de beberse una coca-cola, como si tal deseo no fuera acorde con el consumo mercantilista.

Nosotros, los que deseamos la destrucción de esta sociedad y la creación de nuevas formas de relacionarnos, debemos tomar acciones conscientes y premeditadas, y no seguir pasivamente nada. Tenemos que llegar a ser los creadores de nuestros deseos, crearlos deliberadamente fuera de los moldes del consumo de mercancías. En este sentido, también los límites del automatismo como insurgencia de la vida se hacen evidentes. Sólo hay que observar a los autómatas en las autopistas, en las oficinas y fábricas, o en los centros comerciales, con sus expresiones de acristalamiento, para ver que el automatismo no es suficiente mientras exista esta sociedad. Se crea con demasiada facilidad la banalidad de la costumbre, la repetición de patrones. Lo anterior no implica rechazar el potencial del azar (ni el uso del automatismo como cualquier otra herramienta), sino reconocer la necesidad de apoderarse de ese azar con la conciencia plena que es capaz de captar la inteligencia espontánea del momento y el método, para así actuar en el instante. Hemos sido sonámbulos durante demasiado tiempo… vamos a despertar a la alegría de la aventura, la aventura de la vida insurgente.

Willful Disobedience

¿Ahora a dónde? Algunos pensamientos sobre la creación de la anarquía

 

“Cualquier sociedad construida tendrá límites. Fuera de los límites de cualquier sociedad los insumisos y heroicos vagabundos deambularán con sus pensamientos salvajes y vírgenes…proyectando nuevos y terribles estallidos de rebelión”

Renzo Novatore

 

Siento que es imposible que exista alguna sociedad en la que pueda encajar, pues sin importar la forma que adopte la sociedad, yo seré un rebelde. A veces, esto me llena de la alegría de los “insumisos y heroicos vagabundos” que refiere Renzo Novatore, pero a menudo también me hace sentir bastante solo y aislado.

Ahora vivo en una “sociedad”, en una situación en la que los roles son usados para reproducir las relaciones sociales. ¿Será que la forma en que nos relacionamos cuando estamos por fuera de la armadura social también reproduce las relaciones sociales? Yo avizoro un mundo en el cual podamos vivir nuestras vidas plenamente, como seres únicos y salvajes, moviéndonos libremente por dentro y por fuera de las relaciones con los demás, tanto como nuestros deseos nos motiven. Nunca construyendo estructuras para formalizar relaciones, lo cual es la “sociedad”. Únicamente en un mundo de ese tipo es en el que imagino podré sentirme en casa. Pero en realidad no sé cómo podría ser creado ese mundo.

Muchos de mis amigos no estarán de acuerdo en mi perspectiva sobre la sociedad, pero todas estamos de acuerdo en que queremos crear formas de relacionarnos que sean radicalmente diferentes a lo que nos ofrece la sociedad autoritaria y capitalista del presente. Todos nosotros, parece, tenemos la  incertidumbre sobre cómo podemos destruir ésta sociedad, además de aprender a relacionarnos libremente. Es claro que necesitamos examinar lo que consideramos nuestra práctica radical.

He escrito artículos y volantes. No tengo ilusiones sobre la naturaleza radical de estos proyectos. Estos perpetúan ciertos tipos de relaciones sociales alienadas, y estoy plenamente consciente de ello. Pero escribo con la esperanza de inspirar algo mas allá. Espero que la singularidad de mis escritos alcance a otro individuo único, permitiéndonos romper la pared de las palabras escritas y tal vez encontrar y crear proyectos juntos. Esto no ha pasa a menudo, de todas formas, la relación social de la palabra impresa se mantiene intacta.

En las circunstancias actuales, el fraude y el robo son formas de sobrevivencia, en cierto modo, radicales. Estas pueden envolver elementos de juego y aventura que no se encuentran en los trabajos ordinarios, pero son básicamente formas para desarrollarnos por nosotras mismas en la sociedad, y, en cierto sentido, sería un trabajo. De todas formas, a pequeña escala, el robo ayuda a sabotear la mercancía, debido a que se toma algo sin pagar por ello. Pero la necesidad de hacerlo en secreto limita los elementos para la critica radical. Lo más radical del fraude y el robo (así como en las okupas lo es el buscar cosas en la basura o recoger desechos de la agricultura) es que reducen drásticamente nuestra necesidad de trabajar y liberan nuestro tiempo para realizar cosas que valgan la pena. Pero por sí mismas, son sólo tácticas de sobrevivencia.

El vandalismo y el sabotaje atentan contra la propiedad y, por tanto, contra la sociedad. Pero, como la mayoría de la gente los emplea, son sólo ataques limitados. A lo más, tan solo reacciones de actos particularmente ofensivos de la autoridad. La extensión de la critica puede ser fácilmente silenciada por su adherencia a algún tema particular, recuperándolo para la sociedad. De todas formas el vandalismo y el sabotaje son ataques activos contra la sociedad, que en algunas ocasiones pueden dañar efectivamente algunos de los proyectos del Capital. Aunque la mayoría de las veces sólo expresen el lado destructivo de la rebelión anárquica.

Todas éstas actividades valen la pena como parte de nuestra rebelión en contra de la sociedad, pero todas son limitadas. Ninguna de ellas nos lleva más allá del contexto societario. Cada una de estas actividades son, al menos parcialmente, creadas por la sociedad como reacción en su contra. Estas no nos liberan de la sociedad, ni amplían lo que es único en nosotras. Tan solo nos colocan al filo de ella (que ciertamente es el lugar mas libre y disfrutable que puede haber dentro de la sociedad), y eso no es suficiente para aquellos de nosotros que queremos vivir nuestras vidas hasta el límite.

“No a las márgenes que colapsan.

No a los márgenes que caen.

Pero al centro está…creciendo”

En tanto creamos nuevas formas de relacionarnos (formas que acrecientan nuestra individualidad única, no los roles sociales) es necesario no solamente reaccionar contra la sociedad, al hacer de la marginalidad el objetivo central de nuestro actuar. Lo que nos es único debe ser central en nuestra actividad; los deseos propios, las pasiones, las relaciones, y experiencias. Esto implica una concepción radicalmente diferente de la revolución, que algunos comunistas y anarquistas ortodoxos centran en “las masas”. Ni la clase trabajadora, ni la actividad humana común puede crear la revolución de la que estoy hablando. La rebelión del individuo en contra de los obstáculos de la sociedad (en contra de los procesos de domesticación) son la base desde la cual el proyecto revolucionario tiene que crecer. Cuando los actos de rebelión de un número de individuos coinciden y pueden abrazarse entre ellos, entonces es posible que estos individuos conscientemente actúen juntos, de ésta forma son semillas de una revolución que puede liberarnos como individuos únicos y salvajes, de espíritu libre. Pero ¿qué significa esto a nivel práctico?

El ser nosotras mismas el centro de nuestro actuar significa relacionarnos con la sociedad, y el relacionarnos los unos con los otros en nuevas formas. Cuando comenzamos a vivir en términos de nuestros deseos y experiencias propias, de nuestras pasiones y relaciones, nos encontramos con nosotras mismas en permanente conflicto con la sociedad. En tanto la sociedad depende de la estructura y el orden, y lo que nos es único a nosotros es caótico e impredecible, entonces tenemos ventaja en esta lucha. Podemos estudiar a la sociedad, aprender algo sobre como funciona y como se protege a si misma -evitando el caer en roles sociales y patrones predecibles- nuestras acciones parecerán venir de ningún lado, aunque causen estragos en nuestros enemigos. Negándonos a cumplir con los roles sociales establecidos, rechazando el tener que pagar por las cosas o trabajar para sobrevivir, no aceptando reglas de etiqueta, ni protocolos, es un buen comienzo. Bromas espontáneas (o aparentemente espontáneas) y representaciones radicales -no atribuidas a payasos, compañías teatrales u otras entidades sociales- pueden exponer la naturaleza de la sociedad e inclusive crear una situación en la cual la vida libre y la mera existencia ofrecida no pueda ocultarse. Acciones de expropiación, vandalismo, y sabotaje salidas de nuestros propios deseos, en vez de ser una mera reacción de atrocidades sociales, serán mas impredecibles y mas frecuentes. Nuestra violencia contra la sociedad chocará como un trueno, impredecible, con la intensidad de nuestro deseo de vivir nuestras vidas plenamente.

Pero para poder pelear inteligentemente contra la sociedad se requieren conocimientos y habilidades. La sociedad, al ponernos dentro de roles sociales, limita nuestros conocimientos y habilidades, por eso necesitamos compartir ésta información. Libros y artículos pueden ser de ayuda, aunque estos están abiertos al escrutinio publico, incluyendo el de las autoridades. Lo que hace que nuestras actividades sean predecibles, y a nosotras nos deja más vulnerables. Por tanto, es necesario crear vías para compartir el conocimiento generado de nuestras relaciones actuales como individuos únicos.

Esta necesidad por compartir habilidades coincide con nuestro deseo de vivir la vida plenamente, y el disfrutarnos las unas a los otros como seres únicos y salvajes, haciendo de la exploración de nuevas vías de relacionarnos una necesidad inmediata -no algo que deba postergarse hasta “después de la revolución”. Cada uno de nosotros es único e impredecible. Habiendo sido educados, toda nuestra vida, para relacionarnos dentro de roles sociales, en vez de hacerlo como lo que somos en realidad; seres únicos. Debemos apoyarnos en nuestra imaginación para crear nuevas formas de relacionarnos, no basándonos en moldes preestablecidos ¿podría ser de alguna otra forma, cuando no queremos crear nuevos roles sociales? Las ideas que comparto son tentativas, un llamado a explorar dimensiones desconocidas, invitación para aventurarnos en tanto cumplan nuestros deseos y nos expandan como individuos únicos. En sí, no hay nada revolucionario en éstas exploraciones. Se convierten en revolucionarias solo en conjunción con la resistencia consiente y activa respecto a la sociedad -el reconocer que nuestra unicidad y libertad como individuos está en conflicto con esa sociedad, y que debemos destruirla para liberarnos plenamente.

En años recientes, he reflexionado mucho sobre cómo explorar nuevas vías para relacionarnos. Estas exploraciones necesitarían estar basadas en los deseos únicos de cada individuo y cubrirse con la confianza mutua. En un comienzo mis pensamientos estuvieron centrados, principalmente, en algún tipo de sitio rural/natural que correspondiera con una vida relacionada a proyectos de espontaneidad, sin implicaciones con la economía, y que involucraran resistencia a la domesticación y a la autoridad. Entre más pienso en esto, me parece que dicho proyecto comprometería mis auténticos deseos -y muy probablemente recrearía la sociedad, a pequeña escala, con individuos repitiendo roles sociales, en lugar de entablar relaciones sobre la base de la unicidad.

Cuando la gente se reune teniendo como base los deseos únicos de cada cual, además la confianza mutua, su unión será, por su naturaleza, muy transitoria. Los individuos vendrán y se irán tal como lo deseen, y participaran en la forma que ellos quieran. Esto hace que la situación establecida sea temporal. Recientemente, me he dedicado a vagabundear. Disfrutaría el compartir ésta vida junto con amigos y amantes que quisieran también vagar. Seriamos un festival ambulante de rebelión y sorpresas. Digo un festival, y no una tribu o una banda, debido a que lo único constante sería el compromiso de cada individuo por vivir plenamente, y luchando contra lo que lo impida; individuos por sí mismos llegando y retirándose a voluntad. Las actividades de sobrevivencia pueden incluir la recolección en la naturaleza, el robo, los fraudes, el compartir regalos con amigos y el aceptar regalos de gente que aprecie cualquier actuación callejera -expresiones publicas de nuestro comportamiento lúdico y creativo- que hagamos. Podemos compartir habilidades y conocimientos con amigos que visitemos, creando una red informal para diseminar el conocimiento y las habilidades entre aquellos en los que confiamos. Los actos de vandalismo, sabotaje y otros ataques contra la sociedad serán mas sencillos en tanto no permanezcamos en esos lugares, adquiriendo un aspecto de invisibilidad. En éste vagar, esperaría pasar mucho tiempo en lugares salvajes. Quisiera explorarlos y llegar a conocerlos bien. Los lugares salvajes son ideales para destruir ésta sociedad. Estos encuentros podrían proveernos de otros medios para compartir conocimientos y habilidades, así como el ser mucho más divertidos.

Tal como expuse arriba, por sí mismas, estas ideas no son revolucionarias. Vagabundos, gente rara, personas del arcoiris y otras más han vagado, pero sin la consciencia de la guerra de la sociedad contra el individuo de espíritu libre. Estamos en guerra, pero no estamos peleando por el Poder. No necesitamos construir ejércitos para derrotar a los poderes que existen; necesitamos hacernos salvajes, de espíritu libre, individuos únicos cuya violencia salga del deseo por vivir la vida sin límites, y así derrotar al Poder. Los festivales ambulantes de espíritus libres pueden incorporar esta actividad destructiva, posiblemente con más fácilidad que grupos mayor organizados y previamente definidos.

Ya he afirmado que éstas son sugerencias tentativas, ideas a ser tratadas y probadas. Estoy cansado de sentirme aislado por rechazar sacrificarme a los roles sociales. Quiero explorar nuevas formas de relacionarme que vayan más allá de esos roles, y que refuercen la unicidad de cada uno de nosotros. Pero mas que eso, quiero explorar activamente estas ideas en la practica y compartir estas exploraciones con personas amigas y amantes. En tanto podamos parar de estar en los márgenes de la sociedad y, cada uno, como seres únicos y salvajes, convertirnos en el centro de un proyecto insurreccional que pueda destruir a la civilización y crear un mundo en el cual podamos vivir libremente, relacionarnos para crear tal como nuestros deseos únicos nos muevan. Nos convertiremos, para citar a Renzo Novatore, otra vez, “en una sombra eclipsando cualquier tipo de sociedad que pueda existir bajo el sol”.

 

Feral Faun