Camino tropezándome a cada paso;
pero me levanto, no cedo; que
andar es lo único que me mueve.
A veces siento tanta rabia que me dan
ganas de abrazarme a la muerte;
pero espero, no cedo; que la vida
es lo único que me queda.
Casi siempre digo lo que pienso;
y siento, creo; que tal vez pueda hacer
con todo ello un poema…
Un poema de rabia
que camina.
Un poema de vida que no cesa.
Un poema de amor
insurgente…
¿Y la meta?
¡Una verdad atravesada por
mil saetas: la existencia que no cesa!

Gabriel Pombo Da Silva