El mazo del iconoclasta

 

“Dad rienda suelta a las pasiones inmorales”

Mijaíl Bakunin

 

Aunque el fatalismo impenitente que se ha instalado en nuestras mentes nos impida verlo, somos, en realidad, una numerosa pléyade de “desafectos al sistema”. Ideologizados o intelectualmente “vírgenes”, ductos o instintivos, necesitarios de autonomía o carentes de pan, pocos son los crédulos o satisfechos, que se atreven a afirmar que el mundo está constituido tal y como debería.

Para quienes pongan en duda tal aserto solo tienen que sacar a colación, en una conversación cualquiera y con cualquiera de sus semejantes, el tema -que a fuerza de ser recurrente se ha pretendido convertir en demagógico- del hambre o la guerra, y serán solo una minoría los que acepten con agrado tales cosas.

No hace falta mirar las tripas de esta “máquina mal engrasada” para saber que sus engranajes están ajados y casi completamente obstruidos, con unas válvulas silbantes que señalan una rápida y alarmante subida de la temperatura… todos los indicios de que el “artefacto social” está al borde del colapso.

Pero, ¿Quién le dará el último empujoncito?

Quizás algunos aprecien esta valoración como exagerada y excesivamente optimista, no obstante, mientras se dirime esta cuestión, la máquina sigue funcionando, a trancas y barrancas, forzando al máximo su capacidad, mostrándole a los ojos menos exigentes una carcasa flamante y reluciente, aunque chorreando sangre ajena como si fuera aceite… sin embargo, no podemos obviar que lo más curioso del caso es que haya sido en semejantes condiciones, precisamente en ese estado de declive y agonía, como ha conseguido mantenerse activa durante las más hondas simas de tiempo, a través de milenios e, incluso, hasta nuestros días, ¿peca ahora mi análisis de “triunfalismo”?

El sistema está “muriendo” desde que nació, existiendo a marchas forzadas, lleva marcado a fuego el signo de la desaparición. Y si aún no se ha logrado no es por los peregrinos motivos que se nos suele aducir.

Dejando de lado las intrincadas “fórmulas materialistas”, las mismas que determinan que un hombre debe renunciar a coger una manzana de un árbol si antes no se ha equipado con la correspondiente escalera, aún a pesar de que pudiera acceder a ella con un simple palo; las mismas que posponen la Revolución, aunque sea tan vital como la lluvia en el desierto, a los lugares que hayan sido “obsequiados” con los galardones capitalistas, y a unos tiempos más “propicios”. Hay otras muchas “incongruencias” que hasta la cabeza del corazón más ardiente está dispuesta a dar por sentado.

Se nos dice con voz quejosa: “Es que nuestro número es ínfimo, comparados con otros periodos históricos somos menos que una minoría”. Dígansele tales pequeñeces a Fanelli cuando se encontró en España con un grupo que llegaba con dificultades a la veintena, díganselo a Anselmo Lorenzo y a Morago, y al que a la postre sería el movimiento obrero más fecundo y vigoroso de la estúpidamente llamada “Europa occidental”. ¿Quién se atreverá a replicar tales cosas a los oídos de los “apóstoles” errantes que, a lomos de jumentos, iban difundiendo “la Idea” por sierras, cortijos y aldeas, sin más calor que el de las hogueras, sin más medios que la vehemencia y cuatro palabras grabadas a fuego en el alma?

Llegan entonces otros llantos: “Es que hoy estamos menos instruidos, y “revolucionariamente” menos preparados, que nunca”. Retumbarían aún, en los montes y cerros, las risas de aquellos campesinos de Jerez, en 1892, o la de los peones de la Patagonia, en 1921, si alguien hallara el valor de espetarles tales cosas. Qué le digan a un cantero o a un jornalero, orgullosamente analfabetos, la falta que les hacían las teorías y los libros, para sacudir de sus espinazos el yugo del patrón y del cacique.

Gastan entonces el último cartucho: “Es que hoy la gente es mucho más “comodona”, la vida hoy es más fácil, y las “mejoras sociales” mitigan las causas por las que rebelarse”. He ahí el argumento de la renuncia; reunid los arrestos para alargar vuestra voz hasta el mal llamado “Tercer Mundo”, decidles que su hambre es fingida, que su sed es una ilusión y que su mortalidad es una “quimera” de sus mentes. Convencedles de que el “maná” les caerá de sus cielos ennegrecidos -previa intoxicación de las chimeneas capitalistas- y de que sus tierras -explotadas por la globalización- serán fértiles, y de que sus ríos insalubres -gracias al “savoir-faire” industrialista- rebosarán de peces. Levantad la voz hasta África y habladles a sus habitantes de esas “mejoras sociales” que deshincharán los estómagos de sus hijos, de cómo los avances capitalistas han acabado con las muertes por inanición, también con el raquitismo o con las enfermedades más cruentas; decidles eso y posiblemente os escupan a la cara. ¿Pero por qué marchar tan lejos? ¡Abrid de una vez la ventana!, os conmino a ello, y si no sois insensibles, o rematadamente imbéciles, veréis desfilar antes vuestros ojos verdaderas legiones de “hambrientos y desamparados”, mesnadas de nómadas sin domicilio, de personas embargadas y desalojadas por impago, de obreros asfixiados ante el ocaso mensual, observareis, con vuestros propios ojos, ejércitos de adultos y niños, nacidos aquí y allá, que abordan las basuras con el digno e imperante fin de alimentarse… son “ejércitos del hambre”, a los que les sobran motivos para convertirse en “ejércitos del odio”.

La situación no ha cambiado nada con respecto al decimonónico inicio de las luchas sociales “explícitas”, el número no ha variado, la “ilustración” sigue sin ser imprescindible, y la miseria no ha dado un solo paso hacia atrás… los motivos para Rebelarse siguen siendo los mismos, lo único que ha cambiado es la disposición para ello; tan solo se ha modificado nuestra Voluntad.

Para quienes hayan llegado hasta aquí, compartiendo tal razonamiento, el dilema se exhibe diáfano: “si eso es así, ¿qué hacer?”.

Parecen que todas las medidas están ya agotadas, toda la propaganda hecha, todas las “asociaciones” formadas, todos los métodos puestos en práctica… pues si es realmente así, quizás lo que haya que cambiar es el carácter de los mismos.

La gente habla de renunciar a los métodos “específicamente violentos”, arguyen tanto la mala aceptación popular como toda una suerte de, respetabilísimos, motivos morales; pues perfecto. Nada hay que objetar al respecto, ya sea por motivos “pragmáticos” o “éticos”, se considera que la “violencia” no es el camino a seguir; compartimos, absolutamente, este planteamiento en cuanto a vidas humanas se refiere, pues no hay Revolución que se haya cimentado sobre la fuerza y la sangre, que no haya tenido necesidad de recurrir posteriormente a ambas para poder perpetuarse sobre el propio pueblo que lucho para erigirla. Nosotros como Bakunin, “no queremos destruir hombres sino instituciones”.

Es verdad que sobre este asunto algunas actitudes se nos antojan decididamente hipócritas, las mismas que apoyan cualquier acción violenta mientras esta esté respaldada por las “masas armadas”, y que, sin embargo, condenarían inexorablemente a cualquiera que realizara semejantes actos en solitario o con un escogido número de colaboradores… es como si la verdad fuera más “verdad” cuando es ratificada por el número, como si el asesinato dejara de serlo en cuanto el “pueblo” diera su consentimiento. Son estas las opiniones de quienes condenarían al Durruti ilegalista, expropiador y “propagandista por los hechos” de los años 20, si no hubiera sido eclipsado por la mítica del luchador miliciano de los años 30.

Pero estas “dobleces faciales” no consiguen desalentarnos de nuestros propósitos, nuestra meta no es inmolar la voluntad, ni la dignidad ni la vida de nadie, la única voluntad que queremos deponer, la única dignidad que queremos escarnecer y la única vida que queremos aniquilar es la del Estado y el Capital, solo de ellos aceptaremos un acto de genuflexión. Obviamente esto pasa por derrotar a los sujetos que utilizan tan “formidables herramientas”, no siendo estos Molochs unos “entes” dotados de vida propia, es contra quienes dirigen sus riendas contra los que cargamos las escopetas, pero no es la destrucción sistemática de estos mequetrefes y pusilánimes lo que buscamos, lo que pretendemos es reducir a cenizas los instrumentos que les han permitido auparse sobre el resto.

Las fórmulas para crear un ambiente propicio para que el descontento popular pueda estallar en una Revolución a “gran escala”, son variadas, y ante la anterior pregunta, ese sempiterno “¿qué hacer”?, solo hallamos una respuesta válida: “Haced todo lo que esté en vuestra mano, mientras no entre en los cursos de la legalidad”.

Algunos optan por adscribirse al sindicalismo; muy bien, pero que no os toque la larga e infecciosa mano de la legalidad, que esta sea una condición que quiera adjudicaros el Estado, y no una que reclaméis vosotros. No legalicéis vuestras manifestaciones, que no concurran vuestras huelgas por las vías legales, dejad de circunscribir vuestros actos al “marco de la ley”, retomad el sabotaje que antaño os hizo grandes, olvidad a vuestras huestes de abogados, y encaraos, frente a frente, con el enemigo mortal que supone toda Autoridad… de lo contrario esa arma letal, que un día infundió terror a la burguesía, hoy yacerá muerta, tal y como muchos prevén.

Quizás vuestras pulsiones os escoren hacia la “propaganda escrita”; muy bien, pero que cada una de vuestras palabras sea merecedora del más profundo odio gubernamental, que cada uno de vuestros panfletos provoquen la más recalcitrante iracundia en los estómagos “bien alimentados”, que cada una de vuestras letras sea un delito, que cada una de vuestras frases sea un crimen, escribid cada grafía esperando recibir por ella la más dura de las condenas judiciales, que cada gota de tinta que emane de vuestra pluma sea digna de acabar en prisión.

Para aquellos que estén sedientos de actos es para los que ofrecemos nuestra propia alternativa, si alguien vuelve a interrogaros sobre “¿qué hacer?” ya no os quedareis mudos de respuestas… es hora de dar el penúltimo Mazazo del Iconoclasta.

Como sujetos dotados de sensibilidad os repugna la violencia física contra las personas; muy bien, ¿pero qué os impide lanzar toda esa violencia contra la “materia inerte”?, los iconoclastas originales levantaban sus mazos contra todas las imágenes que eran merecedoras de culto entre la población; hoy la cosa no ha cambiado en demasía, también se trata de canalizar nuestra furia contra todos los nuevos fetiches de esta civilización. Armemos nuestro odio y carguémoslo contra todos los símbolos existentes hasta convertirlos en meras ruinas, ¿los métodos? Desde los más sencillos a los más complejos, ¿qué importa el “cómo” mientras no se ponga en peligro la existencia de nadie? Tan solo hemos de elegir el objetivo, y destruir, de una vez para siempre, todas las efigies y deidades que sean dignas de idolatría y admiración en esta corrompida sociedad actual. Acabemos con los objetos que exigen su pleitesía y así no tendrán a quién regalarle sus reverencias, obediencia y sumisión, acabemos con el receptáculo de sus alabanzas y pondremos fin a su superchería y humilde constricción, y si los reconstruyen, volvamos a volatilizarlos, hasta que no les quede nada ni nadie a los que venerar.

Es la vieja máxima proudhoniana: “Demoliendo, edificaremos”.

Destruyamos de manera compulsiva, liberados al fin de la moral burguesa y sus idearios; eso si, sin arriesgarnos, sin comprometernos, pues es mucho más cómodo ir la cárcel por escribir estas andanadas que por llevarlas a la práctica, pero que nada nos limite, que no tengamos ni un solo reparo en destruir todos y cada uno de los iconos que se han convertido en el ornamento del sistema, destruyamos sin paliativos; y que solo nuestros sentimientos sean capaces de derretir la cera que mantiene unidas nuestras alas.

Será entonces cuando podremos reproducir lo que nos auspiciaba Bakunin, pues: “Algún día el yunque, cansado de ser yunque, pasará a ser martillo”.

 

El Hombre Guillotina

 

Retazos para una profundización del nihilismo revolucionario

Estas palabras surgen desde el sentimiento, tal vez egoísta, de profundizar en nuestras propias definiciones, específicamente en el nihilismo, tal vez a contramano de lo que algunxs denominan “tendencias” nihilistas, considerando al nihilismo como un apéndice, una característica agregada a otras posturas o ideologías políticas/sociales, específicamente anarquistas. En esta línea no tiene sentido renegar sobre una supuesta pureza, pero sería caer en un idealismo banal pensar que estas son complementarias, o que incluso comparten un mismo camino en la historia, por el contrario estos se bifurcan y encuentran en ciertos momentos, incluso en el presente, pero anexar al nihilismo como adjetivo anarquista no hace más que minimizarlo, limitarlo y convertirlo en parte de una ideología.

Podemos encontrar desde un lugar genealógico, dos expresiones del nihilismo, una en la Rusia zarista, concebida como movimiento revolucionario, aunque con diferentes etapas que van desde un cientificismo más bien intelectual, hasta la concepción como grupos terroristas apuntados al asesinato del zar Alejandro I. Y por otro lado, como postura existencial, que lejos de quedarse en una teoría dentro del mangrullo filosófico de la época (Hegel-Marx), invita a una interpretación de la realidad hasta las últimas consecuencias del vacío y el acercamiento hasta o hacia la nada, en esta línea podemos encontrar a Stirner, y luego una línea de pensadores de distinto tipo que abordan la nada desde optimas diferentes, Nietzsche, Sartre, Camus o Cioran.

De acá surge la primera pregunta, en parte inocente, pero que invita a reflexionar en torno a ¿Qué es el nihilismo? Y si nos lo preguntamos es justamente porque este pareciera aparecer como un ente estético que sobrevuela el entorno, al cual solo se aborda desde la forma, o sea, tal o cual cosa es nihilista porque propone la destrucción, porque no cree en el futuro esperanzador, porque es antagónico a los valores humanistas, pero estas no se piensan desde el nihilismo, por el contrario, son características de identificación o proyección dentro del ambiente anárquico, tal como pueden ser los rótulos de “egoísta” o “individualista”.

Si pensamos en la definición de Nietzsche nos encontramos con:

Nihilismo -falta el fin, falta la respuesta a la pregunta «¿por qué?». ¿Qué significa el nihilismo? Que los valores supremos se desvalorizan”.

Aunque Nietzsche también afirma ser:

“…El primer nihilista acabado de Europa que, empero, ya ha vivido en sí mismo el nihilismo hasta el fin —que lo tiene tras de sí, debajo de sí, fuera de sí”.

Por otro lado está Turgueniev, en la novela Padres e Hijos y la primera aparición del término en Rusia en el año 1862, quien escribe en forma de diálogo:

-Es nihilista -repitió Arkadii.

-Nihilista -recalcó Nikolai Petrovich-. Eso viene del latín nihil (nada), según creo recordar; probablemente, esa palabra designa… que no cree en nada.

-Di más bien que nada respeta -encareció Pavel Petrovich; y volvió a emprenderla con su mantequilla.

-Que a todo aplica su punto de vista crítico -observó Arkadii.

-¿Y no viene a ser todo uno? -preguntó Pavel Petrovich.

-No; no es todo lo mismo. El nihilista es un hombre que no acata ninguna autoridad, que no tiene fe en ningún principio ni les guarda respeto de ninguna clase, ni se deja influir por ellos.

-¿Y eso está bien? -preguntó Pavel Petrovich.

-Según se mire, tío. A unos les parece bien; a otros muy mal“.

Padres e Hijos.

Y pasando por Stirner encontramos la repetida hasta el unísono:

Lo divino mira a Dios, lo humano mira al hombre. Mi causa no es divina ni humana, no es ni lo verdadero, ni lo bueno, ni lo justo, ni lo libre, es lo mío, no es general, sino única, como yo soy único. Nada está por encima de mí.

El único y su propiedad.

Ahora, lo que encontramos son siempre respuestas o posiciones frente a la nada, de acá podemos pensar que el nihilismo plantea más bien un acercamiento a la nada y no necesariamente una aceptación o negación de la misma, en este abordaje podemos ver como Stirner resuelve el “problema” de la muerte de Dios y por lo tanto de todo orden social y moral en la autoafirmación del Ego, por otro lado lxs nihilistas de Rusia pasarán por una afirmación de la ciencia como nuevo parámetro de ordenar el mundo y Nietzsche será el impulsor de la voluntad de poder, una propuesta que intentará superar la nada en el vitalismo del superhombre en contraposición a las lógicas antiindividuales y morales del cristianismo y la democracia.

En esta línea es que lxs anarquicxs tomamos al nihilismo, desde las respuestas a la nada y no hacia la pregunta por ella, principalmente en la influencia de Nietzsche en Armand, Goldman y Novatore. Este último es quien profundiza y retoma el vitalismo de Nietzsche dirigiéndolo hacia la afirmación anárquica, o sea, la negación de toda autoridad, a diferencia de las tendencias que reafirmaban la anarquía en la “nueva Moral”, el Progreso y la Ciencia.

« Nuestro nihilismo no es nihilismo cristiano. Nosotros no negamos la vida. ¡No! Nosotros somos los grandes iconoclastas de la mentira. Y todo aquello que es proclamado “sagrado” es mentira. Nosotros somos los enemigos de lo “sagrado”¡Y hay una ley “sagrada”; una sociedad “sagrada”; una moral “sagrada”; una idea «sagrada »

Hacia la nada creadora.

Novatore niega toda moral y se posiciona en ofensiva desde la individualidad en lugar que desde la postura victimista donde parte del anarquismo se reafirma en la lógica amo-esclavo.

¡Ustedes esperan la Revolución! ¡Estupendo! ¡La mía comenzó hace ya mucho tiempo! Cuando estén listos —¡Dios que larguísima espera!—no me disgustará recorrer una parte del camino junto a ustedes!“

Mi individualismo iconoclasta.

Después de la influencia Nietzscheana y con el paso de la segunda guerra mundial, las teorizaciones hacia la nada son tomadas por los denominados “existencialistas” entre ellos Sartre y Camus, aunque trayendo el debate a ámbitos puramente intelectuales y literarios, encontramos nuevos abordajes y perspectivas en torno a la relación de nuestra existencia humana con la falta de sentido de la vida, obviamente atravesados por la matanza generalizada y su consecuente amoralidad en medio de la guerra más grande de la historia.

“El hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto; nada hay en el cielo inteligible, y el hombre será ante todo lo que haya proyectado ser. No lo que quiera ser. Porque lo que entendemos ordinariamente por querer es una decisión consciente, que para la mayoría de nosotros es posterior a que el hombre se haya hecho a sí mismo. Yo puedo querer adherirme a un partido, escribir un libro, casarme; todo esto no es más que la manifestación de una elección más original, más espontánea que lo que se llama voluntad. Pero si verdaderamente la existencia precede a la esencia, el hombre es responsable de lo que es. Así, el primer paso del existencialismo es poner a todo hombre en posesión de lo que es, y hacer recaer sobre él la responsabilidad total de su existencia.”

El existencialismo es un humanismo.

Sartre se centra en la premisa “la existencia precede a la esencia” entendiendo que nuestra vida, al contrario que los planteos cristianos y cientificistas, no están predeterminados por una serie de razones previas, sino que se reafirma en la libertad, y que a pesar de las construcciones por las que estamos atravesadxs, al fin y al cabo las decisiones que tomamos son nuestra responsabilidad y este “espacio” que nos dispone a la elección, es la nada que nos separa del mundo, el abismo que existe entre nuestra conciencia y este mundo exterior.

Al mismo tiempo Camus profundizara en la relación directa entre la rebeldía y la falta de sentido, reafirmando nuevamente las posibilidades de vivir desde la rebelión en negación del suicidio o del nihilismo pasivo. Vale la pena la lectura de “El hombre Rebelde” sobre este tema.

« A partir del momento en que el espíritu de rebeldía, aceptando el «todo está permitido» y el «todos o nadie», tienda a rehacer la creación para asegurar la realeza y la divinidad de los hombres, a partir del momento en que la revolución metafísica se extienda de lo moral a lo político, empezará una nueva empresa, de alcance incalculable, nacida también, hay que advertirlo, del mismo nihilismo. »

En otra línea más bien estética y literaria podemos encontrar a Cioran, aunque su obra es extensa nos encontramos con una propuesta mucho más ligada a la introspección, él se adentra en la experiencia desesperante de esta falta de sentido.

¿Por qué no podemos permanecer encerrados en nosotros mismos? ¿Por qué buscamos la expresión y la forma intentando vaciarnos de todo contenido, aspirando a organizar un proceso caótico y rebelde? ¿No sería más fecundo abandonarnos a nuestra fluidez interior, sin ningún afán de objetivación, limitándonos a gozar de todas nuestras agitaciones íntimas? Experiencias múltiples y diferenciadas se fusionarían así para engendrar una efervescencia extraordinariamente fecunda, semejante a un seísmo o a un paroxismo musical. Hallarse repleto de uno mismo, no en el sentido del orgullo sino de la riqueza interior, estar obsesionado por una infinitud íntima y una tensión extrema: en eso consiste vivir intensamente, hasta sentirse morir de vivir.

En las cimas de la desesperación.

Llegando al presente, el debate se separa nuevamente entre quienes afirman el nihilismo desde la acción, y lxs academicxs que teorizan esde la comodidad de sus escritorios, en estos últimxs el debate surge hacia la falta de sentido que produce la posmodernidad luego de la caída del muro de Berlín y la supuesta caída de las ideologías y la muerte de la historia. Esta aproximación que se centra en el diagnóstico del presente creemos poco tienen que ver con una puesta práctica de nuestras tensiones, sobre todo porque no se posicionan en la negación del Estado/Capital sino que descansan en observaciones cómodas que desconocen los múltiples proyectos revolucionarios y antiautoritarios alrededor del mundo.

De nuestrxs compañerxs que eligen afianzarse como nihilistas podemos encontrar a la Conspiración Células del Fuego en Grecia, o el compañero Sebastian Oversluij en Chile, además de decenas de reivindicaciones de grupos anónimos de acción y algunas publicaciones en distintas partes del globo, entre ellas; Ex-nihilo, Fuego, Nihil, Infierno, y algunas más que más allá o no del título se acercan al debate.

Sin embargo ya no contamos con las viejas imágenes de “referencia” como podría significar para el anarquismo los teóricos del siglo XIX, al contrario esta información o desarrollo que hacemos entre compañerxs muchas veces se contradice entre sí o quedan olvidadas entre publicaciones pasadas, al mismo tiempo que nos rehusamos a generar definiciones determinantes:

« La nueva guerrilla urbana rechaza la sociedad actual y sus valores. Deroga los valores de aquella sociedad y por medio del nihilismo reconstruye y descubre unos nuevos conceptos. Pero frecuentemente el nihilismo está entendido como un concepto vago y abstracto. Algunxs lo confunden con un pesimismo filosófico, otrxs con un arrogante y degenerado pseudoegoismo. No vamos a presentar la definición etimológica de la palabra “nihilismo”, sino que hablaremos del significado que este adquiere en los textos y en los ataques de la guerrilla anarquista. »

Y siguiendo con el mismo texto podemos ver que poco ha cambiado de las palabras de Novatore y su vitalismo Nietzscheano al nihilismo actual.

En realidad ni la anarquía ni el nihilismo ofrecen garantías, pero los dos sí ofrecen la vida. La vida no va sin movimiento, sin evolución o sin conflicto.”

El amanecer de la nada; CCF.

Y es que de antemano nos paramos frente a un nihilismo activo, confrontativo, nihilismo porque apuesta por la negación y no se fundamenta en otros valores morales, pero deberíamos preguntarnos si no es esa afirmación de la vida y del conflicto otras lagunas desde donde posicionarnos ante la falta de sentido, y es en esta encrucijada constante en donde nos preguntamos ¿Cómo se puede afirmar desde la nada? Si en su momento lxs nihilistas rusxs se amparaban en el desarrollo científico, o Stirner en el YO, tenemos que preguntarnos necesariamente que entendemos entonces por nihilismo hoy.

Si lo concebimos como proyección negadora, esa nada detrás de las cosas tiene nuevos y distintos significados, y es que cuando volvemos tangible la negación del mundo nos encontramos también con quienes la afirman desde la “naturaleza salvaje”, el Islam, el proletariado, o la libertad, el tema es desde donde las diferenciamos si es que superamos las valorizaciones morales, ahí tal vez podríamos hablar de resultados amorales, por ejemplo que asesinar a un CEO es un ataque mucho más certero que a un empleado cualquiera, aunque esta respuesta queda corta, sobre todo con el rechazo que igualmente nos generan los ataques fascistas.

Entonces, ¿Cómo se justifica una postura antiautoritaria desde una perspectiva nihilista? Viendo el pequeño recorrido que realizamos, para comprender nuestro nihilismo es necesario posicionarnos en el presente, ya no estamos en los tiempos de la ciencia todopoderosa de la modernidad, ni en los de las grandes revoluciones occidentales o los asesinatos a presidentes en manos de anarquistas, esto no quiere decir que no existan, que la ciencia no se presente como salvadora en tiempos de pandemia y la OMS como institución reglamentaria, o que las revueltas no estallen en distintas regiones del globo, o bueno, ni hablar de Adinolfi, el atentado a la FSB y demás, pero entre esta multiformidad no existe un Dios que todo lo reúna, más que el Capital y la Democracia como los pilares fundamentales de la sociedad actual, el problema es cuando seguimos reafirmando conclusiones revolucionarias de un siglo atrás sin ser criticxs con el recorrido teorico-práctico que reivindicaba esas conclusiones, por ejemplo, seguir hablando de “conciencia” sin cuestionar la idea de Verdad y de Realidad del platonismo, o la idea de “evolución y revolución” sin cuestionar el orden dialéctico de la historia desde el que se paraban lxs compañerxs a finales del XIX.

Por lo tanto, abordar la nada o acercarnos a ella, supone también pensar qué es la nada en el presente y desde que perspectivas nos aproximamos, si es desde el reconocimiento de la falta de sentido pareciera tan real como superable, entendiendo que deberíamos “dejar detrás” esa falta de sentido a fin de poder proyectarnos al futuro, como una decisión rebelde voluntaria, de lo contrario lamentablemente nos estancamos en un solipsismo puramente estético que se reduce a una postura literaria. Por otro lado podemos pensar la nada como un encuentro con el abismo que nos separa del mundo, como un cuestionamiento negador de todo lo que hicieron de nosotrxs, hasta la más profunda de nuestras verdades, y tal vez sea ahí el lugar en donde la nada tenga contacto con la anarquía, cuando el nihilismo se mira a sí mismo y en esa percepción avanza, afirma el abismo en lugar de esconderse en la falta de sentido o en cielos humanistas, que simplemente reemplazan la falta de sentido de la democracia con creencias inversamente ideológicas. Pero siendo claros, y a riesgo de ser repetitivos, más allá de la parafernalia masturbatoria que algunxs hacen del nihilismo, estamos acá, estamos vivxs, encerradxs, y nuestras posibilidades son limitadas, podemos acercarnos a la nada y arder en nuestro interior, pero en la práctica hay un mundo con el que lidiamos, y al que enfrentamos en muchos casos, es ahí en donde realmente se ven nuestras ideas, en la práctica y también en la forma en la que podemos derrumbar los viejos dioses democráticos e izquierdistas, pero como propuesta real, no en la cómoda virtualidad, en la autoreferencialidad constante o en una teorización académica, el nihilismo y su peligrosidad depende de las formas en las cuales podamos materializar la nada y hasta donde somos capaces de reafirmarla sin caer en el abismo de “nuevas” verdades, sino en la práctica dinámica negadora que avanza en su propia falta de dioses, de ahí algunxs hablaran de la exaltación de su vida, otrxs de la belleza de la destrucción, y algunxs en el placer de la revolución anarquista, como un entrelace difuso que antes que estancarse en condiciones objetivas del proletariado, avanza peligrosa y caóticamente tanto en la revuelta como en la paz del progresismo y la servidumbre voluntaria.

La Rivolta. Número 6

 

El infierno que llevamos en nosotros

El Infierno, que llevamos en nosotros, corresponde al Infierno de nuestras ciudades, nuestras ciudades están a la medida de nuestros contenidos mentales, la voluntad de muerte preside el furor de vivir y no alcanzamos a distinguir cuál nos inspira, nos precipitamos sobre los trabajos recomenzados y nos jactamos de elevarnos a las cimas, la desmesura nos posee y sin concebirnos a nosotros mismos, seguimos edificando. Pronto el mundo no será más que un astillero donde, igual que las termitas, miles de ciegos, afanados por perder aliento, se afanarán, en el rumor y en el hedor, como autómatas, antes que despertarse, un día, presas de la demencia y de degollarse unos a otros sin cansancio. En el universo, donde nos hundimos, la demencia es la forma que tomará la espontaneidad del hombre alienado, del hombre poseído, del hombre excedido por los medios y convertido en esclavo de sus obras. La locura se incuba desde ahora bajo nuestros edificios de cincuenta pisos, y a pesar de nuestros intentos por desenraizarla, no lograremos reducirla, ella es ese dios nuevo que no tranquilizaremos ni rindiéndole una especie de culto: es nuestra muerte lo que incesantemente reclama.

Albert Caraco

Breviario del Caos (Fragmento)

La revuelta de los Banlieusards

A MODO DE PROLOGO

Papá, he quemado tu coche y tu mezquita.

“¡Maldecidos! ¡Maldecidos! ¡Maldecidos!
Mi cabeza de halcón picotea los ojos de Jesús
mientras pende de la cruz.
Bato mis alas ante el rostro de Mahoma
y le dejo ciego.

Con mis garras arranco la carne del hindú,
del budista y de todo aquel que salmodia oraciones.
¡Escupo en sus creencias de crápulas!
Que María la inmaculada sea destrozada sobre ruedas:
¡Por causa de ella sean despreciadas todas las mujeres castas!”

Aleister Crowley

Esta maldición fue escrita por un mago que a principios del siglo XX era considerado “el hombre más malvado del mundo”. Pero también podría haber sido gritada por una parte de los jóvenes insurrectos que han asolado Francia durante un mes: aquellos que han destruido no ya iglesias y sinagogas, sino también mezquitas. Y esto, a pesar de que los disturbios inicialmente se recrudecieron a raíz del ataque con granadas lacrimógenas a una mezquita por parte de la policía. Estos muchachos, que le han prendido fuego a todo, afirman no tener ni dios ni ley.

“Si Dios existiera habría que matarlo, pues su sola existencia haría imposible la libertad humana”

Bakunin

¿Hay crimen contra la propiedad más horrible que el quemar iglesias, que además atenta contra la libertad religiosa y contra el arte? Todas las religiones patriarcales son criminales: desde el incendio de la Biblioteca de Alejandría, una de las 7 maravillas, por parte de los cristianos, hasta la destrucción de las grandes estatuas budistas por parte de los talibanes, pasando por las cámaras de gas para vengar al Jesús ario crucificado por los judíos, el nombre un “Dios Padre Todopoderoso” justifica todas las guerras, toda explotación, todo genocidio, todo régimen y toda opresión.

Cierto es que en estos disturbios también han ardido bibliotecas. Aquellos que han pretendido crear un movimiento de pánico generalizado hubieran quemado también todas las cafeterías para evitar que alguien pudiera sentarse tranquilamente a almorzar leyendo el periódico mientras sus barrios seguían tomados por la policía.

Francia es un Estado laico. La diosa Razón custodia los tres principios dimanantes de la revolución burguesa: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Siendo esta la cultura oficial francesa, lógico que se generara en el qhetto cierto malestar ante la cultura que acabó haciendo arder los templos del saber.

Los renglones torcidos del Gran Arquitecto.

Gran parte de los burgueses franceses del siglo XVIII creían en Dios. No en Jehová ni en Cristo, sino en el Gran Arquitecto. Organizados en sociedades secretas piramidales, manipularon a las clases bajas para tomar el poder: hicieron la Revolución.

El Gran Arquitecto se enfrentó al reto de construir una sociedad de masas: de las mazmorras medievales a las galerías de celdas en panóptico, del taller a la fábrica, del burgo a la metrópoli. Del ghetto a los suburbios.

El Gran Arquitecto dio libertad política a las colonias: ya eran sus esclavas económicamente. Trajo consigo abundante mano de obra barata, y para encerrarla diseñó los Banlieus.

¿Es Dios un corrupto incompetente?

Gavroche

14 de Diciembre 2005

La revuelta de los Banlieusards

Sombras en la ciudad de las Luces.

“La revuelta se extiende, la guerrilla urbana se ha instalado en todos nuestros barrios. Injusticia social, violencia cotidiana, discriminación, marginación, condiciones de vida insoportables son las causas. Hoy ya es demasiado tarde para que los grandes duques adopten nuevas medidas para establecer condiciones de vida soportables en nuestros barrios, que de todas formas nunca han sido habitables y no lo serán jamás. No queremos dialogar con el gobierno; nuestros padres, nuestras familias ya han recibido demasiados abusos tras sus discursos. El diálogo se ha roto definitivamente, no piensen en adormecernos. No podrán manipularnos, a pesar de la utilización de imanes y portavoces que empujan a que hagan llamamientos a la calma. No tenemos armas de destrucción masiva, no tenemos bombarderos, tan sólo algunos petardos. Pero tiemblen pequeños barones de Neuilly, porque hoy estamos en nuestros barrios, pero de aquí unos días estaremos en la puerta de sus casas.
La lucha que acaba de comenzar será larga, y nuestro combate es justo. La sociedad nos ha creado, lo que prueba que esta civilización corre a su fin. No tenemos nada que perder, preferimos morir rodeados de sangre que de mierda.”

Combatientes de la revuelta del Banlieu 93.

“Banlieu” es el nombre que se da en Francia a los suburbios. No son barrios marginales, sino auténticas metrópolis, carentes de infraestructuras, en las que se hacinan millones de personas en condiciones insalubres. En la banlieu parisina,la geografía urbana es sumamente agresiva: el 47% de los hogares están concentrados en inmuebles de más de nueve niveles; y es muy habitual la superpoblación de viviendas. En Aulnay-Sous-Bois, barrio norte, el llamado “3000”, van a ser destruidas 14 torres de viviendas, y sus habitantes no van a ser realojados. A la carencia inicial de infraestructuras se añade el efecto de la privatización de los servicios públicos: cuando el gobierno privatiza Correos y el transporte público, estos servicios desaparecen de los barrios pobres. Habitualmente caen ascensores. Los servicios de recogida de basura funcionan de forma irregular. Son las Zonas Urbanas Sensibles (ZUS), tal como las califica el gobierno, y ascienden a unas 750 ZUS en toda Francia.

Para el Presupuesto Nacional del 2006, se han suprimido el 15% de los fondos destinados a la lucha contra la vivienda insalubre.

Más de 9 millones de personas viven en la banlieu parisina, el triple que el llamado París-intramuros. El “muro” que protege París de los gigantescos suburbios son las autopistas periféricas que ejercen de frontera entre el primer y el cuarto mundo.

El inmenso extrarradio de la capital francesa está, en su mayor parte, super-poblado por irreductibles franceses de nacimiento: hijos y nietos de inmigrantes llegados, a partir la década de los cincuenta, desde las antiguas colonias en África y América. Esta mano de obra barata fue, en gran parte, artífice (aunque no beneficiaria) del pujante desarrollo económico francés. Esta mano de obra barata fue recluida en barrios que, si bien eran ya ghettos para la época, hoy tiene que albergar (hacinar) también a sus hijos y nietos. Como si de un ciclo histórico se tratase, hay una regresión a la situación producida por la Revolución Industrial, cuando se creaban sórdidos barrios periféricos para amontonar allí a los nuevos proletarios venidos del campo.

A principios de siglo XX, la población de Clichy-sous-Bois era de 1010 habitantes; en el censo de 1999 se da cuenta de 24.121, suponemos que sin contar a los inmigrantes “ilegales”. El 39% de la población de Clichy tiene menos de 20 años de edad.

El desempleo es endémico y va en aumento. Según la Alcaldía de Clichy, en más de un cuarto de los hogares él o la cabeza de familia no tiene empleo. Si esto dice el Ayuntamiento, podremos aventurar que se trata de casi un tercio de cabezas de familia sin empleo. De la minoría de jóvenes que tienen uno, la mayoría es ocasional y sin contrato. El 40.3% no tiene diploma de ningún tipo. Los cuadros y profesionales superiores sólo suponen un 4% de la población activa.

En Francia, el desempleo entre los graduados universitarios en general es del 5%, pero para los graduados universitarios de origen magrebí es del 26.5%. Y apenas un 5% de los hijos de inmigrantes consiguen entrar en la universidad. Según acaba de reconocer el Primer Ministro Villepin; “El desempleo de los jóvenes alcanza en algunos barrios casi el 40%.”. El Observatorio Nacional de Zonas Urbanas Sensibles (ZUS) informa de que el promedio de desempleo en el 2004 fue del 20.7% en los suburbios: el doble del índice nacional. En edades comprendidas entre 16 y 25 años, afecta al 36% de la población masculina y al 40% de la femenina. Testimonio de una consejera de un centro de planificación del “barrio de los 3000”: “En 450 entrevistas con mujeres, no he recibido a más que a 10 que trabajaran, y no vayan a creer que tienen un CDI (contrato). No, son pequeños trabajos de interinidad, de algunos días, tareas de hogar en Roissy donde estas mujeres sufren acoso sexual.”

SOS Racisme denuncia regularmente casos de empleadores que sistemáticamente tiran directamente a la basura los curriculum de la gente “de color”.

En Francia hay más de 15.000 niños sin escolarizar, y el fracaso escolar afecta a unos 150.000 chicis cada año.

Hace años, jóvenes sociólogos hijos de franceses e hijos de inmigrantes, crearon una asociación llamada Banlieuscopie con el objeto de estudiar, analizar y presentar propuestas concretas a los poderes públicos para paliar el mal que afecta a esta juventud de la que el Estado se desentiende. Entregaba informes serios y científicos a diversos ministerios, que quedaban olvidados en los estantes de la administración. Banlieuescopie se acabó disolviendo: al Estado el problema llamado “banlieu” sólo le sugería la represión como respuesta.

“El estado nos está jodiendo / Y bueno, nosotros nos vamos a defender / No lo intentes comprender.”

Fonky Family. Canción “No intentes comprender”.

Desde hace unos diez años se viene imponiendo de facto el toque de queda en las cités (que es como los franceses llaman a los barrios pobres). Los accesos están controlados por polizontes y cámaras de seguridad.
La policía de proximidad fué sustituida por los CRS (Compañias Republicanas de Seguridad: antidisturbios) y por un cuerpo de élite creado al efecto, los BAC (Brigade Anti Criminalité), creado en 1994: todos sus miembros, escogidos entre la policía nacional, son varones, cinta negro de karate, y han de ser capaces de reducir a un sospechoso en 3 segundos cronometrados. Con su coche camuflado, provisto de un kit antidisturbios, con chalecos antibalas, irrumpen en la cité. Llevan a cabo rafles (batidas) indiscriminadas: realizan controles de identidad de manera violenta, con insultos racistas para provocar; si uno no calla y agacha la cabeza, se es golpeado y arrestado.
Luego en comisaría pueden encerrarte en una celda de un material irrompible y transparente, donde continuamente eres observado; o bien en otro tipo de celda más clásico, pero con el añadido de que hay un gran extractor que ventila aire frío en la celda, y otro que extrae el aire, formándose una corriente helada, y por mucho que protestes no van a darte tu chaqueta. Y olvídate de colchoneta y manta. Para dar más ambientación, este tipo de celda refrigerada está pintada de azul.
Y para los sin papeles, centros de detención especiales: Los Sangat.

“Hombres y mujeres vivimos día a día bajo violencias sociales mucho más devastadoras que un coche quemado. Aquellos que no entienden hoy la causa de los disturbios son amnésicos, ciegos o ambas cosas. De hecho, hace ya 30 años que los barrios reclamamos justicia; 25 años de revueltas, de motines, de manifestaciones, de marchas, de reuniones públicas, de gritos de cólera y de reivindicaciones precisas.
En Minguettes (1981), en Vaulx-en-Velin (1990), de Mantes-la-Jolie (1991) a Sartrouville (1991), de Dammarie-les-Lys (1997) a Toulusse (1998), de Lille (2000) a Clichy, el mensaje está claro:
¡Basta ya de crímenes policiales sin castigo, basta de controles por razones de raza, basta de escuelas basura, basta de paro programado, basta de alojamientos insalubres, basta de prisiones, basta de humillaciones! Basta de justicias paralelas que protegen a políticos corruptos y que condenan sistemáticamente a los más débiles!”

Movimiento de Inmigración en los Barrios.

El peso de la violencia estructural institucinalizada, violencia racial, económica, policial y judicial, unido al crecimiento del racismo entre la población francesa con el subsiguiente auge del Frente Nacional; la quema de edificios de inmigrantes y las numerosas palizas y asesinatos a manos de los boneheads (skinheads nazis) llevan tiempo provocando respuesta en los “barrios bajos”, que son, como hemos visto, auténticas grandes ciudades.

En el 2004 las denuncias contra la violencia policial aumentaron un 18.5% respecto del año anterior. Asimismo, en el 2004, 2.434 vehículos fueron incendiados. Según el Ministro de Interior Sarkozy; de Enero a Octubre del 2005, 9.000 autos policiales fueron apedreados, y entre 20 y 40 vehículos eran incendiados cada noche.
 

“Mejor que la policía no cometa un error o la gente se levantará / La cité es una bomba de tiempo / Desde el Jefe de Policía hasta el agente en las calles, todos son odiados.”

Canción “Frente a la policía”.

El jueves 27 de Octubre del 2005, en Clichy, un grupo de 10 jóvenes, estudiantes de secundaria en su mayoría, volvían de jugar al futbol cuando apareció la policía para identificarlos. Los muchachos huyeron, iniciándose una persecución policial. Tres de esos muchachos se metieron en un callejón, treparon por una subestación eléctrica y se electrocutaron. Zyad Benn (17 años) y Bounna Taroré (15), ambos nacidos en Francia y estudiantes del instituto nº3, murieron. Metin (23), inmigrante en proceso de regularización, sufrió quemaduras graves. El abogado de las familias de las víctimas ha puesto una querella contra la policía por omisión de auxilio.

Los muchachos que fueron detenidos quedaron en libertad sin cargos una hora después de su detención.

¿Por qué huyeron? En las banlieu los habitantes viven con miedo constante a los controles de identidad humillantes, a las detenciones arbitrarias, palizas impunes, vejaciones, torturas…miedo a acabar como cabeza de turco porque un delito fue cometido por un moro o un negro, y todos los moros y todos los negros son “iguales” ante la Ley. El racismo de la policía francesa es notorio, y bien conocido en las banlieu. Sarkozy mismo dijo que el “drama” había pasado después de la comisión de un delito en el cual estaban involucrados “jóvenes como ellos”, es decir, moros o negros.

Sarkozy negó la persecución policial. Sin embargo, el control policial existió: amigos de las víctimas fueron detenidos ¿Dejó huir la policía a los otros, sin más? ¿Por qué entonces esos tres chicos, tan cerca de sus casas, entraron en aquel callejón, treparon una valla y se metieron en una subestación eléctrica? La mentira tiene las patas cortas, pero las de Sarkozy, apoyadas por los medios de “comunicación”, han dado varias veces la vuelta al mundo.
 

Quien siembra miseria, recoge cólera.

“Para que salgan de una vez por todas de dudas, hemos decidido crear un movimiento de pánico general. Así estamos seguros de que no nos olvidarán y sabrán que si nos levantamos no es porque somos islamistas, sino porque nos han despreciado y dejado en el olvido social. Esto no es una guerra islamista. Es la voz de lo que el Estado llama zonas urbanas sensibles.”

Un insurrecto de Aulnoy-sous-Bois.
 
Los primeros disturbios empiezan el mismo jueves 27-10 al anochecer, tras las muertes de Zyad y Bounna, de las que es testigo al menos uno de sus amigos. Se queman 15 vehículos, se saquean y destruyen comercios. Los enfrentamientos contra la policía se saldan con 27 detenidos, y 23 policías y un periodista heridos. Ignoramos el número de manifestantes heridos. La policía realiza al menos un disparo y lanza gas lacrimógeno.

Viernes 28-10. Se agravan los disturbios, produciéndose en las grandes avenidas que bordean la barriada Chêne Pointou. Hay disparos con arma de fuego contra los coches de los gendarmes y los CRS. Arden coches de correos, 30 vehículos particulares, papeleras, contenedores; apedrean un camión de bomberos, se destruyen paradas de bus, y hay un conato de incendio en un colegio.

Sábado 29-10. Por la mañana, alrededor de 1000 personas participan en una marcha silenciosa y pacifica en Clichy, en memoria de Zyad y Bounna. A las 18:30, momento de la ruptura del ayuno, mientras la gente esta comiendo o se reune en las mezquitas para la Noche del Destino, la más sagrada del mes del Ramadán, noche que generalmente la gente pasa en la mezquita, las vacías calles de la cité du Chêne Pointou se llenan con unos 400 CRS y gendarmes. La policía empieza a provocar a diestro y siniestro, lanzando insultos racistas a los vecinos. Al cabo de una hora salen algunos jóvenes a hacer frente a la policía.

Domingo 30-10. A las 20:45 la policía lanza al menos una granada de gases lacrimógenos contra la mezquita Bilal de Bosquets, en Clichy. La mezquita esta llena de fieles en plena oración. Varias mujeres que se encuentran en la sala de oración reservada a ellas, están a punto de desmayarse. Cuando salen a la calle para respirar, varios policías las insultan, llamándolas “putas” y “guarras”. Esta misma noche un comunicado de la policía niega haber lanzado qranadas contra la mezquita, diciendo que el modelo de granada hallado es distinto del usado por la policía.

Lunes 31-10. Por la mañana, desde la prefectura de Bobigny, nueva versión oficial del ataque a la mezquita: La granada hallada en la mezquita sí es del tipo que usa la policía, pero ningún policía lanzó granadas dentro ni hacia la mezquita.
Por la noche los disturbios se extienden por toda la región de Seine-Saint-Denis. En Montfermeil arde el garaje de la policía municipal.
Un portavoz de uno de los sindicatos de policía describe la intensidad y el alcance de la insurrección como “guerra civil”, pidiendo la intervención del ejercito.

Martes 1-11. Los disturbios se extienden por otros nueve suburbios. Se queman 69 vehiculos. En Sevran, los chicos incedian dos aulas de una escuela primaria, y tres policías sufren lesiones leves. En Aulnoi-sous-Bois se lanzan cocteles molotov contra la alcaldía y piedras a la estación de bomberos. Enfrentamientos con los gendarmes y CRS.

Miércoles 2-11. 315 vehículos quemados. Dos escuelas primarias, una oficina de correos y un centro comercial son dañados, un concesionario de automóviles es destruido. Distintos grupos en distintos lugares apedrean furgones y coches policiales. En un movimiento de los disturbios hacia el oeste, a la zona de Hauts-de-Seine, se ataca una comisaria con cocteles molotov. 49 personas son detenidas por la policía.

SEGUNDA SEMANA.

Jueves 3-11. El fuego de la insurrección se extiende por Francia: ahora, además de extenderse por París, los disturbios llegan a Dijon, Bouches-Du-Rhone y Rouen. 500 vehículos quemados. Cerca de cien bomberos tratan de apagar un incendio en una fábrica de alfombras. 27 autobuses son pasto de las llamas. Se revientan las cristaleras de varios vehículos cerca de la estación de metro de La Chapelle.
Los trabajadores de Cercanias del RER inician una huelga y se interrumpe el trafico de la linea B entre el tramo que une París con el Aeropuerto Charles de Gaulle. Los manifestantes atacan la estación Le Blanc-Mesnil, fuerzan a un conductor a descender del tren y rompen las ventanillas.

Viernes 4-11. La insurrección llega a Lille y Toulouse. 900 vehículos calcinados. Se arroja un coctel molotov contra una sinagoga.

Sábado 5-11. Se pega fuego a 1.295 coches. Los disturbios ya se han extendido a 211 municipios de una docena de departamentos provinciales; abarcan desde la frontera norte y el Atlántico hasta el Mediterráneo. Los disturbios se extienden a Cannes y Niza. En Griqny se incendian dos escuelas. En Torcy, cerca de Eurodisney, se prende fuego a una estación de policía y a un centro de juventud. En la ciudad de Evreux, en Normandía, se incendian dos escuelas, una estación de correos y un centro comercial. En dicha ciudad, los manifestantes, armados con palos y bates de beisbol, hieren a 4 policías. Por primera vez, se queman coches en pleno centro de París, cuatro de ellos en la histórica Plaza de la República. Un tribunal de primera instancia cercano a Paris es arrasado por las llamas. 7 helicópteros apoyan a la policía. 349 personas son detenidas. Según el País del lunes 7, la noche del sábado  al domingo “El fuego destruyó un número indeterminado de comisarías, escuelas, institutos, gimnasios, bibliotecas, agencias bancarias, supermercados, peluquerías y autobuses.”
 
Domingo 6-11. Durante el día, se ataca en Lille a un equipo de la cadena de noticias belga RTBF, hiriendo a un cámara; y en Aubervilliers se le propina una paliza a una periodista coreana de la cadena KBS. 
Por la noche en Grigny los insurrectos disparan a la policía con pistolas y rifles de grueso calibre, hiriendo a 34, 3 de ellos de gravedad. Se atacan iglesias católicas con bombas molotov en Liévin, Lens y Sète.
1.408 vehículos son pasto de las llamas, 982 de ellos fuera de París. Se incendia un autobús turístico polaco.
En Toulouse, lanzan un coche en llamas por las escaleras de la boca del metro de Reynerie.
395 personas son detenidas.

-Los disturbios saltan la frontera para visitar Bélgica. En Saint-Gillis, Bruselas, se incendian 5 automóviles.

Lunes 7-11. Muere un anciano de 61 años a consecuencia de las lesiones sufridas por una paliza cuando se enfrentó a varios jóvenes que habían quemado un contenedor en el suburbio de Stains.
El canal de t.v. France 3 decide dejar de publicar las cifras de vehículos incendiados.
De Villepin anuncia en el canal de t.v. TF1 el despliegue de 8.000 policías a los que se sumará una reserva de 1.500.
Tres bloggers franceses son arrestados por incentivar la insurrección.
La Unión de Organizaciones Francesas Islámicas publica una fatwa condenando la violencia.
El alcalde de Le Raincy, donde sólo han ardido 6 vehículos desde el inicio de los disturbios, declara el toque de queda. 

Disturbios en 274 municipios franceses. 1.300 vehículos calcinados. En Toulouse, un joven pierde una mano al estallar una granada lacrimógena lanzada por la policía. En Pau, arde el liceo (instituto de secundaria) Saint-john Perse. También arden 2 escuelas en Valenciennes, y un gimnasio en Villepintes. Varios policías pegan una brutal paliza a un chico. 186 detenidos. 36 policías heridos, dos de ellos por balines.

-Alemania: 5 coches arden en Berlín y 3 en Bremen.
-Bélgica: Disturbios en Bruselas.

Martes 8-11. El presidente Jacques Chirac declara el estado de emergencia, y la reactivación de una ley de 1955, usada para reprimir revueltas anticoloniales, y por vez primera usada en suelo francés, que permite a los prefectos imponer el toque de queda por un periodo de 12 días. Las personas que vulneren el toque de queda serán encarceladas por dos meses, y pagarán 3.750 euros de multa. Sarkozy anuncia que las familias de los detenidos dejarán de recibir ayudas sociales. Toque de queda en Orleans y Amiens. 1.500 gendarmes y CRS se suman a los ya desplegados.

Disturbios en 116 municipios. 617 vehículos incendiados. se ataca una iglesia protestante en Meulan. Clausura del transporte público en Lyon tras el lanzamiento de varios cocteles molotov a una estación de trenes. 280 personas son detenidas. 12 policías heridos.

-Estado Español: Durante el día, un concejal del opositor PP en el ayuntamiento de Sevilla pide “medidas policiales drásticas para acabar con la quema de coches y contenedores que se han producido en los últimos días”.
Por la noche, arden 3 comercios en Leganés y Vallecas. Se queman 2 coches en Hospitalet de Llobregat. En Las Palmas un coche y dos contenedores son pasto de las llamas.
La televisión, las radios y los periódicos del estado español reciben instrucciones, por parte del Ministerio del Interior, de no “alarmar a la población ni provocar un <<efecto contagio>>”. La censura está servida.

-Bélgica: 17 vehículos incendiados y 7 detenidos.

Miercoles 9-11. Sarkozy ordena la expulsión de todos los extranjeros, incluso aquellos con permiso de residencia, que sean condenados por participar en los disturbios. El euro cae en su nivel más bajo frente al dolar en los últimos 2 años. Los empresarios y comerciantes franceses expresan su preocupación. Se proclama el toque de queda en 38 áreas, incluyendo París, Marsella, Niza, Cannes, Estrasburgo, Lyon y Toulusse.

En Arras se prende fuego a 2 grandes superficies de muebles, una empresa y una sala de fiestas. 482 vehículos calcinados. 203 personas detenidas. 1 policía herido, con fractura en una muñeca, suma la baja 108 en las fuerzas del “orden”.

-Bélgica: Arden al menos 15 vehículos: 10 en Bruselas, otros en Amberes, Lokeren, Malinas y Ledeberg.

TERCERA SEMANA.

Jueves 10-11. Una emisora local emite un video que recoge el momento en que dos policías golpean en la cabeza a un joven de 19 años, durante los disturbios en Courneuve, Seine-Saint-Denis. 7 poblaciones de Alpes-Maritimes se suman al toque de queda. Se incendian 463 vehículos. 201 personas son detenidas.
 
-Alemania: Se queman al menos diez vehículos y una motocicleta en Berlín y Colonia. En Altenburgo, se lanzan tres coctel molotov contra una escuela.

Viernes 11-11. Seis agentes que lincharon a un joven el lunes día 7, así como los 2 agentes que aparecieron en televisión el día anterior golpeando a un joven, son detenidos provisionalmente.

Se ataca una mezquita con cocteles molotov. 502 vehículos incendiados en el estado francés. 206 personas detenidas.

Sábado 12-11. En París es impuesta una orden de prohibición de concentraciones públicas, con duración de 22 horas. Unos 3000 agentes controlan la metrópoli, 12.000 el resto de Francia. A pesar de la prohibición, unas 1500 personas se manifiestan por la tarde en la plaza Saint Michel, Barrio Latino, protestando contra el toque de queda y la expulsión de los inmigrantes detenidos por los disturbios.

Por la noche, en los suburbios de París, se arroja una bola de metal desde un edificio de apartamentos, hiriendo a un policía. En Lyon, donde numerosos escaparates de comercios multinacionales son destrozados, 10 personas quedan detenidas. En Carpentras arden una mezquita y una escuela. En Saint Quentin, un coctel molotov estalla en la cara de un policía, que queda herido de gravedad. Más de 500 vehículos son incendiados en toda Francia. 212 personas son detenidas, uno de los detenidos, de diez años de edad.

-Resto Europa: En Barcelona, durante el día, las fuerzas policiales revientan una concentración-protesta frente al consulado francés, deteniendo a 5 personas.
En el centro de Madrid se queman papeleras, en Vallecas se pega fuego a los bancos. En todo Madrid arden al menos 7 coches.
En Bruselas se incendian 15 vehículos.
En Holanda se prende fuego a dos coches en Rotterdam.
En Atenas, sendos concesionarios de Citröen y Mercedes Benz son pasto de las llamas, con un saldo de 20 automóviles incendiados.

Domingo 13-11: 285 vehículos calcinados. 115 detenidos. Cinco policías heridos. En Lyon, la tercera ciudad del país, los disturbios llegan al centro de la ciudad. Se lanza un coctel molotov a la gran mezquita, sin apenas causar daños. Atacadas escuelas en Estrasburgo, Carpentras y Toulousse.

-Resto Europa: Disturbios en Holanda, Bélgica y Grecia.
En Holanda, al menos dos coches quemados en la ciudad de Rotterdam, donde la policía hizo un gran despliegue de efectivos.
En Bélgica se incendian 27 vehículos. Disturbios en Bruselas, Lieja, Charleroi, Louvan-La-Neuve, Binche, Colfontainelos y Mouscron. En Lieja un menor de edad, que participaba en la revuelta, sufre quemaduras graves. 50 personas detenidas.
En Atenas se asaltan varios establecimientos con vinculación francesa.
 
Lunes 14-11: El gobierno francés prorroga por 3 meses el estado de emergencia. 215 vehículos en llamas.

Martes 15-11: Un parlamentario del partido conservador gobernante anuncia una reforma de la ley de inmigración, con el objetivo de restringir la reunificación familiar (no conceder permisos de residencia a inmigrantes por el hecho de tener familia en Francia) y de endurecer la lucha contra las personas que están en el país como “ilegales”.

Dos focos de incendio devastan la iglesia de Saint Jeans d`Ars, en Dromê. 164 vehículos carbonizados.

Miercoles 16-11: Bernard Accoyer, jefe del grupo parlamentario del partido gobernante, UMP, y Gerard Larcher, ministro de empleo, en sendas declaraciones a distintos medios, afirman que la poligamia es sin duda una de las causas del estallido de la violencia. Sarkozy, al ser preguntado al respecto, informa que se está tramitando la expulsión de 10 inmigrantes condenados por los disturbios. La cifra palidece en comparación con los más de 2.000 franceses detenidos. ¿No era esta una revuelta de inmigrantes?

CUARTA SEMANA.

Jueves 17-11: 98 vehículos carbonizados. La insurrección continúa. ¿Cuanto tiempo durará?

C´est la racaille? Et bien: j´en suis.

Juicios Concorde: la condena aterriza antes de que la vista haya despegado.
 
“En Bobigny, cerca de París, en el Palacio de Justicia, al que la policía trasladó a 40 detenidos, se vivió un escándalo enorme cuando el juez condenó a un joven negro a partir de un testimonio escrito de un policía que hablaba de un “joven de tipo norteafricano”. En muchos casos los documentos testimoniales de los policías bajo juramento presentaban tantas coincidencias que casi se les podía definir como “inquietantemente idénticos”. Los asistentes al juicio denunciaron un montaje policial.”

El País 8-11-05. Nótese que el juez condena al muchacho negro cuando el testimonio policial habla de un joven magrebí.

Justicia exprés: juicios tan rápidos como faltos de toda posibilidad real de defensa.

El palo…
 
Medidas del Estado de Emergencia:

-La poli puede realizar registros domiciliarios, día y noche, sin autorización judicial.
-Implantación del toque de queda en una ciudad o en determinados barrios. De forma genérica o para determinadas franjas de edad, e incluso para determinado grupo de población.
-Sanciones de dos meses de carcel y multa de 3.750 euros por incumplir el toque de queda.
-Creación de zonas de seguridad con acceso restringido.
-Medidas de confinamiento para personas determinadas, o prohibición de acceso a zonas específicas.
-Los prefectos pueden asignar una residencia forzada a personas individuales.
-Se permite cerrar locales como salas de espectáculos y lugares de reunión.
-La policía podrá requisar cualquier tipo de armas, incluidas las de caza, aunque el propietario disponga de permiso.

…Y la zanahoria.

Más promesas que en un circo electoral:

-Todos los jóvenes de menos de 25 años que viven en una de las 750 zonas sensibles serán citados en los próximos tres meses en el Instituto Nacional de Empleo para una “entrevista en profundidad”.
-Creación de una prima de 1.000 euros para incitar a los que cobran ayudas sociales a encontrar un empleo.
-20.000 contratos de apoyo al empleo y contratos “de futuro” reservados a los barrios desfavorecidos.
-Puesta en marcha de 15 nuevas zonas de desarrollo empresarial en áreas urbanas.
-Los medios de la Agencia de Renovación Urbana serán aumentados en un 25% en los próximos 2 años.
-Creación de 5.000 puestos de asistentes pedagógicos en los 1.200 colegios de barrios sensibles.
-Posibilidad de empezar la formación profesional con 14 años en vez de con 16.
-Establecimiento de 100.000 becas de estudio, en función de las notas, en septiembre del 2006.
-Creación de una Agencia de Cohesión Social e Igualdad de Posibilidades.
-Las 14.000 asociaciones subvencionadas por el Estado recibirán 100 millones de euros más en el 2006.

“No pararemos hasta matar al menos a dos policias”.

Joven banlieusard.
 

La principal consigna de la insurrección está clara: sangre por sangre.
No hay reivindicaciones mínimas frente al estado que puedan ser empleadas por los recuperadores: a modo de objetivo mínimo la insurrección se plantea matar a dos policías; como objetivo final acabar con todos. Y acaso también con todo lo existente: capitalismo y democracia.
 
¿Plantean acaso alguna alternativa? Se les acusa de carecer de “programa revolucionario”. Estos nuevos revolucionarios crecidos en el Cuarto Mundo no tienen programa: han visto cómo las luchas de sus padres y sus hermanos mayores han sido siempre traicionadas por los pactos de sus líderes a cambio de falsas promesas del gobierno.

“La juventud ha de llegar a tiempo a la cita fijada / En efecto: para mearse sobre la bandera tricolor / El puto estandarte del partido de los cerdos / ¿Soy muy hardcore? ¡Pero si me gustaría verles a todos muertos! / Sueño a veces verles martirizados, mártires en un film gore…”

NTM. Canción “Plus jamais ça”. Album “París bajo las bombas”. 1995.

Si algo une a los protagonistas de tal movimiento subversivo es un factor de clase, económico, material: son el Lumpen; la clase social que está por debajo del proletariado. Y, en estos tiempos en que vivimos engañados respecto a nuestra condición de proletarios; cuando por tener coche, casa e hipoteca nos creemos “clase media”, irrumpe en escena una clase social que no es nueva, pero cada día aumenta , y que lleva décadas siendo silenciada y “barrida bajo la alfombra” para que no moleste al turista: el Lumpen, siendo la clase social inferior a todas, resulta ser la superior en cuanto a consciencia de clase. No hacía falta que viniera Sarkozy a llamarles <<racailles>> (escoria, canallas, gentuza, chusma), en los banlieus franceses ya llevan más de 30 años siendo tratados como basura, con los antidisturbios de barrenderos.

“A Sarkozy no le gusta esta gente y quiere desembarazarse de esta escoria a golpes de porras y de gases lacrimógenos. Y lo dice alto y claro en medio de una ciudad caliente a las once de la noche. La respuesta está en la calle. La tolerancia cero funciona en ambos sentidos.”

Mathieu Kassovitz.

Cuando Sarkozy escupe la palabra racaille, vuelve a sonar una vieja canción de la Comuna de París (1871), “La Canaille” (La Chusma), compuesta por Jean Bautiste Clément -autor también de “Tiempo de cerezas”-, canción que describe la vida y miserias del proletariado de la época, y reivindica el título con el que la burguesía insulta al pueblo. El estribillo dice: “C´est la canaille? Et bien: j´en suis.” (¿Es eso ser chusma? Pues bien: yo lo soy).

La clase media es un engaño. Y el consumo es aún menos que el opio del pueblo: es un sucedáneo del opio. El Lumpen no puede permitirse muchos lujos; pero cuando recicla comida, o roba en el super, o ahora que directamente saquea, come la misma mierda adulterada que todos: sucedáneos en lata. Pero el pies negros que manga una botella de buen vino y la comparte con los colegas en la okupa, seguramente disfruta más de la vida que muchos ejecutivos con cara de estreñidos que podrían comprar la bodega entera.
Todo lo que el dinero puede pagar no son más que pseudo-gratificaciones: compensaciones por una vida no vivida. Ya sea una playstation o un fin de semana en un parque temático, ya sea un jet privado o un chalet en las Seycheles, lo que uno gasta en ocio,por mucho que sea, no basta para amortizar la deuda existencial que tenemos con nuestras propias vidas. Los burgueses están, en ese sentido, tan alienados como nosotros mismos; pero lo están a nuestra costa.
Y el Lumpen sabe, por su experiencia vital, que es más feo pedir que robar.

Si, amigo proletario, el Lumpen es una clase social en aumento; mas no se nutre sólo de inmigrantes: expedientes de regulación de empleo, despidos masivos, precariedad laboral; en una palabra, paro, y tú o tus hijos irán a vivir a ese barrio que no te atreves a pisar, en un apartamento de 30 m cuadrados. O quizá estés ya allí leyendo esto. Y temiendo a tus vecinos porque sabes que si le pegan fuego a tu coche no te podrás permitir comprar otro.

No tenemos miedo a los coches en llamas porque llevamos un mundo nuevo en nuestras bicicletas.

La quema indiscriminada de vehículos no es un método muy popular que digamos de cara a la opinión pública, pero no negaremos que es un método muy eficaz de llamar su atención. Los “casseurs” (destructores) atacan a la sociedad de consumo en su raíz: el coche, vehículo del narcisismo, indicador del éxito, fantasía erótica y sublimación  de la potencia sexual; con el refuerzo de que, en Europa, los veinteañeros suelen tener más facil conseguir un coche que un piso como picadero.

Si Francia celebrase hoy un “día sin coches”, obtendría un éxito sin precedentes.

“Los jóvenes que queman coches han comprendido todo de la sociedad. No los queman porque no pueden tenerlos: los queman para no tener que desearlos.”

Frédéric Beigbeder. “13´99 Euros”

Con la violenta separación entre el cabeza de familia y sus cuatro ruedas, el cuerpo social no ha sido decapitado; pero le han sido cortados los talones: cerca de 10.000 vehículos incendiados, autobuses incluidos, significan muchos miles de personas sin poder ir a trabajar. Muchos servicios de autobús, metro, tren y cercanías han sido suspendidos.

No ha sido decapitado (todavía) porque el gobierno y la oligarquía siguen existiendo: sus coches no arden; son los coches de los curritos y algún pequeño comerciante sin garaje. -Pausa publicitaria: “Parece ser que con la revalorización de las plazas de aparcamiento, su precio se va a poner por las nubes. Invierta en Parkings De Francia. Es un consejo sólo para el 1% de la población, que es quien puede permitírselo.”

Poca gracia le harán nuestros chistes a aquellos cuyo coche ha ardido. Aunque, paradojicamente, haya más de uno que le han quemado el coche y como reacción ha ido a quemar el coche del vecino, o el de su patrón, o todos los que pueda. Es la gente que ya no tiene nada que perder la que, arriesgando su libertad y a veces su vida, apuesta por el caos y la destrucción.

El cuarto mundo silenciado por el cuarto poder.

Han ardido muchas comisarias, innumerables bancos y comercios. Pero no salen en los media: los coches son más fotogénicos. Ver un coche ardiendo asusta al proletario, que se cree a sí mismo pequeño propietario. Pero ver una comisaría en llamas podría inculcarle ideas nocivas para el sistema. También arden muchas escuelas e institutos: teniendo en cuenta que la edad media de los insurrectos es de 12 a 18 años, es facil de comprender. Si hay algo todavía más bonito en esta vida que ser rebelde es ser joven y rebelde. Y quemar tu propia escuela.

No es un problema racial, es un problema social llamado racismo.

El Neocolonialismo también funciona de puertas para adentro. Y, para confirmarlo, contra la revuelta del cuarto mundo se invoca una ley promulgada durante la guerra de independencia argelina. Francia nunca ha reconocido públicamente la guerra sucia, el terrorismo de estado que usó contra el pueblo argelino. Peor aún: el 23-2-05, los diputados y senadores franceses adoptaron una ley que reconoce “la obra realizada por Francia” en sus antiguas colonias; el artículo 4 exige que los programas escolares “reconozcan en particular la labor positiva de la presencia francesa en ultramar”.
Lógico que ardan tantas escuelas.

Moros, negros, eslavos, portuqueses, españoles, asiáticos e incluso un buen número de franceses vive en las cités. Hijos de inmigrantes e hijos de franceses, integrados en el contexto social de la pobreza, hermanados por la exclusión. Pero un francés que ha nacido en la cité siempre tendrá más posibilidades de salir de allí que el hijo de argelinos con el que se ha criado en las calles.

No hay ni un sólo africano en el gobierno, ni en la Asamblea Nacional, ni presentando un programa de televisión. Sin embargo, hay media docena de ellos en la Selección Nacional de futbol, xej. Zidane, no tan lejana ganadora de un Mundial. Mas de uno, si hubiera sufrido una lesión de tobillo cuando era niño, estaria ahora quemando coches en la cité.

Afortunadamente, los insurrectos no tienen líderes, ni los quieren. No luchan por echar a Sarkozy (aunque su dimisión sea un objetivo, y su muerte el mayor deseo), ni por tener representantes políticos. Lo quieren todo, y lo quieren ya.

Tampoco es esta una insurrección de inmigrantes, por mucho que el gobierno francés y los media traten de hacer creer. El 95% de los insurrectos (Según El Mundo 15-11-05) han nacido en Francia. Y una parte de ellos son hijos de franceses.

“La segregación abarca también al ocio: en las discotecas, un individuo llamado Bouba, de 1,90 y 100 kilos de peso, te hace comprender enseguida que poco importa tu nacionalidad francesa: “Désolé, toi, tu rentres pas!” (lo siento, tú no entras). Si es amable, añade: “Désolé, c´est la direction; moi, je fais que mon boulot, faut bien que je gagne ma vie!” (lo siento, órdenes de la dirección; yo sólo hago mi trabajo, necesito ganarme la vida)…Lo más patético es que la juventud que puede entrar baila a ritmo de Johnny Clegg y Savuka S.”

Achour Bouteldja.

“Party” (fiesta) significa, en argot de ciertos grupos antisistema estadounidenses, “disturbios”. Cuando por el color de tu piel no te dejan entrar en sus discotecas, es normal que se busquen otros medios para deshaogar la frustración acumulada en un trabajo de mierda o por la desesperación del paro.

Más de un curriki de banlieu podrá asegurar, acompañando sus palabras con una irónica sonrisa, que la auténtica causa de la insurrección es el aburrimiento.

“¿La jornada? Dormir, ir a ver a los amigos, jugar a la Play…y por la noche, quedar: a las 9 vamos a hacerle la guerra a la policía. Amo ver a los CRS con pánico, agachados detrás de sus escudos. Estamos en Matrix.”

Joven Banleuisard.

La muerte de dos chavales por causa de la policía no ha sido el origen de los disturbios, sino su detonante: no es nada extraño que la policía francesa elimine a algún chaval (a veces niños chicos) en su celosa defensa de la ley republicana y el orden ilustrado. Casi cada mes hay un muerto por disparos policiales o en comisaría, y casi siempre los muchachos son de los mismos barrios. Tampoco es una novedad que a cada muerte le siga una algarada violenta como respuesta. Para ese tipo de reacción las instituciones de la república francesa estaban preparadas (CRS, alcaldes, ONG´s, autoridades religiosas, etc).
Pero se han encontrado cara a cara con una juventud que está cansada de encerrarse con los amigos y jugar a la Play como único recurso para matar el tiempo: han decidido recuperar la calle como espacio para sus juegos.

“París es una fiesta”.

Ernst Hemingway.

La insurrección es una afirmación lúdica al tiempo que luddica* una saturnal conciencia dionisíaca un carnaval de pasamontañas violencia orgiástica un colocón de adrenalina: un potlach** en el que, a falta de bienes personales que llevar a la hogera, con gran alegría se quema generosamente lo ajeno, sobre todo si pertenece al estado.
La insurrección tiene “duende”. En un mundo muerto, las ciudades en llamas anuncian que vivir es posible, y sobre-vivir superfluo. 

*De “Luddista” (destructor de máquinas), revuelta antitecnológica de finales del siglo XVIII, principios del XIX.
**Fiesta de ciertos pueblos “primitivos”, en la que un miembro de la tribu regalaba todo lo que tenía, excepto una parte que iba destinada a la hoguera.

Muere un obrero jubilado.

No puede culparse a todo un movimiento, sobre todo a un movimiento espontáneo, de las acciones de uno de sus miembros. De cualquier manera, ese anciano se encaró con unos jóvenes a causa del incendio de un contenedor. Quizás se enfrentó a ellos, o amenazó con denunciarles. Actuó como un agente de la ley, aún cuando no era su trabajo. Y los que le golpearon no pretendían matarlo:
 
“La mujer del fallecido sostiene que el puñetazo que dieron a su marido no era mortal por sí mismo. Es decir, que arrastraba problemas neurológicos severos y la agresión complicó las cosas.”

Le Mond 15-11-05.

“Son unos canallas, arremeten contra los símbolos de todas las religiones de Francia”.

Sarkozy.

Nicolás Sarkozy vuelve a usar su exabrupto favorito contra los insurrectos, a raíz de la quema de la iglesia de Saint Jeans d`Ars, en La Monnaie, Romans-sur-Isère (Dromê). Nada dijo cuando la policía ataco la mezquita de Clichy, salvo un cobarde “nosotros no hemos sido”. Sarkozy también había alentado la idea, propagada por los media, de que el terrorismo islámico estaba detrás de los disturbios.

De hecho, en las ciudades y barrios donde el terrorismo islámico está bien estructurado no ha habido incendios; las rondas de voluntarios musulmanes pacificadores (con birrete y vestidos de blanco a la moda salafista) no han sido obedecidas por los insurrectos, y en algunos casos han sido rechazadas violentamente.

La canalla no respeta nada, y ya han sido pasto de las llamas iglesias, mezquitas y sinagogas. Se definen a sí mismos “Sans foi et sans loi” (Sin fe y sin ley). El Lumpen ha comprendido que el único templo que ilumina, es el que arde.

“Detrás de esta guerrilla urbana están grupos traficantes de droga”.

Sarkozy.

Cierto es que la mafia y las bandas abundan en los suburbios, donde el paro no deja más salida que el trapicheo. Pero si hay algo que no le conviene a los traficantes, es una insurrección que joda el negocio, con el toque de queda y los barrios sitiados por la policía.

Al gobierno sí que le interesa tener cada cité inundada de droga: recordemos el plan de la C.I.A. en los 70 para llenar los barrios negros estadounidenses de heroína, y más específicamente convertir en adictos a los luchadores del Partido de los Panteras Negras. O el plan Zona Especial Norte, en los 80 en el Estado Español, que hizo lo propio en Euskadi.

El gobierno y la policía franceses, como los de todos los países, si que deben estar llenos de grandes trapicheros.

Respecto al problema de las bandas, una insurrección es la mejor solución que podía darse: al igual que en la revuelta de Los Ángeles (1992), en que las bandas rivales “Bloods” y “Creeps” firmaron un acuerdo (alto el fuego y unión contra la policía) entre sí y con las bandas de sudamericanos; en Francia los pandilleros han dejado de matarse entre sí para hacer frente al enemigo común.

“[La revuelta la] organizaron los líderes de las pandillas, ansiosos de sacar corriendo a la policía para vender drogas, y los imanes musulmanes que buscan carne de cañón para la jihad.”

Editorial de Libération.

Esto es lo que vomita un periódico supuestamente izquierdista. La presidenta del Partido Comunista, Marie-Georges Buffet, al ser interrogada sobre si los muchachos que queman carros son víctimas o delincuentes, contestó de inmediato: “Delincuentes”.
El periódico del PC comentó que la insurrección es “una consecuencia desastrosa de medidas desastrosas”, y pidió una investigación sobre la muerte de Zyad y Bounna, como si no se supieran ya los hechos y el pueblo no hubiera dado su veredicto. El PC ha organizado manifestaciones “por la paz”. 

¿Dónde están los partidos de extrema izquierda, esos que recogen un 13% de los votos?

Leemos en un comunicado de CNT-AIT Toulouse:”Las asociaciones, los partidos y los sindicatos de izquierda y de extrema-izquierda han hecho todo lo posible por sofocar el movimiento de contestación espontánea surgido en Clichy el 27-10-05. Vemos la posición de la dirección del PCF el 3-11: “reestablecer el orden es una urgencia extrema. Los responsables de la violencia y de la degradación deben ser sancionados…” o “la violencia cotidiana en los barrios es quizá debida a los gamberros y traficantes, de Arlette Laguiller. L.O. más todavía: “la ola de revuelta y violencia que sacude hoy la periferia y los barrios populares suscita inquietud en la población…” de Alain Krivine. Estas palabras iban en línea directa con las maniobras de poder. Tales discursos han permitido hacer aceptar a la población el Estado de Urgencia.”

Lo cierto es que la CNT francesa en sus comunicados, aunque no ha condenado a los insurrectos sino al gobierno, se suele limitar a pedir medidas reformistas, como la dimisión de Sarkozy.

“En mi hogar nos regimos por severas normas musulmanas. A mi padre no le gusta que me maquille. Mis hermanos no quieren que vaya a trabajar sola. A mi padre nunca se le ha pasado por la cabeza someterme a la ablación del clítoris, o exigirme llevar siempre puesto el chador. Prefiere verme con el pelo cubierto, pero hay otras mujeres que no tienen elección ni derecho de palabra.”

Yasmina.

¿Y para cuando una insurrección de mujeres, armadas con tijeras y cuchillos de cocina?

De todas formas, el machismo de los musulmanes es uno de los argumentos que ahora usan los políticos y los media (antes les daba igual) contra unos insurrectos que responden quemando mezquitas.

“Si la violencia de las últimas semanas ha revelado algo positivo, ha sido hasta que punto han fracasado los grupos musulmanes extremistas a la hora de penetrar de manera significativa en la cultura de la juventud urbana de los suburbios.”

Mark Le Vigne, Universidad de California.

Pero en las barricadas sigue ausente una muchacha con una teta al aire: la Libertad guiando al Pueblo. Lo de la teta es opcional (aunque le da un aire clásico a la par que romántico al cuadro): respecto al vestuario basta con que después de los disturbios pueda quitarse el pasamontañas, y no para ponerse el “chador” (velo). Y, que carajo, que quemen el chador y también sus sujetadores si les sale de los ovarios.

Teenage warning.

La insurrección de los banlieusards es fruto de las contradicciones económicas y culturales de una sociedad enferma de ambición y racismo. 30 años de tensiones y protestas venían avisando. Pero el gobierno francés sólo supo emplear más mano dura. Como dice el sabio Sun Tzu en “El Arte de la Guerra”, nunca acorrales a una fiera herida, pues será más peligrosa que nunca y, redobladas sus energías, luchará a muerte. 

La insurrección de los banlieusards es fruto de las contradicciones del sistema capitalista. Pero quedarnos en este punto sería igual a atribuirla a los movimientos de los astros o al paso de un cometa: una fatalidad histórica.

Si la “madre patria” francesa hubiese acogido en su seno a estos extranjeros que nacieron en ella; si el “papá estado” los hubiese adoptado como a hijos propios ¿Hubiera estallado la revuelta? Si no hubiese retirado a nuestros amigos los policías de barrio para cambiarlos por robocops, si hubiese cumplido las promesas de integración y ayudas a los suburbios, si hubiese fomentado los centros de cultura en barrios en los que actualmente no hay ni un cine, generando una cultura de ocio sano frente a los problemas de la delincuencia y la drogadicción, en definitiva, si no se hubiese violentado sistemáticamente al sector más pobre y desprotegido de la población ¿Habría crecido una generación violenta?

No nos atrevemos a asegurar que no. Cierto que, antes de ser una revuelta anticapitalista, hay un factor de desigualdad ante la posibilidad de encontrar un puesto de trabajo, y por lo tanto una inadaptación a la sociedad de consumo que ejerce como causa del anticapitalismo. La sociedad de consumo se ve así rechazada no a causa de un rechazo generalizado a la opulencia, sino, en mayor medida, por la amarga consciencia de no poder competir por ella. Se fragua así un motín instintivo, nihilista, que no plantea nada salvo la destrucción de todo. Y, aunque nosotros somos de la opinión que este sistema no puede ser reformado, ni mantenido, sino que debe ser destruido, también creemos que la violencia no es un fin en si misma, y que como medio debe ser empleada con inteligencia. Los Banlieusards han quemado los coches de sus vecinos, cuando deberian haber buscado el apoyo de los trabajadores, en una época de grandes huelgas, y los estudiantes. Los grupos aislados que han cometido actos imprudentes, como pegar fuego a un autobús sin percatarse de que quedaba gente dentro, han provocado el rechazo del pueblo. Y, cuando el pueblo cierra sus puertas a los amotinados, la insurrección muere sin que sus golpes contra la Realidad hayan conseguido transformarla. El Banlieusard ha pretendido crear una situación de pánico generalizado, pero París ha bebido ya demasiado terror revolucionario a lo largo de su historia como para impresionarse ahora. Los banlieusards no son terroristas islámicos, ni terroristas siquiera. Son un movimiento espontaneo, popular, heterogeneo, que se auto-organiza en guerrilla urbana mediante grupos de afinidad. Pero no ha alcanzado una comprensión de la Acción Directa más allá de la violencia. Y cuando decimos más allá no nos referimos a “desvinculada de”, sino “no confundida con”. Pero la explicación a los actos irresponsables de algunos de estos revolucionarios la encontramos en su juventud. Desde niños de 10 años hasta chavales de 24, esta es una insurrección protagonizada por jóvenes.

Pero no hemos respondido a la pregunta: Si la “madre patria” francesa hubiese acogido en su seno a estos extranjeros que nacieron en ella; si el “papá estado” los hubiese adoptado como a hijos propios ¿Hubiera estallado la revuelta?
La insurrección de los banlieusards es fruto de las contradicciones del sistema. Pero, si el sistema capitalista, basado en la explotación piramidal de muchos hombres por una minoría cada escalón más reducida, hubiese eliminado el handicap racial, e integrado en su way of life a los hijos de inmigrantes, habría conseguido hacer la explotación menos humillante. Y, teóricamente, hubiera conseguido reforzarse: a menor malestar social, menor disidencia.
Pero resulta que esto no es así. El sistema no puede eliminar el racismo sin sufrir una fuerte conmoción.

La divisa de la República Francesa, heredera de la Revolución Francesa, es “Igualdad, Fraternidad, Libertad”. Pero la Revolución Francesa, desde el momento en que la Burguesía tomó el poder, traicionó estos ideales. Ideales que deben ser la consigna de la revolución del mañana. Ideales a todas luces complementarios: igualdad económica junto a libertad de pensamiento y acción crean un mundo de hermanos. Bakunin decía: libertad sin socialismo es libertinaje, injusticia; socialismo sin libertad es barbarie y opresión. Entiéndase la palabra “socialismo” en su acepción del S. XIX.
De libertad y de igualdad se ha hablado ya mucho. La revuelta de los Banlieusards nos habla sobre todo de fraternidad. Es aquí donde vemos y saludamos su aportación al ¿marchito? ¿creciente? movimiento revolucionario internacional.

La insurrección de los banlieusards es fruto de las contradicciones del sistema patriarcal. El Patriarcado es el poder basado en la sumisión a la figura paterna, y su sublimación en toda figura de autoridad. El gobierno es edípicamente interiorizado como padre de la nación, siendo la madre el territorio sobre el que gobierna. Y, aunque no nos guste nuestro gobierno, quien se casa con nuestra madre pasa a ser nuestro padrastro. De acuerdo a la programación que la vida familiar inculca en nuestras cabezas desde la más tierna infancia, nos acostumbramos a recibir órdenes de un padre que, en nuestra temprana infancia, se nos aparenta Dios y Todopoderoso. La religión está diseñada específicamente para inculcar este modelo machista y gerontocrático. Conforme vamos despegando de la familia, buscamos a alguien que siga pensando por nosotros, ya sea un líder, un jefe, un esposo si soy mujer, o bien ser uno mismo líder, jefe, esposo, padre en definitiva. Esto no quiere decir que quien sea huerfano de padre vaya a convertirse en revolucionario, pero sí que probablemente estará descondicionado y mal adaptado, y, en alguna faceta de su vida, puede ser conflictivo con el sistema. Pero si no hay padre a mano, siempre se encontrará un buen modelo paterno: el profesor, el poli de barrio…

Decíamos que el sistema no puede eliminar el racismo sin sufrir una fuerte conmoción. Esto es a causa de la Fraternidad. La Fraternidad es una forma de estructuración de la sociedad consistente en la horizontalidad, la abolición de las jerarquías. Todo lo contrario al sistema Patriarcal. En una Fraternidad bien entendida, todos sus integrantes son hermanos: no hay por tanto ni padre, ni jefe, ni más liderazgo que la razón. Si toda la raza humana se hermanara, haríamos temblar los pilares de la dominación. El sistema nos quiere a cada uno de nuestro padre y de nuestra madre, y ni siquiera insiste demasiado para con nuestras “obligaciones” respecto a nuestros hermanos biológicos. Y cuando a mis amigos les llamo “hermano” o “hermana”, es un pequeño acto revolucionario.

En Clichy-sous-Bois murieron dos adolescentes por culpa de la policía, sin tiempo de llegar a comprender en toda su magnitud que tenían millones de hermanos, no sólo en Francia, sino también algunos repartidos por Bélgica, Holanda, Alemania, Grecia y España.

Esos hermanos han tratado de vengar su muerte atacando no sólo los intereses del estado y el capitalismo -cebándose particularmente en la paternalista red de servicios sociales: los centros educativos, centros sociales, hogares del jubilado, ambulatorios-. Estos muchachos han tomado como blanco favorito de su ira el coche, objeto que, como decíamos más arriba, es el vehículo del narcisismo, fantasía erótica y sublimación  de la potencia sexual; y, sobre todo, el instrumento de afirmación del “pater familia”, símbolo del nivel de presupuesto familiar.

Destruir los humildes vehículos de vecinos, padres y hermanos mayores es un enfrentamiento de una audacia pocas veces vista. Es quemar los apoyos que puedas tener en tu entorno más cercano; es cuestionar (no con palabras, sino con hechos) todos los valores del trabajador aplicado, del comunitarismo patriarcal familiar.

¿Se puede ir más allá en este sentido? Sí. El factor primero que caracteriza a la insurrección como un ataque claro contra el Patriarcado y la Gerontocracia es la destrucción de templos de todas las religiones indiscriminadamente. Son hechos más aislados que el ataque a los coches, pero mucho más significativos. El hecho de quemar el templo de tu padre, su mezquita, revela hasta que punto llega el conflicto generacional el la cité. Los jóvenes no sólo se rebelan contra un país adoptivo que les rechaza: rebelándose contra sus padres biológicos, se rebelan a un tiempo contra todo orden establecido.

El conflicto de integración cultural en las banlieu, conflicto que millones de jóvenes han tenido que soportar entre la farsa liberal del modelo occidental y la rígida cultura musulmana, ha acabado estallando: ni pa’ uno ni pa’l otro. Estos chicos han empezado a encontrarse a sí mismos, a raíz de no reconocer más familia que a sus “hermanos”, ni más cultura que la gestada en el barrio.

Ahora sólo faltan las mujeres, víctimas entre la espada y la pared, siendo la espada una cimitarra que ha sido usada durante siglos para la ablación, y aunque ahora pocas veces se emplee para tal fin, el que la porta sigue queriendo castrar su vida. Y ¿que hay en la pared? Anuncios. Anuncios de cirugía estética, “Se busca…para sexo. Grandes ingresos”, anuncios eróticos de electrodomésticos y frívolos anuncios de perfume. También hay una pintada del Frente Nacional, para que recuerde el tipo de miradas que puede encontrar si consigue salir de la cité.

Velos para protegerla de la mirada de los hombres, en barrios donde son habituales las violaciones en grupo. Matrimonios a la fuerza. Esto por un lado. Por el otro, viejos de la “clase media” que ofrecen un matrimonio rentable. Jóvenes francesitos que no sabes si te miran porque les gustaría follarte o porque les gustaría matarte, o ambas cosas ¿Por qué me mira así? Amigas que sabes que no son racistas pero sientes que han crecido escuchando “moros de mierda” hasta que se les ha quedado grabado como un disco rayado.
 
Para que la revolución social funcione, es preciso una Revolución Sexual, que rompa con la represión y la agresión, que son dos caras de la misma moneda patriarcal; pues quien me castra, aunque sea imponiéndome un chador, me está agrediendo sexualmente, y quien abusa de mí, me está castrando psicológicamente impidiéndome disfrutar en relaciones futuras.
Una Revolución Sexual de la juventud, que rompa al mismo tiempo contra los celos, síntoma de carencia afectiva y posesividad enfermiza, y contra el sexo mecánico que busca follar para batir records, síntoma de desapego emocional y desprecio.
Es tarea de la Revolución Sexual explorar modelos no alienantes de familia, pasando de la familia biológica a familia humana, de la endogámia a la exogamia en un sentido figurado, para librarnos de la educación autoritaria que hemos recibido, y poder ofrecer a los niños de hoy y del mañana crecer en un proyecto de sociedad libre que avanza al tiempo que se va desmoronando la sociedad existente.

Ni putas ni sumisas, pero tampoco integradas.
Ni dios, ni amo, ni marido ni partido.

Texto perpetrado por Gavroche. Uno más que está todavía aprendiendo a amar, y ya sabe odiar. Dedicado a tod@s l@s agitadores y propagandistas cuyos textos me han inspirado y/o he plagiado para la confección de este.

Copia y difunde.

20 de Noviembre 2005.

Insurrección contra el destino

«Imagina a un número de hombres encadenados y condenados todos a muerte. Unos cuantos de ellos son asesinados todos los días a la vista de los demás, los que permanecen vivos aún, ven su propia condición en la de sus semejantes y, mirándose unos a otros con dolor y sin esperanza, esperan su turno. Esta es la imagen de la condición humana.»

Blaise Pascal

Algunos dicen que la principal y triste pasión de esta época es el sentimiento generalizado de impotencia ante el final cada vez más evidente de las ideas nobles, la desaparición de un horizonte extraordinario, el impedimento de realizar cualquier acción atrevida. Ante las  masacres y devastaciones diarias, tanto del mundo exterior como del mundo interior, parece que no merezca la pena hacer ningún esfuerzo para intentar hacer algo. Todo parece estar vacío, mortificado en la reproducción de un eterno presente. Después de haber golpeado durante tanto tiempo el fatal iceberg, a nuestra sociedad titánica le ha llegado la hora de hundirse. ¿Entonces, es inútil movernos?

Esa es una pregunta interesante. ¿Qué puede hacer alguien que ya no cultiva ilusiones sobre la posibilidad de un cambio social antes de que llegue el destino fatal de la humanidad (que terminará por ser eliminada –como se  esperaba un  siglo atrás con la Gran Guerra– el mundo de una infinidad de  hombres que  viven solo porque han nacido)? Algunos dicen que debemos dedicarnos al  hedonismo, a la búsqueda de placeres materiales que nos puedan dar, aunque sea por un momento, una intensidad al vivir.  Ya que no podremos disfrutar algún día del comunismo («a cada cual según sus necesidades y deseos»), el placer efímero emerge para constituirse como la última línea de defensa de lo que  todavía es humano. Otros dicen que debemos dedicarnos a inventarnos y aprender técnicas de supervivencia; a hacer fuego con dos palos de madera, a reconocer y cultivar plantas comestibles y medicinales. Ya que no podremos disfrutar algún día de la anarquía («mi libertad se expande con la  libertad de  los  demás»), será la inteligencia histórica la que constituirá la última línea de defensa de lo que todavía es humano. Debemos dedicarnos a aprender a usar armas, repiten otros, para atacar en cualquier oportunidad a los responsables del inminente apocalipsis, porque no merecen ni el olvido ni el perdón. Ya que no podremos disfrutar algún día de la revolución («la destrucción de todas las estructuras opresivas y la supresión de toda autoridad»), la venganza despiadada constituirá la última línea de defensa de lo que todavía es humano.

Evidentemente, no todos están de acuerdo en asumir el triste destino final del mundo. Los funcionarios del Estado no lo están: para combatir la angustia y vencer la depresión, llevan a cabo inyecciones masivas de optimismo desenfrenado. «La devastación del medio ambiente será mitigada por las nuevas tecnologías; la desigualdad desaparecerá con el uso generalizado, tanto en el trabajo como en la vida cotidiana, de las tecnologías de comunicación y colaboración». Los académicos –que son los nuevos cultivadores del poder– cuando no niegan completamente el nuevo analfabetismo intelectual y emocional generado por el mundo virtual, hacen un llamado a la accesibilidad de datos para todos, información para todos, conexiones para todos. Los científicos, que condenan a la humanidad al triste destino que  tenemos frente a nosotros, están creando nuevos paraísos en los que –a través de la manipulación genética– el hambre desaparecerá del mundo, en los que la contaminación industrial será erradicada por los nuevos inventos: biocombustibles, paneles solares, nuevos materiales fabricados sintéticamente en laboratorios. Y muchos de los que se “oponen a este mundo” no quieren asumir el destino al cual el Poder ha condenado al mundo, manteniendo su esperanza. con algunas actividades de buena voluntad, humanitarias, doblegándose ante las órdenes de los que están en el poder, quienes ven esta oposición como una buena manera para evitar que se desestabilice todo y explote la marmita.

«Cuando actuamos, no debemos dejarnos guiar por la desesperación de  nuestras convicciones», dijo un filósofo que afirmó abiertamente la necesidad de combinar la desesperación teórica con la firmeza práctica. La clara visión del destino de la humanidad no debería, por lo tanto, conducir al estancamiento o la resignación, sino más bien debería ser un impulso hacia la acción. Atrevámonos a basar nuestra acción en la revuelta contra el destino, a  seguir soñando con los ojos abiertos, a permanecer abiertos a la aventura, a mantener la mirada entusiasta buscando las posibilidades de adelantar el hundimiento de esta sociedad titánica. Porque nada acaba nunca, ningún destino es insuperable, nada desaparece para siempre y todo puede colapsar hoy. En las tormentas que se aproximan, que nuestras brújulas sean la acción audaz, la convicción individual y el sueño de un mundo que rechaza su destino.

Fawda N°1