Maribel

Siguiendo con el recorrido por el maravilloso mundo de ilusiones, nos acercaremos a una mujer vital para el Ejército Zapatista, aunque despreciada.

Dieciocho de febrero de 1994, los noticieros trasmiten imágenes de la liberación de un prisionero de guerra. Se trata del general Absalón Castellanos, a quien el EZLN mantuvo en cautiverio. La guerrilla lo entrega a las autoridades en un poblado de la selva. El prisionero, hombre blanco y barbado, es conducido por una escuadra insurgente al mando de una mujer; es una joven indígena de baja estatura, con uniforme militar, paliacate al rostro y rifle de asalto al hombro. Su nombre, Maribel.

Así describe el subcomandante Marcos el accionar de esta mujer durante la ofensiva del 1 de enero:

Maribel. Capitana Insurgente de Infantería. Toma la estación de radio de Las Margaritas cuando su unidad asalta la cabecera municipal el primero de enero de 1994, nueve años de vida en las montañas pasó para poder sentarse frente a ese micrófono y decir: «Somos producto de 500 años de luchas: primero contra la esclavitud…» La transmisión no se realiza por problemas técnicos y Maribel se repliega para cubrirle las espaldas a la unidad que avanza sobre Comitán.I

La referida mujer es originaria de un poblado tseltal en el municipio de Altamirano. Fue incorporada a las filas de la guerrilla siendo menor de edad. II El haber ingresado siendo casi una niña posibilitó desarrollara características que le eran útiles a la organización armada. De modo que Maribel inició una preparación destinada a dominar la expresión oral, posteriormente se le adoctrinó en la ideología marxista-leninista, para concluir con un severo adiestramiento militar. De esta forma, a pesar de su corta edad, se convirtió en un elemento básico para el zapatismo.

Sin duda, Maribel fue importante para el crecimiento del EZLN, pues junto a otros jóvenes, propició el reclutamiento masivo de indígenas a mediados de la década de los 80. Igual que Ana María, Maribel fue designada comisario político, teniendo la función de introducirse en poblaciones nativas para realizar reclutamientos. Se trataba de una labor riesgosa, ya que podía ser detectada por el aparato represivo, no obstante, siendo mujer indígena pudo pasar desapercibida y cumplir con su cometido. De esta manera, comunidades enteras fueron integrándose a la organización armada. III

No sólo se desempeñó como reclutadora, sino que participó en la instrucción de los recién afiliados. Así que el EZLN obtuvo grandes beneficios al incorporar a jóvenes nativos, ya que ellos, conociendo la sociedad local, supieron articular una estrategia donde coincidieran los anhelos indígenas con el programa político de la organización. Pese a su talento, tanto Maribel como Ana María sólo lograron alcanzar niveles medios en la categoría militar, los mandos superiores nunca estuvieron a su alcance.

Aquí es preciso reflexionar sobre cómo se conquistan los puestos de poder en el zapatismo. Reconocer que el Ejército Zapatista mantiene una estructura vertical implica que es gobernado por jerarquías. La misma cotidianidad zapatista está determinada por una jerarquización social donde los subordinados acatan los dictados de sus superiores, a lo cual apodan mandar obedeciendo. En este modelo social/militar la escala de poder está ligada con las capacidades individuales, de manera que ciertos militantes son promovidos como mandos si se valora que desempeñaron adecuadamente sus responsabilidades con la organización. Por tanto, si la escala de poder zapatista la determina el desempeño personal, es incoherente que varones no-indígenas, sin méritos suficientes, hayan alcanzado grados superiores a los de Maribel o Ana María. El caso más notorio es el del subcomandante Marcos. Éste sujeto se estableció en la selva casi en la misma etapa que lo hicieron Maribel y Ana María, no obstante, Marcos escaló en la jerarquía pese a no contar con las cualidades necesarias (desconocía las lenguas y culturas regionales) y sin haber desempeñado acciones comparables a las de estas dos mujeres. Esto indica que en el EZLN predomina una forma organizativa donde las jerarquías se conquistan en base a criterios elitistas que hacen distinciones por género y estirpe. Es decir, el zapatismo impone una organización social excluyente que consolida el machismo y el racismo.

La trayectoria de Maribel en el Ejército Zapatista está marcada por las dificultades que enfrentó al ser mujer e indígena. Ella misma señala que fue obstaculizada, por patriarcas de la organización, impidiéndole proyectar acciones que tuvieran efectos liberadores para las comunidades.

Por lo visto, Maribel comenzó a ser contenida al término de la ofensiva armada del 94. A pesar de que su desarrollo en los combates fue óptimo, no se le promovió a un puesto donde pusiera en práctica sus capacidades, en cambio fue desarraigada de la colectividad designándola escolta de Marcos.

Es conocido que servir a ese prepotente individuo, aunado al seguimiento de los aparatos de seguridad del Estado, afectaron su desarrollo y su salud. Mas la situación se modificó al asignarle el cargo de mayor, siendo la segunda mujer indígena en conseguirlo.

Tras ser ascendida, Maribel es designada jefe militar de la región de Morelia, en 1999. Al fin conseguía zafarse de la sofocante presencia del subcomandante, aunque seguía sometida a su control. Ella consideraba que en su nuevo cargo obtendría cierta autodeterminación para impulsar la organización comunitaria.

No se dio cuenta que recibía un regalo envenenado, debido a que en la zona de Morelia existía gran conflictividad. Por una parte, la población del lugar estaba sometida a una intensa violencia militar y policial. Por otro lado, la vida comunitaria se deterioraba a causa de disputas entre los caudillajes que conforman al EZLN. De modo que es designada autoridad en un contexto adverso.

Ella llega con la consigna de desarrollar la autonomía entre la población zapatista, es decir, que el autogobierno no surgió de la voluntad de sus habitantes, por el contrario, fue un elemento ajeno introducido por mandato superior. El autonomismo era una práctica desconocida en las comunidades indígenas, ya que el orden social se sustenta en el liderazgo del patriarca que encabeza la comunidad y toma las decisiones.

La demanda zapatista por autonomía surge tardíamente, luego de que el gobierno incumple los acuerdos firmados con el EZLN. En ellos, el Estado se compromete hacer una reforma constitucional que admita la autodeterminación de los pueblos indígenas, reconociéndolos como entidades capaces de autogobernarse y de gestionar recursos públicos. Ante la negativa de cumplir lo pactado, el EZLN rompe con el gobierno y los partidos, declarando implementará, de facto, la autonomía en sus comunidades bases de apoyo. Así que la autonomía zapatista es un artificio ideado por Marcos.

Mas no se crea que ese autogobierno del EZLN tiene potencial libertario, la tan sonada autonomía zapatista se circunscribe al mero control administrativo. De ello da cuenta Maribel, al señalar que en las comunidades no existe interés por impulsar un proceso autonómico donde participe la población, sino sólo en cumplir con las obligaciones del cargo.

En este escenario, Maribel se esmeró por cumplir su misión; intentó conciliar los liderazgos confrontados, entró en contacto con jóvenes y mujeres para emprender proyectos autogestivos, además de atender los requerimientos de la gente local. No obstante, ella siguió siendo considerada una extraña que se había introducido sin razón en sus comunidades, a final de cuentas era un agente del mando central carente de legitimidad.

Tras cuatro años de permanecer al frente de la zona de Morelia, la estructura militar destituyó a Maribel. Se le acusó de crear conflictos y poner en riesgo a la organización. Tales imputaciones fueron hechas por los liderazgos comunitarios que se vieron afectados con el modelo autonómico que impulsó. Ella puso en práctica una autonomía que rompió con el mero formalismo e implicó la participación activa de las comunidades, sumado a que; prohibió la entrada de mercancías de grandes capitales (empezando por Cocacola), hizo que los emprendimientos comunitarios se autogestionaran para así evitar el financiamiento de ONGs, suprimió las divisiones del trabajo por género, estableció la participación de los varones en trabajos del hogar (como echar tortillas), etcétera.

Los cacicazgos comunitarios al interior de EZLN frenaron las iniciativas de Maribel. La estructura militar le negó la posibilidad de defenderse, y tras juicio sumario, se le separó de su puesto. Ella, por dignidad, renunció a su rango militar en 2003, tras 20 años de ser utilizada por la organización.

Así explica Maribel su expulsión:

«Sabía que me iba costar hacer las cosas así. Así se los dije a los de la comisión antes: “aprovechen que estoy aquí, porque no creo que voy a durar mucho; de por sí, no nos van a dejar [otros mandos]”. Después, pues ya no quise aceptar nada… Ya no quise tener de nuevo una bota encima de mí. Lo pensé bien y ya no me iban a dejar hacer lo que me interesa [trabajar con los pueblos]. Ahí [en la estructura militar] ya no iba poder hacer nada. ¿Para qué?, pensé. Por eso mejor me regresé con mi familia; aunque ahí está más cabrón, de plano, ahí hay muchos problemas. Las autoridades me han hecho a un lado, como que me tienen miedo y de plano no hacen bien su trabajo; de plano, las mujeres no cuentan.» IV

Estas declaraciones son reveladoras. Maribel tenía claro que desarrollar la organización colectiva significaba una amenaza para los cacicazgos zapatistas. Sabía que los mandos (o sea, los comandantes indígenas) no iban a permitir que la gente de las comunidades tomara el control de su vida. Estaba convencida que dentro de la estructura militar no tenía posibilidades de accionar con libertad, y que no volvería a tolerar que Marcos pasara por encima de ella.

Maribel declaró que el feminismo es «mal visto» entre los mandos del EZLN, y también en las comunidades bases de apoyo V. Dice Maribel «me tienen miedo», pues «de plano, las mujeres no cuentan». Ese mal ver, ese miedo y esa negativa a contar con las mujeres son signos de odio. De modo que el zapatismo sería una mezcla entre antifeminismo, misoginia, catolicismo y militarismo.

Para finalizar con esta historia, debe señalarse que Maribel regresó a su comunidad, intentó seguir siendo militante zapatista, aunque al final la excluyeron. No ha podido influir en la vida comunal, pues aún es vista con desconfianza por haber sido destituida.

El caso de Maribel refleja la podredumbre del EZLN, con sus autoritarismos, machismos, cacicazgos y la nula capacidad para desarrollar su cacareada autonomía.

[Continuará]

NEL

 

Notas

I. 12 mujeres en el Año 12 (segundo de la guerra) https://enlacezapatista.ezln.org.mx/1996/03/11/12-mujeres-en-el-ano-12-segundo-de-la-guerra/

II. «Maribel es tzeltal y tenía menos de quince años cuando llegó a las montañas del sureste mexicano» Subcomandante Marcos. 12 mujeres en el Año 12

III. Lo expresado en este texto se basa en la historia personal de Maribel, contenida en:
Experiencia de la participación política de mujeres zapatistas y transformación de la comunidad. Rosaluz Pérez Espinosa. Tesis doctoral. UNICACH. 14 de Diciembre 2021. https://archive.org/details/tesis-rosaluz-perez

IV. Entrevista con Maribel Experiencia de la participación política de mujeres zapatistas y transformación de la comunidad

V. Experiencia de la participación política de mujeres zapatistas y transformación de la comunidad