Entrevista a Alfredo Maria Bonanno, por Tierra y Tempestad

Alfredo, ¿qué es la anarquía para ti?

Es una buena pregunta, no sé qué es la anarquía. Yo pienso que es una tensión, una aspiración, un ideal, como la revolución anárquica. Yo no sé qué es la revolución… Es un proceso, una tentativa, no es algo que esté en un lugar preciso, que podamos ir a ver, medir. La anarquía, como la revolución anárquica, no tiene medida, no tiene un punto de referencia histórico, no es que en España en 1936 hayan alcanzado la anarquía, no es verdad, o en Ucrania, o en México, son estados tentativos de acercamiento. Para mí la anarquía sería la ausencia del principio supremo, del Arque, ausencia del dominio, del poder, ausencia total, ¿qué hombre puede lograr la ausencia total del poder? ¿cómo lo puede lograr? Nos podemos acercar, buscando contribuir a construir una sociedad mejor a la que tenemos hoy. No es que eso sea la anarquía, sería otra forma de poder múltiple contra la que los anarquistas lucharían en nombre de la anarquía, evidentemente eso no será la anarquía.

¿Y la revolución anarquista?

Hay que ver si para vos es la misma cosa que la anarquía, por lo que dijimos antes, o si tal vez tiene alguna cosa distinta, o si le llamamos revolución anárquica a un proceso organizativo que se acerca a la destrucción del poder. Si decimos sólo revolución, es un proceso, pero no es un proceso necesariamente de destrucción del poder, pero puede significar la construcción de un poder, incluso peor. En una época se decía revolución social en vez de revolución anárquica, por lo menos en Europa, y había incluso una revista de Kropotkin que se llamaba Revolución Social . Pero hoy hablar de revolución social es muy equivoco, mejor es hablar de revolución anárquica, siempre como un proyecto, no como una cosa precisa que está acá o allá; siempre como un proceso, siempre es una realización parcial, nosotros luchamos por la revolución anárquica pero lo que realizamos no es la revolución anárquica, la revolución anárquica viene después, entonces empezamos de nuevo, entonces ¿que hacen los anarquistas? Siempre están recomenzando de nuevo. Muchos compañeros tienen miedo de esto, de estar recomenzando siempre de nuevo… ¿cómo hacer posible que nosotros peleemos sólo para tener que comenzar de nuevo? ¿es posible que los anarquistas estén destinados a vivir solo de la lucha? A mí me parece que sí, no sé, a menos que uno quiera convertirse en presidente de la república, puede ser…

¿Cual es tu definición de anárquista, de insurreccionalista? ¿Qué significa eso?

Soy anarquista, lo de insurreccionalista hay que ver, no es mi definición, es de los periódicos, usan esta definición los diarios en todo el mundo, en todos lados desde Islandia hasta Filipinas, desde Bielorrusia hasta América Latina; con nuestra fuerza no podemos hacer nada, todos hablan de anarquismo insurreccionalista, fíjate que la misma cosa sucedió con los nihilistas rusos en la segunda mitad del siglo XIX, ellos no se llamaban nihilistas, fueron los diarios que los llamaron nihilistas y al final ellos mismos terminaron llamándose nihilistas y no podés hacer nada.

Hablar de insurrección es una cosa y hacer la insurrección es otra cosa, son dos cosas distintas… si nosotros nos limitamos a hablar de insurrección terminamos como los periodistas, hacemos charlas, chácharas sobre la insurrección… ¿Podemos realizar la insurrección? ¿Los anarquistas pueden realizar la insurrección? No, no más de cuanto pueden hacer la revolución; no es que los anarquistas luchando hacen la revolución, la revolución o la insurrección es un proceso, se desarrolla de acuerdo a ciertas transformaciones del capital, del poder. Lo que podemos hacer nosotros es el proyecto insurreccional, es una cosa mucho más pequeña, que tiene que ver con la insurrección hasta cierto punto pero no es la insurrección… Por lo tanto, el engaño de los diarios, de ciertos críticos, como Amorós -este compañero español-, es que hablan de insurreccionalismo, cuando nosotros no hablamos de insurreccionalismo como si fuese una ideología, nosotros hablamos de un proyecto de insurrección, es otra cosa. ¿Comprenden? no sabemos qué es la insurrección, cuando la miramos decimos ‘bueno’. Pero, además, te da un poco de miedo la insurrección, porque no sabés qué hacer bien si no tenés un proyecto antes. He visto ciertas situaciones en las que cierta gente se alborota, y vos con toda tu práctica, toda tu experiencia “y yo ¿qué carajo tengo que hacer?”. Y uno tiene miedo, porque se siente extraño, porque en la potencia del proceso insurreccional o revolucionario nosotros somos extraños; y si no somos extraños y estamos junto a los demás, nos hacemos arrastrar por el proceso, como si nadáramos en el mar o en el río, nos hacemos arrastrar, ¿y nuestro proyecto?

¿Puedes explicar brevemente en qué consiste el proyecto insurreccional?

El proyecto insurreccional evidentemente tiene que tener un conocimiento de la realidad, un conocimiento de la situación en la que uno se encuentra. Por ejemplo, ustedes son uruguayos, trabajan en Uruguay, conocen los elementos de la situación en Uruguay, y también las relaciones internacionales del capitalismo acerca de la situación uruguaya, algo que solamente ustedes pueden hacer. Porque en el estado actual en el que vivimos, lo que sucede en China tiene consecuencias en el Uruguay. Las transformaciones del capital son a nivel global. Entonces, saber esto es importante para poder definir el proyecto insurreccional. Pero esto, queda ligado, en el momento, a acciones de los grupos de afinidad, al estudio y profundización, a encontrar los medios para las acciones, no es una cosa simple. Esto constituye a grandes rasgos el proyecto insurreccional. Y al mismo tiempo es parte del proyecto, estar atentos a la posibilidad de un proceso insurreccional, a lo que está pasando, e incluso a las cosas que parecen poco importantes; transformaciones del poder del punto de vista político, por ejemplo, un poder más o menos represivo, un poder más socialdemócrata, la desaparición o el retorno de viejas formas de gestión socialdemócrata, como el Partido Comunista.

Acá todavía existe el Partido Comunista y es obviamente un signo de atraso -el Partido Comunista va desapareciendo en todo el mundo, desaparecerá hasta en China-. Esto quiere decir que el Uruguay, desde el punto de vista de la gestión global, es un país más atrasado. Tendrá que desaparecer el Partido Comunista, no es un elemento de la lucha política insertado en la gestión global del capital. Esto lo tiene que ver el proyecto insurrecional y preguntarse ¿por qué en Uruguay está el Partido Comunista? Ahora, el proyecto insurreccional es no solamente el estudio de la situación en la que vos te encontrás, sino también de la situación política. No es suficiente que los anarquistas se declaren en contra de la política, tienen también que saber qué es la política, quiénes son los enemigos, cómo se organizan los enemigos; tienen que saberlo, saber cómo está conformado el ejército, qué significa el ejército… no es porque nosotros estamos en contra de la armas, en contra de la violencia, que no nos interesa nada del ejército; sí que nos interesa. Esto es parte del proyecto insurreccional. Es algo muy complejo, muy articulado.

Muchos compañeros piensan que solamente se trata de charlar un poco, no es verdad. Estamos hablando de insurrección para ver cuál es la relación entre proceso y proyecto. Pero en efecto el proyecto habla poco del proceso insurreccional, ¿qué podés decir del proceso insurreccional? Poco. Mientras mucho se puede decir de la gestión del poder, de cómo está estructurado el poder. ¿Por qué existe esta estructura en Uruguay? ¿Por qué se da esta “linda” recuperación más que en Europa? “Vamos todos juntos, caminamos todos juntos”. Es un modo del poder político, que en Uruguay advierte la precariedad, la inestabilidad de este tipo de gestión, y llama a la recuperación, a colaborar para otorgar mayor fuerza. El Partido Comunista del Uruguay no es que no se da cuenta de que miente, no existe como fuerza política, se da cuenta de esto, y por esto llama a la gente para que colabore. ¿El Partido Comunista ha llamado alguna vez a alguien para que colabore? No, lo que hace es dominar, ha siempre buscado dividir, no colaborar. El concepto de colaboración, de solidaridad es un concepto extraño al Partido Comunista, pero acá lo hace porque se siente débil. Yo insisto siempre con los compañeros: el proyecto insurreccional comprende un análisis político de la situación; porque después siguiendo en el camino todo parece distinto, no sabés qué hay detrás; todo se resuelve en la policía, sin embargo atrás de la policía hay muchas cosas. Si no estudiaste antes, no sabés qué hay detrás.

¿Con una teoría insurreccional no se genera un nuevo «ismo»? ¿Qué puede detener este proceso tan dinámico como lo es el proceso insurreccional?

De hecho es esto lo que estamos diciendo, lo que están haciendo los diarios. ¿Por qué los diarios de todo el mundo hablan de insurreccionalismo? Para detener, para frenar, para criminalizar estos intentos de los compañeros de organizarse de manera diferente. Para decir “estos son terroristas”. Cualquier “ismo” es peligroso, porque es como una camisa de fuerza que cierra, aprieta la realidad. La realidad es vida, es movimiento, es cambio contínuo. ¿Qué tiene que ver con el “ismo”? Poco. Pero no viene de nosotros este “ismo”, viene de los diarios, viene de los intentos de criminalizarte. Si nosotros hubiésemos hablado desde el primer momento de anarquismo insurreccionalista, hubiéramos sido unos imbéciles. Ya que del todo imbéciles no parecemos, no lo dijimos. Los que hablan así son los periodistas y los teóricos (más o menos), llámenlos así, hablan de insurreccionalismo, es más, de ideologías insurreccionalistas. Tratan de tomar distancias, “nosotros no tenemos nada que ver con ellos, esta es gente que pone bombas, son personas peligrosas… Bonanno es uno que antes entraba y salía de los bancos con pistola”. (Igual no es tan fácil entrar y salir con una pistola). Esto lo hacen para mostrar lo malo y lo peligroso que sos.

¿Qué es para ti el grupo de afinidad? ¿Cuál es su importancia en el proceso insurreccional?

El grupo de afinidad es un vínculo entre compañeros, que es muy difícil de definir. De todas formas no es ciertamente una relación afectiva, no es una relación de amor, no es una relación de simple conocimiento, no es una amistad, no es todas estas cosas, es otra cosa. Definirlo no es fácil. Es conocimiento, es profundización; experimentar algo juntos; también pequeñas cosas, también tratar de recurrir a ocasiones para ver cómo reacciona el otro, verlo en la vida de todos los días, cómo se comporta. Porque es inútil que los dos hagamos un discurso “musculoso” y tratemos de parecer fuertes, y después cuando hay una pequeña cosa, por la calle hay alguien que nos hace “buh!”, yo me asusto y me escapo corriendo. Entonces decís “¿qué discurso hiciste hasta ahora?” Son muchas las ocasiones que hay que utilizar para estudiar, profundizar y recoger la afinidad. De la misma manera, en la misma situación, y en lugar de escaparme yo comienzo a disparar o a hacer cosas excesivas, tampoco está bien. Escaparse o hacer algo excesivo es lo mismo. Encontrar el control de sí mismo es la esencia fundamental de la relación de afinidad. Uno tiene que confiar, tener confianza en el otro. En esos casos vos pensás que el otro se comporte de la manera adecuada, es decir, ni demasiado miedoso ni excesivo, porque las dos cosas son erradas. En los procesos insurreccionales los grupos tienen la función de saber qué hay que hacer de distinto de lo que está haciendo el proceso. Por lo tanto el proceso se mueve en un determinado sentido, los grupos tratan de tener un proyecto ligeramente distinto. Porque no está dicho que el proceso que se mueve, sepa lo que hay que hacer. A veces los procesos revolucionarios, insurreccionales, tienen naturaleza violenta, extremadamente violenta (la gente rompe todo porque justamente reacciona de manera violenta a la represión, a los siglos de miseria, de pobreza, de sufrimiento, de dolor, y todo eso explota). El revolucionario anarquista que es parte de los grupos de afinidad debe saber qué hacer, porque si él también explota… Por ejemplo, cuando en el ‘36 hubo en España la toma del poder fascista, los compañeros anarquistas se adueñaron de las armas, porque sabían donde estaban las armas. No es una casualidad que Ascaso haya muerto enfrente de un cuartel, porque trataba de conseguir armas. Porque si no se toman las armas de los soldados, ¿la gente qué hace? Rompe todo, pero sin las armas no sé puede hacer nada. Luego hubo todos los errores sucesivos en la revolución española… Pero se movieron los compañeros españoles actuando como compañeros conscientes, que sabían hacia donde ir, no yendo a donde iba la masa, sino buscando las cosas necesarias para hacer la revolución.

¿El proyecto insurreccional sólo busca debilitar al Poder? ¿Atacar para debilitarlo? ¿Solo eso?

Probablemente este es uno de los objetivos. Porque si tú atacas al poder en más lugares, principio de la guerrilla: si atacás en distintos lugares, no donde se mueve el proceso insurreccional, sino también donde el proceso insurreccional no se está moviendo, debilitás el poder permitiendo un crecimiento, dando indicaciones para un crecimiento del proceso insurreccional. Además das medios a los compañeros, por lo tanto a los grupos de afinidad que están dentro del proceso pero que además tienen un proyecto en mente; les das medios, ideas, etc., que pueden transmitir a los demás.

Por ejemplo, si lo piensas, un proceso insurreccional puede comenzar con una manifestación, como por ejemplo, podía ser la manifestación de los cien mil en Atenas en ocasión de la muerte de Alex. Ahora, cien mil personas son muchas, pero al mismo tiempo no son muchas. Tomados uno por uno, ¿saben lo que están haciendo? No, no lo saben. Saben que están enojados. Y no es suficiente. El proyecto es algo de pocos, de pocos compañeros conscientes de qué hacer porque lo estudiaron antes, aprendieron a nadar antes. No es que nadan, aprenden a nadar en la manifestación. Saben a dónde ir, saben qué hacer. Esto contribuye a debilitar el poder por un lado, porque si el poder dice “estos quieren atacar al parlamento”, se ponen todos enfrente al parlamento y ahí se termina todo. Si entonces ven que hay cien ataques distintos en toda la ciudad, se preguntan “¿qué tenemos que hacer?” No lo saben. La explosión de rabia del proceso insurreccional toma otro camino, se expande. ¿Entendés la diferencia, la enorme diferencia de una cosa de este tipo? ¿qué hubiese pasado en Atenas, si hubiesen estado quinientos anarquistas capaces de llevar a cabo acciones en grupos separados en toda la ciudad?, ¿qué hubiera pasado con esos cien mil? Estos iban a destruir toda la ciudad. No hay dudas sobre eso.

¿Qué es la organización informal?

La organización informal es, antes que nada, informal, es decir, no es fija, no dura en el tiempo, no tiene una sigla, porque es justamente libre de forma y es reconstruida cada vez para lograr un objetivo, para atacar un objetivo que es bastante importante, significativo y grande, porque un único grupo de afinidad que normalmente es constituido por pocos compañeros no puede atacarlo solo. Entonces, se juntan más grupos de afinidad y constituyen una organización informal para atacar a ese objetivo. Pero esta organización informal, que dura hasta atacar a ese objetivo, luego se disuelve. Por lo tanto no es la Federación Anarquista Informal; aquí lo informal es teórico, pero en la realidad metemos la firma. Una organización informal no puede tener una firma. ¿Por qué no puede tener una firma? Porque no tiene un objetivo cuantitativo, no busca agarrar a la gente e ingresarla, no razona de esta manera. Solo tiene un objetivo, pero que podría ser un objetivo que perjudica los intereses de una parte de la gente. Por ejemplo la cuestión acá en Uruguay de la minería daña una cierta zona del Uruguay, yo no sé donde se encuentra, por lo tanto es una cantidad de gente limitada, serán cinco mil o cincuenta mil personas, no lo sé. Entonces, estas personas, que no son anarquistas, pueden estar involucradas en la lucha contra ese objetivo por parte de esa organización informal, es decir, de estos grupos de afinidad que son parte de la organización informal. La organización informal, en este caso, tiene que hablar con estas personas, pero no para que se vuelvan anarquistas. No tiene que hablar en cuanto anarquistas, sino como alguien que, aunque sea anarquista, no quiere hacer que se vuelvan anarquistas esas personas, sino que quiere colaborar con ellos para destruir ese objetivo. Estas personas pueden organizarse por sí mismas, con la ayuda de los anarquistas, en los que definimos núcleos de base, o sea, organizaciones de base que se pueden llamar como quieran, que no son constituidas por anarquistas, sino que tienen presencia anarquista, pero no son anarquistas. Porque la gente no quiere volverse anarquista para destruir la minería.

Dices que el método de ataque, para ser anarquista, tiene que ser sencillo, simple y reproducible. Cuando el objetivo es más complejo y se forma una organización informal, ¿no deja de ser, entonces, un objetivo simple, sencillo y reproducible?

Estamos hablando de dos cosas distintas. Porque el objetivo simple y reproducible es cuando el ataque es del grupo, mientras el objetivo más complejo, donde está la presencia de la organización informal, parece simple pero es una cosa compleja. Son dos cosas distintas. Esa es una lucha específica, es una lucha de grupos de afinidad. Son dos cosas distintas. La lucha de los grupos de afinidad, el ataque, tiene que ser reproducible. El ataque de la organización informal dura cierto tiempo, es también reproducible, pero en su conjunto se trata de algo extremadamente complicado. Puede verse como modelo, como método anarquista de la destrucción, como método para relacionarse con la gente, como método para debatir con las personas, de intentos de crear grupos de afinidad, que son parte de la organización informal y que intervienen para hacer algunas cosas que la gente no puede hacer, utilizan algunos métodos, esos métodos de los que hablábamos antes (los medios de comunicación inflan esos métodos) que los grupos de afinidad tienen y que, por lo tanto, son parte también de la organización informal, pero sin embargo, la gente no los tiene. El deber de los anarquistas, de la organización informal, es entonces la de realizar acciones relativas a esos objetivos que la gente no puede realizar, pero que no sean acciones que asusten a la gente. Y que sean también coordinadas con lo que la gente efectivamente advierte, siente. Porque el objetivo es de las personas, la minería perjudica a las personas, no perjudica a los anarquistas. Los anarquistas están colaborando con la gente.

¿Entonces hay dos tipos de ataques? Los que son realizados por los grupos de afinidad…

…los simples y reproducibles, y los que son una cosa más compleja. Tanto es así que requiere la unión de más grupos de afinidad en una organización informal.

Y estos ataques de la organización informal no pueden asustar a la gente…

… como acciones específicas realizadas por los grupos de afinidad que son parte de la organización informal; hacen cosas que tienen que saber hacer, porque si haces cosas demasiado grandes, demasiado importantes, asustas a las personas. Enseguida los diarios escriben “estos son terroristas” y la gente se asusta. Tienen que ser importantes pero no demasiado. Estamos hablando de otro tipo de situaciones, que se llama lucha intermedia o lucha específica; es una situación distinta, en la que hay necesidad de una organización más grande que la organización informal. Pero todo lo que hay que hacer, hay que hacerlo con cabeza, razonando.

¿Cómo se puede generalizar una lucha particular?

No lo sé, porque esto es el sueño de todos los anarquistas. Nosotros realizamos una lucha limitada, circunscrita, pero tiene que ser limpia en el método. Es el método lo que se generaliza, no la lucha. Lo que nosotros tratamos de generalizar es el método. Ahora, si el método es confuso, ¿qué carajo se generaliza? Porque la lucha ¿cómo hace para generalizarse? No existe una minería en Montevideo, por lo tanto ¿cómo se hace para generalizar la lucha contra la minería en Montevideo? Pero se puede generalizar el método, entonces es el método que tiene que ser limpio.

¿El método cuál es? ¿El ataque simple, reproducible?

El ataque, sí. Éste es importante, porque si no, no se puede generalizar la lucha que se quiere generalizar.

¿Hay una necesidad, por lo menos en primera instancia, de que existan espacios más estables y organizados, donde los compañeros puedan conocerse y vincularse, y luego formar estos grupos de afinidad?

No son dos cosas ligadas entre sí. Los espacios autogestionados, no los espacios liberados (en realidad no existen espacios liberados, estas son chácharas de los marxistas), los espacios donde los compañeros se encuentran son importantes… Ustedes tienen ese centro, (…) son espacios importantes porque los compañeros se encuentran allí, probablemente los grupos de afinidad pueden surgir a partir de que los compañeros se encuentren allí; probablemente, no es seguro. Porque también pueden encontrarse por la calle. En cualquier caso, todos los procesos de conocimiento, de profundización que requiere el desarrollo de la afinidad… Algunos, la mayoría de esos procesos, no se pueden dar en los grupos anarquistas; hay que realizarlos en la calle, porque en los grupos se habla, se discute, y la mayoría de estos procesos de conocimiento no son chácharas, son cosas que hay que hacer.

¿Qué son las armas para los anarquistas?

Una fea bestia son las armas. Pero son instrumentos, son instrumentos. Además todos los Estados prohíben el uso de las armas, porque el Estado no puede permitir que los ciudadanos utilicen las armas; cuando lo permite, como en los Estados Unidos, se necesita un permiso. En Estados Unidos hay una gran difusión de armas pero están todas registradas. En sí el arma, como objeto es una cosa que a mí me perturba, pero me doy cuenta de que el conocimiento de las armas, no de todas, sino de algunas para mí es indispensable. Y no es una cosa fácil de resolver. Porque el Estado sabe bien cuan peligrosa puede ser un arma en las manos de los revolucionarios. Entonces prohíbe su posesión, ya que si no se posee no se puede aprender. Esto sin necesidad de sacralizarlo, y volverlo un mito. La pistola es un objeto asqueroso. Lo mismo que el puñal. Si se tiene un puñal y no se sabe utilizar, es inútil; se debe saber como se empuña. No se empuña así, sino así. Si alguien no sabe qué hacer, debe averiguar cómo se hace.

Tu propuesta, que es una propuesta distinta a otras de organización informal, como por ejemplo de la de la Federación Anarquista Informal

La diversidad consiste en el hecho de que la Federación Anarquista Informal no es informal. Es una organización cerrada. Como cualquier otra organización cerrada.

Además el hecho de que hay compañeros que no se conocen entre sí, que están en distintos países, que es una sigla para…

Pero la sigla es el problema. Porque la sigla denuncia la finalidad cuantitativa, del crecimiento cuantitativo de compañeros, de la organización informal. Ahora, la organización informal no debe tener como fin el crecimiento cuantitativo, porque la organización informal es la suma de grupos de afinidad, entonces los que deben crecer son los grupos de afinidad, no la organización informal. ¿Qué necesidad hay de que una organización informal tenga una sigla? Ya que los grupos de afinidad no tienen una sigla, el crecimiento cuantitativo ocurre a través del conocimiento, de la construcción de nuevos grupos informales, que luego pueden o no entrar en la organización informal, como grupos, no como individuos. El crecimiento de la organización informal es un sinsentido, que para crecer necesita un punto de referencia, porque si no, ¿cómo se hace para saber? El punto de referencia es una sigla. La sigla es una cosa formal. Es inútil que te definas “informal” si luego estás formalizado. Esta es la contradicción. Muchos compañeros que han sentido sobre la cuestión, se dejan fascinar por tantos discursos, algunos de los cuales son un poco, digamos, excesivos.

¿Qué cosas son excesivas?

Tantos discursos sobre el hecho de destruir el mundo, son un poco excesivos. La organización informal puede hacer ciertas cosas, pero no puede destruir el mundo. Las cosas que puede hacer se refieren a un objetivo específico, pueden destruir la minería, no pueden destruir todo el Uruguay, no es posible. Aparte eso, muchos compañeros, especialmente los jóvenes, se dejan fascinar por las grandes palabras, por las actitudes fuertes pero la contradicción existe siempre.

¿Cuál es tu opinión sobre las teorías y tácticas del Poder Popular?

No es una respuesta fácil, en primer lugar porque no conozco mucho sobre esas teorías.

¿No existen en Europa?

Que yo sepa, no. Pero pienso una cosa, desde la ignorancia; que la palabra «poder» me asusta.

¿Cuál es tu opinión sobre estas teorías anti-desarrollistas (combatir el avance del desarrollo capitalista)? ¿Son compatibles con los grupos de afinidad, la organización informal, el proyecto anarquista insurreccional?

Debería conocer este proyecto. No conozco mucho este concepto. ¿Son las teorías de [Miguel] Amorós?

Por ejemplo.

No las conozco. No sé que decirte. Sobre la cuestión de la tecnología te puedo hablar. Sobre la cuestión de combatir contra el desarrollo, sería mejor un Capital menos desarrollado.

El Capital todo el tiempo tiene que expandirse; entonces tú atacas los lugares donde este se está desarrollando. En el caso de Uruguay, por ejemplo, ¿dónde se expande el Capital? Con las nuevas infraestructuras, con la regasificadora, son los lugares donde el Capital se expande para sobrevivir. Se dice que tienes que atacar, no al capitalismo en funcionamiento, sino a las partes nuevas donde se expande para sobrevivir. El tema es si esto es compatible con la lucha de los grupos de afinidad.

Es decir, ¿se trata del ataque a los procesos de desarrollo del Capital, y no al Capital?

Sí, hacia los nuevos desarrollos, por ejemplo.

No sé, yo no veo esta diferencia, pero podría no entenderlo.

Es una elección de objetivos de ataque. Por ejemplo, antes que un cuartel, se ataca a… la obra de construcción de una regasificadora

El Capital es un proceso. No tiene una parte más atrasada y otra más avanzada. O sea, tiene ciertamente una zona más atrasada y otra más avanzada, pero, ya que el proceso es globalizante, la parte más atrasada está comprendida en la parte más avanzada. En determinados aspectos, la situación de Uruguay está más atrasada que la de Suecia, o Suiza o Alemania, desde el punto de vista del Capital, de la gestión del Capital. Algunos procesos de gestión que son normales en Alemania serían extraños en Uruguay. Esto no quiere decir que no haya relación entre el Capital alemán y el uruguayo. Hay una relación a nivel mundial solo que gestiona dos partes diferentes. No sé si estamos hablando de eso.

Creo que no… ¿En qué momento te hiciste anarquista? ¿En que contexto?

Yo procedo de la lucha contra Dios, digamos, del ateísmo. Desde que era pequeño, porque vengo de una escuela de curas. Conocí a los anarquistas a través del ateísmo.

¿En que años?

60, 61… 58, 59… Linda la anarquía pero los anarquistas no me gustan. Y lo que escribían los anarquistas, tampoco me gustaba. Entonces empecé a escribir libros anarquistas. Es por eso que no leo libros anarquistas.

¿Qué libros anarquistas empezaste a escribir?

Lucha y poder. Luego El placer armado.

Habla de tu experiencia cuando escribiste este texto, El placer armado. El contexto y cuál ha sido el impacto en el movimiento anarquista y también en la sociedad.

Este es un texto que tiene una difusión enorme en todo el mundo. Cuando lo escribí, era 1977. Lo escribí en pocos días para llevarlo a Bolonia, donde había un encuentro de tres días con la participación de 150.000 compañeros de todo el mundo, y era un evento importante. En un momento que en Italia había un cambio en las estructuras armadas y en la acción. El 77 fue un año de cambio. Es algo complicado explicar la situación italiana. De todas formas, solamente en esos días se vendieron 5.000 copias de El placer armado directamente. Lo cual no quiere decir nada, porque con 100.000 personas, 5.000 copias no son muchas. Pero si hubiésemos tenido 20.000, se hubiesen vendido 20.000. El texto respondía al sentir de los compañeros que estaban presentes. Sin embargo, la experiencia más importante de aquellos 3 días, para mí, ha sido esta: vi como un pequeño trozo de papel, puede desencadenar una situación revolucionaria… un trozo de papel. No lo escribí sólo, sino con otro compañero. Bolonia es una ciudad circular, con una estructura medieval, la ciudad es redonda; había 150.000 compañeros, y la población, las tiendas todas cerradas, no había tranvía, no había nada, estaba toda la ciudad bloqueada, no había ni un policía, nada de policía. Luego supimos que la ciudad estaba rodeada por la policía, pero la policía estaba rodeada por los trabajadores del Partido Comunista, que habían llegado de toda la Emilia.

Bolonia es la capital de Emilia, una región de Italia. Esto no lo sabíamos. No había policía, eso lo sabíamos. Entonces, los dirigentes del movimiento comunista, y los extraparlamentarios, los autónomos, también estaba Acción Revolucionaria, estaban todas las estructuras armadas… todos tenían armas. Los dirigentes habían sugerido que, después de esos tres días, en lugar de destruir toda la ciudad, cosa que tenía posibilidades de suceder, se haría una manifestación desde la plaza de la universidad hasta otra enorme plaza, donde estaba un clown, futuro premio Nobel, que se llama Dario Fo, que hacía un espectáculo. Entonces, el proyecto era este: reunir a las 150.000 personas, de los cuales al menos 30.000 estaban armadas, y llevarlas a ver al clown. Nosotros habíamos pedido a la universidad una sala, un local y habíamos hecho, no yo, otro compañero, una pequeña octavilla en la que se decía a quien no estaba de acuerdo con la manifestación que nos reuniríamos en esa sala. Nosotros pensamos en cien compañeros, trescientos. Nos dieron una sala para mil. Vinieron 25.000… un trozo de papel. Tuvieron que armar de apuro todos los micrófonos, porque estaba la sala, la sala vecina, la calle, la plaza. La propuesta contenida en ese pequeño trozo de papel era: “quien no esté de acuerdo con la manifestación de cierre de estos tres días, nos veamos en tal lugar de la universidad”. No había nadie que dejara hablar, porque tal vez estuvieran algunos de los dirigentes, pero eran silenciados con silbatos. Nadie podía hablar. Me dejaron hablar solo a mi. ¿Y la propuesta cual era? Demos un paso atrás… para entender la propuesta. El Partido Comunista quería demostrar ser capaz de gestionar Italia. Entonces, ¿qué hizo? “Con 150.000 personas de izquierda, autorizar al cardenal hacer una misa con los fascistas en la plaza principal de la ciudad.”

El cardenal y los fascistas estaban rodeados por los paracaidistas de la Folgore, un cuerpo especial del ejército que defendía esa plaza. No había policía, estaban los fascistas en esta plaza, y 150.000 personas marchando a 300 metros. ¿Nuestra propuesta cuál era? Quien no esté de acuerdo, rompe la marcha y se ataca la plaza; atacamos a los fascistas. Esto estaba escrito en el trozo de papel. Pero, ya que yo tenía que hablar, la responsabilidad de dejar morir a 50 personas era mía, y no tuve corazón. Dije que no. Hablé, no podía no hablar. Yo estaba de acuerdo con atacar la plaza, pero no podía asumir la responsabilidad. Si hubiésemos tenido una estructura constituida por grupos de afinidad, y hubiéramos discutido, con un proyecto insurreccional desde antes… aquí lo importante. ¿De dónde viene esta charla que estamos teniendo? La experiencia de cosas de este tipo. Si no sería un cretino que diría “ataquemos”. Yo no soy un general del ejército, soy un compañero. ¿Cómo hago para decir “ataquemos”? Claro, podríamos decirlo”, pero ¿cuánta gente moriría? Si en cambio tuviésemos un proyecto, si hubiésemos estado más grupos de afinidad, la cosa hubiera sido distinta.

¿Cómo, por ejemplo, hubiese sido distinta?

Hubiera sido distinto porque lo hubiésemos discutido antes. Se hubieran estudiado calles diferentes. Yo no conozco Bolonia. Sabes que feo es estar en una situación así en una ciudad que no conoces. Conozco Bolonia, pero sólo las calles principales. No sabía por dónde podíamos llegar, qué estrategias emplear, por dónde sacar a esa gente, el acceso a las casas, ¿entiendes? ¿Qué mierda hacemos?, yo no lo sé. Desde que hicimos la octavilla hasta cuando nos juntamos 25.000 personas, habían pasado 2 horas. ¿En dos horas, qué mierda haces? Esta responsabilidad no la asumo. En este caso estamos pagando las consecuencias de no tener un proyecto insurreccional organizado antes, con una estructura de grupos de afinidad que funcionan, y con los cuales seríamos capaces de atacar. Yo no tengo el corazón de mandar a 20.000 personas para que se dejen masacrar. ¿Estamos locos? Esta es la experiencia de El placer armado. No digo que El placer armado haya hecho mover a estas 25.000 personas, estas 25.000 personas se acercaron por un trozo de papel. No estaba escrito “Bonanno”, estaba escrito “los anarquistas”.

¿Y El placer armado generó lo mismo? ¿Generó que mucha gente se planteara un montón de cosas? ¿Por qué el paralelismo?

No. Era la misma situación. Los mismos tres días. Estos compañeros compraron 5.000 copias de El placer armado. Yo no sé si hay una relación. Yo estoy diciendo que en aquel momento, en el momento que este libro salió, cuando se distribuyeron todas las copias que teníamos, en ese momento sucedió esta experiencia que produjo un trozo de papel. Para mí es una cosa extraordinaria. Se ve que en efecto, cuando hay un hecho revolucionario no se necesitan grandes medios. Cuando se desencadenó la revolución francesa, Demoulins subió arriba de una silla para decir cuatro palabras. No son necesarias grandes cosas porque la situación está madura. ¿Entiendes? No es tampoco el trozo de papel, es la situación, es el proceso que está maduro, no el proyecto, que además no estaba, y hubiera sido lo mismo. Estaba el proyecto, y estaba el proceso.

¿Qué piensas hoy de El placer armado?

Es un libro viejo. Para mí un lindo libro, que releí últimamente, y nunca leo mis libros, no me gusta leer mis libros. Pero lo releí, porque me preguntaba ¿por qué se sigue imprimiendo? ¿Por qué razón? No lo sé.

[Compañera presente] Tiene un lindo título.

El título es la mitad del libro. Rompe los dos tercios del libro. Es un lindo libro igualmente hoy. No es solamente una cuestión de medios y de razonamientos, es también una cuestión de corazón.

Hablas de este placer armado y toda esta cuestión de la lucha armada, para nosotros anarquistas no es que tengamos una necesidad de lucha armada. Parece una cosa parecida: el placer armado y la lucha armada.

Para mí no es algo similar.

Parece similar, pero puede ser una cosa antitética.

Es una cosa antitética… Puede ser una equivocación buscada.

¿Una provocación?

No precisamente… yo me encontré en situaciones de enfrentamientos armados, y pensaba cuando era más joven que uno era portador de la libertad. Decís “yo soy anarquista, por lo tanto yo soy la libertad”, no es verdad. Nosotros no llevamos la libertad. Si estamos en un lugar de enfrentamiento, donde se utilizan armas, lamentablemente la libertad está lejos. Pero hay que hacer cosas que muchas veces tienen poco que ver con la libertad. Estas cosas se pueden hacer con placer… tengo mis dudas. Si se pudieran hacer con placer, sería ya un paso adelante. Pero no siempre se pueden hacer con placer. A veces uno está obligado a hacerlas.

Recientemente fue planteado este problema por los periodistas, porque hubo un infortunio en una reivindicación en la que unos compañeros habían escrito algo que se podría haber evitado, algo sobre el placer. Entonces los periodistas hicieron una conexión. Pero yo no me refería a esto, no es que si tú empuñas una pistola lo haces con placer. No. El placer está en el proyecto armado, debería entrar en el proyecto armado porque contribuye a la liberación. Este debería ser el placer. No empuñar una pistola. La pistola siempre es una cosa más bien dolorosa. Qué nadie sienta placer por empuñar una pistola… sería un pistolero. Es diferente.

Has conocido la cárcel en varias ocasiones. Puedes contar algo, cómo ha sido la relación entre compañeros, dentro y fuera de la cárcel, la solidaridad, también la represión…

Hice más o menos 15 años de cárcel, en total. Conocí 100 cárceles, 101 o 99, y pocos compañeros en la cárcel, porque me tienen siempre en aislamiento, aparte la experiencia en Grecia, que fue bastante particular. En Italia no conocí a muchos compañeros porque siempre me mantienen separado. Los compañeros que conocí son compañeros como los demás. No había una situación particular porque estábamos en la cárcel.

¿Y el desarrollo de la situación en la cárcel?

¡Ah! Tú dices la lucha en la cárcel.

No. ¿Por qué caíste, siempre por atracos, etc.? ¿Cómo fue?

Porque cometimos errores. Los atracos están todos bien, si hablamos de atracos. O acciones. En una acción, tu decides el momento, cómo, dónde, cuándo, nunca la policía lo debe saber. Pero, ponemos un 90% de probabilidades a tu favor, si cometes un error, se reduce a 70, si cometes dos se reduce a 30, si cometes 3, se reduce a 0. Es necesario no cometer errores. Desgraciadamente siempre se cometen errores. Porque hay una cosa que no se podía imaginar. Este discurso es importante aunque no tenga que ver.

¿Tú has caído siempre por lo mismo?

No, no. Las primeras condenas fueron por las cosas escritas. Una vez estuve condenado a un año y ocho meses por haber escrito cómo se derriba una torre de alta tensión. Esto evidentemente molestó, porque en Italia en 9 años han sido derribadas 1200 torres de alta tensión. También por otras razones, por artículos en periódicos. Ahora el delito de opinión se despenalizó, porque con Berlusconi… él es más “bueno”. En el proceso Marini me condenaron por atraco y propaganda subversiva. Dos condenas. Una condena en suspenso en la que durante dos años no podía hacer nada, si no me iba 10 años adentro. Básicamente delitos de opinión y atracos.

¿Cuál fue el proceso más largo?

El proceso Marini. Había unos 80 compañeros, también ligados con otros procesos, con el proceso de Parma, el más largo y el más complejo. Normalmente por atraco son 4 o 5 años. En Italia no es muy alta la pena por atraco. En Grecia es más alta. En Grecia Christos fue condenado a 8 años y 9 meses, puede llegar a 12 con agravantes.

¿Cuál es tu perspectiva de la lucha anarquista insurreccionalista hoy en Europa?

¿En Europa? No es fácil. No lo sé. Para mí cometimos un gravísimo error, los anarquistas, 10 años atrás, 12 años atrás, cuando renunciamos ‒yo personalmente no, pero sí muchos otros compañeros‒ a la perspectiva de una organización internacional anarquista, insurreccionalista, informal. La propuesta era la de unir más estructuras informales de lucha en la perspectiva de que en el Mediterráneo, mucho antes que la insurrección del No TAV, que es de hace 15 años.

¿Costantino Cavalieri lo escribió?

Lo escribí yo, él lo publicó.

[La compañera de Alfredo dice que Costantino contribuyó a desterrar…]

No es importante quién lo escribió. De todas formas la responsabilidad de desterrar fue de muchos, también del Estado …

[La compañera de Alfredo remarca la actuación de Costantino en un encuentro en Velletri, cerca de Roma, en el que hablaba del FIES, que no tenía nada que ver]

La propuesta la hice yo cuando fuimos a Grecia. La propuesta fue hecha en 1993, en Grecia, durante una serie de conferencias.

¿Y no es esto institucionalizar la informalidad?

No, es institucionalizar una relación internacional. Mantener dentro de ciertos límites de relación internacional. Es decir, los compañeros intercambian información. No es una organización de lucha, sino solamente de información. Se dan reuniones periódicas, se intercambia información, y luego cada organización informal, cada grupo de afinidad deciden si utilizar esa información o no utilizarla. Hubiese sido un gran instrumento de conocimiento si hubiese funcionado. No de lucha, de conocimiento para desarrollar las luchas. De por sí es algo formalizado, pero sólo para el intercambio de información. Ese hubiera sido un instrumento de perspectiva, pero ahora no existe y no parece que haya grandes posibilidades de lucha. Hay situaciones locales, en Italia hay dos o tres, hay una en Bruselas; pero, por ejemplo, no es posible hacer nada en Ámsterdam, donde hay situaciones muy pacificadas, o es muy difícil hacer algo en París, donde hay una situación extremadamente dispersa. Están muy aislados entre sí, no hay relaciones entre ellos, sino la de hacer unas charlas juntos. Esto no quiere decir nada, porque París es una ciudad siempre sorprendente. Hacer previsiones es siempre malo porque se espera que la realidad contradiga lo que se previó.

¿En Italia y Grecia?

En Grecia es un poco distinto. En Italia está bastante pacificada la cosa…

¿Por la represión?

No es particularmente feroz.

¿Y por qué?

Porque está en una fase de asentamiento socialdemócrata. Está claramente desaparecida la izquierda, y la derecha no existe más, por lo tanto tienen que encontrar un nuevo camino, como la de nos queremos todos. Pero no son todavía lo bastante inteligentes para hacer este discurso. Pero dirás que no son tan estúpidos, como para recurrir solamente a la represión. Están a mitad del camino, como todas las cosas que se hacen en Italia. Ni carne ni pez, ni macho ni hembra, ni blanco ni negro… está mitad del camino.

Es una nación gris, siempre fue una nación que nunca pudo dar señales de sí misma… con todas las chácharas que se dicen sobre los italianos, son chácharas, los italianos son fundamentalmente unos embaucadores. Les gusta charlar, hablar. También en los períodos, digamos, más significativos: en los años 70, en Italia efectivamente se realizaron más de 500.000 acciones. De estas 500.000 acciones que se hicieron, no se habló. Por eso podrían haber sido hechas en Suecia, no en Italia, pero cuando el italiano comienza a hablar no se calla más. Deberían dejar de hablar. Desgraciadamente, hablan.

¿Crees que hay un potencial para la lucha anarquista insurreccional en esta región?

Yo pienso que esta parte del mundo es mejor que Europa.

¿Por qué?

Antes que nada por una cuestión de corazón. Ustedes son personas distintas, son personas menos viejas, son más jóvenes. Más amantes de la vida. Europa es un continente viejo, demasiado asfixiante. Demasiadas chácharas, demasiados sofismos, demasiadas tradiciones, demasiados conocimientos, demasiada Grecia, demasiada Roma. Estas estupideces son demasiado sofocantes. Demasiada filosofía. Demasiado Hegel. Pero ustedes también tienen algunos pesos de los que liberarse. Demasiadas estructuras armadas clásicas pesadas en el pasado, que aún hoy tienen un cierto peso, un cierto significado, persisten. Tener las ideas claras sobre ciertos problemas y ciertos límites no está mal. Esto es difícil para mí. En Italia esto es un dato clarísimo, no hay problema. Aquí quizás pueda haber todavía algún problema. Un discurso sobre los límites del otro demonio. No del primero, sino del segundo, tal vez no sería malo. Estoy sugiriendo una profundización sobre un problema de ustedes, que solamente ustedes pueden hacer. La mística de la clandestinidad de las organizaciones armadas. Ese es un gran problema, que en Italia no está más.

¿Hay una mitología de que esa lucha es “la lucha”?

No “la lucha”. Que es una lucha importante sin la cual no se pueden hacer muchas otras cosas; como si fuese una especie de tutela, de garantía para hacer otras cosas. No es así. No estoy de acuerdo.

¿Y Grecia?

Grecia es toda una interrogante. Pero hasta cierto punto, porque no están los intereses norteamericanos. Ellos no tienen interés en hacer volver a los poderes fuertes en Grecia. Cuando se termine la plata de los armadores griegos que son muy pero muy ricos, entre los más ricos del mundo, desaparecerá la derecha, la extrema derecha de los nazis. Luego, si va a haber una reestructuración de la estructura capitalista en Grecia a los niveles europeos es muy difícil, porque Grecia no está al nivel europeo, es una estructura basada en la mediana burguesía, es decir hay una distancia entre estos enormemente ricos y el resto, hay una gran brecha. Falta la industria, falta la agricultura industrial. En un país de 11 millones de habitantes, donde la mayoría, 5 millones, vive en Atenas, una ciudad caótica, se la arreglan más o menos. Si no viven a costa del Estado, no tienen actividades industriales. Las zonas industriales griegas, en el nordeste, donde está Tesalónica, es bastante pequeña, como para sustentar a 11 millones de personas. Entonces nunca podrá estar al nivel de Europa, al nivel de Alemania o de Francia. Por lo tanto siempre habrá problemas. Pero no irresolubles. No como para declarar un proceso insurreccional. Además no hay que olvidar que Grecia soportó demasiado, cuando se habla de Grecia, porque sí, son gente combativa, de la experiencia, de la resistencia vieja, de la resistencia más reciente, pero están un poco cansados de todo eso. Los jóvenes ciertamente. Es importante saber que poco antes del comienzo de la dictadura en el 69, dos barcos llenos de jóvenes de la pequeña burguesía griega, iban a estudiar a Italia… muchas familias mandan a estudiar a Italia a los hijos, todos los que estudian farmacéutica, porque allá no existe la facultad de farmacéutica, el 50% de los médicos estudian en Italia. Algunos también en Francia, en Inglaterra, los que se lo pueden permitir. Estos mil o dos mil jóvenes, luego volvieron a Grecia, eran un elemento de ideas europeas que llevaban a Grecia. Hoy no pasa una cosa así, porque está internet, la comunicación es más directa. Pero es una cuestión de discurso, no de experiencias prácticas.

¿Cuál es la debilidad y la fortaleza del movimiento anarquista griego?

La fuerza para mí es la gran cantidad de compañeros que se animan a salir a la calle. Y la debilidad es la gran cantidad de variantes que hay… son 100 mil, hay 100 mil que piensan de manera distinta. Cada uno piensa a su manera. Y juntar a dos, no digo que piensen de la misma manera pero parecido, es un esfuerzo considerable. Esta es un poco la debilidad. Cada compañero griego no busca, no digo de no aceptar las ideas del otro, sino de acercarse un poquito, para intentar hacer cualquier cosa juntos. Porque si no, cada uno se queda amo de su cabeza y solo se queda en su cabeza.

Revista Tierra y Tempestad. Números 19 y 20.
Montevideo, 25 de noviembre de 2013.

 

A 10 años del Caso Bombas: un pequeño ejercicio de memoria acerca de la ofensiva antiautoritaria en el territorio dominado por el Estado chileno

[…]

Los primeros años de conflictividad antiestatal desde la vuelta a la democracia

La lucha anticapitalista no se detuvo con la desarticulación de los grupos político militares de los ’80-’90, más bien, la vuelta a la democracia no hizo más que propiciar el rebrote de distintas tendencias revolucionarias caracterizadas en su mayoría por ser expresiones autónomas contrarias a los partidos políticos, dentro de las cuales los entornos ácratas y antiautoritarixs fueron asumiendo un papel fundamental a partir del desarrollo de diferentes instancias organizativas y de propaganda.

En ese sentido, la regeneración de los grupos libertarios se desarrolló principalmente través de la propaganda y el contacto entre los viejos militantes y las nuevas generaciones. Es así como, por ejemplo, es posible advertir en la Revista El Irreverente, de junio de 1993, una breve nota biográfica de Cosme Paules, militante libertario que combatió con Durruti en la Guerra Civil española y que luego de un largo exilio por América, se estableció en Chile, participando activamente del movimiento libertario local. Además, dicho ejemplar da cuenta en un apartado del material recibido, entre los cuales destacan los periódicos Acción Directa n°1 (Febrero ‘91) y Acción Libertaria n°6 (Noviembre ’92).

En Santiago los intentos organizativos de esos primeros años lograron consumarse en la creación de la Federación Anarquista Libertaria (FAL) creada con “el anhelo de coordinación para los grupos e individualidades activas en la escena ácrata de esta ciudad”, pero prontamente este esfuerzo organizativo “se fue disgregando por las contradicciones en su seno, entre sectores que ponían en primer lugar el enfrentamiento y la lucha callejera, y otros más preocupados por la organización formal y lograr cierta respetabilidad política para el incipiente movimiento anarquista de esos años”.

Por otra parte, un importante papel cumplieron los distintos grupos anticapitalistas que se desarrollaron en los espacios universitarios, como, por ejemplo, La Punta, la Vanguardia, el Cordón Macul, la Resistencia Autónoma Estudiantil (RAE), la Coordinadora Revolucionaria del Pedagógico (CRP), todos caracterizados por desarrollar enfrentamientos callejeros contra la policía y difundir comunicados y panfletos con distintas consignas revolucionarias, pero que de manera transversal exigían la libertad de lxs presxs políticxs. Al mismo tiempo, en la difusión de las ideas libertarias se desarrollaron una serie de iniciativas de propaganda a través de fanzines, muchas veces vinculados directamente a los grupos de lucha callejera, como por ejemplo El Estopín (vocero de la Federación antes señalada), El Francotirador o el pasquín Todos Moriremos.

Pero la respuesta del Estado no se hizo esperar y en la conmemoración del 11 de septiembre de 1998 caía en las barricadas de la población La Pincoya la compañera Claudia López. La editorial de la edición n°6 del fanzine El Francotirador se referirá a la compañera como “una luchadora que pertenecía a la Coordinadora Revolucionaria del Pedagógico, una minoría activa que plantea la unidad de acción de anarquistas y marxistas, la acción directa como forma de lucha, la autogestión y la solidaridad…”.

Sus compañerxs, organizados para conmemorar los 20 años de su asesinato son claros al afirmar respecto a la muerte de la compañera que:

“(…) la chica [como le decían] haya estado esa noche en la Pincoya no obedece a la casualidad o algún momentáneo impulso rebelde sino a una decisión y a un camino trazado desde hace años en luchas y enfrentamientos callejeros, tanto en universidades como en distintas poblaciones, de igual forma en su activa participación en coordinaciones combativas, aunando fuerzas entre distintas experiencias autónomas y luchas antiestatales”.

Bajo estas condiciones, los primeros años del nuevo milenio estuvieron marcados por el avance en la lucha por la liberación de los presxs políticxs de la Cárcel de Alta Seguridad, alcanzando su máxima tensión en abril de 2004 cuando estos, iniciaron una huelga de hambre por beneficios intra-penitenciarios que se tradujo en una serie de manifestaciones de apoyo y solidaridad en el centro de Santiago con diversos enfrentamientos callejeros, además de la quema de un local de Mc Donald’s y un cajero en Santiago, y producto de ataques con explosivos, la destrucción de un banco en la misma ciudad y parte de un oleoducto en Talcahuano. Finalmente, “el 10 de agosto de 2004 se promulgó la ley que otorgó la libertad a un gran número de presxs políticxs, pero aún quedaban algunos casos especiales que no pudieron acceder a este beneficio”.

A fines de ese mismo año la crítica a la globalización y a las políticas imperialistas de EEUU tuvieron su prueba de fuego con la Cumbre Internacional del APEC, donde la posición libertaria no se hizo esperar. Ya para julio la publicación Rojoscuro anunciaba la realización de esta Cumbre tras afirmar que “ya se vislumbra y organiza la subversión contra esta cumbre (…) Nos referimos a los que desde ya conspiran contra la agenda de encuentros del capital Internacional”, siendo el preámbulo de múltiples enfrentamientos contra la policía en el centro de Santiago. Uno de los panfletos de esos días, firmado por el grupo Ideácrata, señala “Ni Bush, Ni APEC, Ni Capitalismo. Exigimos la libertad, pero no se la exigimos a las autoridades sino a todos los oprimidos por el sistema económico y la jerarquía social”.

Como consecuencia de los enfrentamientos de estos años, es que el Estado responderá modificando la Ley de Control de Armas y Explosivos, tipificando la bomba incendiaria tipo “molotov” como un arma, estableciendo penas entre 3 años y un día a 10 años, contra quienes fueran detenidxs portando o sorprendidxs lanzando artefactos incendiarios.

La agudización del conflicto y el desarrollo de ataques explosivos

Así las cosas, el año 2005 marcó una diferencia en la forma de actuar de los grupos revolucionarios tras desarrollarse una decena de ataques con artefactos explosivos a distintos símbolos del poder y el capital, pero también porque dentro de la diversidad de reivindicaciones es posible identificar una clara presencia anarquista. Por ejemplo, en el atentado contra el Banco Santander ocurrido el 6 de julio, que destruyó su infraestructura a pesar de ser detectado por el GOPE (Grupo de Operaciones Policiales Especiales), además de encontrar panfletos que exigían la libertad de los presxs políticxs, estos fueron firmados por la Brigada Luigi Luccheni, reivindicando la figura de un anarquista de acción que dio muerte en 1898 a la emperatriz Isabel de Baviera Sissí, en Génova.

Fue que partir de ese año que, la violencia política de carácter anarquista fue marcando una clara distancia con los antiguos grupos marxistas-leninistas, pues en cuanto a medios y fines, “los anarquistas construyen organización horizontal y buscan la destrucción del Estado y la autoridad. Al interior de estas orgánicas no existen dirigentes, mandos altos ni mandos medios. Los organigramas de las anteriores estructuras son inaplicables a esta nueva realidad”.

Si bien durante el año siguiente se desarrollaron la misma cantidad de ataques con explosivos además de dos ataques incendiarios, es preciso hacer un par de distinciones. En primer lugar, el año 2005 la mayoría de los objetivos fueron entidades financieras, mientras que, el año 2006 se atacan con explosivos más instituciones ligadas al Estado, como, por ejemplo, la ANI (Agencia Nacional de Inteligencia), El Consejo de Defensa del Estado, la sede nacional de Gendarmería y la Provincial de Educación. En segundo lugar, si el año 2005 tres de los diez atentados fueron adjudicados, al año siguiente fueron ocho de diez ataques, siendo tres de ellos reivindicados por las Fuerzas autónomas y destructivas León Czolgozc (el ataque a la ANI, a un banco -por la columna internacionalista-, y contra la Catedral Castrense), quienes llevan su nombre para reivindicar la figura del anarquista de origen polaco que dio muerte al presidente de Estados Unidos William McKinley el año 1901. A su vez, otros ataques también reivindicaron a anarquistas de acción como Antonio Román Román, Miguel Arcángel Rosigna y Tamayo Gavilán.

En ese sentido, el contenido de los panfletos encontrados también da cuenta de una acción antiestatal. Por ejemplo, el panfleto del atentado a la ANI dirá “(…) con este ataque evidenciamos que la ‘inteligencia’ del Estado es tan frágil y destructible como estos cristales rotos”. Por su parte, los panfletos encontrados en el ataque contra el Banco de Chile, del 16 de julio de 2006, señalan que “El ser humano siempre ha querido y querrá vivir en libertad. Esta guerra social la ganaremos. La insurrección libertaria ocurrida en España en 1936 no ha terminado…. ¡A las Barricadas!”.

Prontamente se hizo ver la respuesta a las distintas expresiones de violencia política por parte del Estado, encabezado por el gobierno socialista de Michelle Bachelet. Tras el ataque explosivo contra la ANI el gobierno advirtió que “la justicia indagará quienes son, que creen que hay otro código; un código distinto al diálogo razonado y civilizado. (…) en Chile los vamos a erradicar y el que insista en ello se enfrentará a la justicia”. Y ese año la respuesta del Estado no se hizo esperar.

Pues fue a partir del ataque con una bomba incendiaria a una de las ventanas del palacio de gobierno, en el marco de una nueva conmemoración del 11 de septiembre, que el Estado dio inicio no solo a una nueva ofensiva represiva, sino que recurrió a las viejas prácticas utilizadas para desarticular a los grupos político-militares, recurriendo a un viejo conocido de principios de los ’90 el entonces subsecretario de Interior, actual Ministro del Interior de Bachelet, Belisario Velasco, para responder por dicho ataque.

Así, la madrugada del 26 de septiembre fue allanada por Carabineros del GOPE la okupa “La Mansión Siniestra” ubicada en el centro de Santiago. Dicho allanamiento resultó ser un festín mediático tras describir el espacio como una “fábrica de bombas molotov”, al mostrar decenas de botellas de vidrio vacías, mucha propaganda anárquica, lienzos, libros y fotografías. Del allanamiento resultaron seis anarquistas detenidxs y procesadxs por asociación ilícita, tenencia de artefactos incendiarios y receptación, pero tras derrumbarse gran parte de las acusaciones, consiguieron salir a la calle.

El trasfondo de dicha jugada represiva estuvo en la utilización de los medios de comunicación como forma de criminalización de los Centros Sociales Okupados, espacios de encuentro, difusión de ideas y prácticas de libertad y resistencia anticapitalista, siendo el primero de muchos hostigamientos mediáticos, policiales y jurídicos en contra de estos espacios y sus ocupantes, hasta el punto que cuatro años más tarde, estos, en las alucinaciones del fiscal Peña, encargado de la operación Salamandra que dio inicio al Caso Bombas, constituyeron verdaderos “centros de poder”, punto al que nos referiremos más adelante.

Sin embargo, la violencia política expresada a través de la furia incontenible de los bombazos no solo no pararía, sino que se intensificaría en los años siguientes a partir de la proliferación de los grupos afines y las ideas insurreccionalistas. Durante el año 2007 se atacaron tres sedes de partidos políticos: la juventud del Partido Socialista, el Partido por la Democracia y la Democracia Cristiana, todos partidos de la coalición de gobierno. El primero de ellos, adjudicado por el grupo Fuerzas Autónomas y Destructivas León Czolgosz, señala:

“(…) Desde los comienzos de esta dictadura ‘democrática’ y capitalista, el partido socialista ha sido el encargado de traicionar, boicotear, encarcelar y asesinar a los jóvenes luchadores de los años 90 en adelante, convirtiéndose en los herederos aplicados de la dictadura militar.

Estos socialistas de partido son los que hoy se jactan de su opresiva labor señalando que su accionar criminal ‘no ha causado ninguna muerte’ desde sus gobiernos concertacionistas: Cristian Castillo, Claudia López, Andrés Soto Pantoja, Alex Lemún, Ariel Antonioletti, Daniel Menco. Todos ellos, son solo algunos de los [que] han caído bajo sus cobardes balas”.

Por otra parte, este año estuvo marcado también por el desarrollo de asaltos a entidades bancarias. El primero fue el asalto al Banco Santander, el 9 de septiembre, mientras que, el segundo al Banco Security, el 18 de octubre. Si bien dichos asaltos no fueron adjudicados, por estas expropiaciones y tras la persecución desatada producto de la muerte del Cabo Luis Moyano, son acusados y condenados varios compañeros tras un largo proceso judicial. En la actualidad, dos de ellos siguen en prisión: Juan Aliste Vega y Marcelo Villarroel.

A su vez, a fin de año, con motivo la conmemoración de los 100 años de la matanza de la Escuela Santa María el 21 de diciembre de 1907, es que durante el mes de diciembre se reivindicaron 3 ataques con explosivos, dos de ellos por el Grupo de ataque anticapitalista mártires de la Escuela de Santa María. El otro, por la Federación Revuelta. Sección antipolicial Antonio Ramón Ramón, que tras el ataque a la 18 Comisaría de Ñuñoa, en su comunicado advertía:

“A 100 años de la masacre de la escuela santa maría de Iquique, grupos autónomos contra el capital y el Estado.
Multipliquemos los bombardeos que destruyen los muros de este podrido mundo.
Fuerza a la destrucción del Estado, fábrica de cadáveres.
Aquí estamos. 100 años después”

En un proceso paralelo, los Centros Sociales comenzaron también a radicalizar sus posiciones ya sea por un proceso reflexivo propio, o bien, empujados por los hechos. Tal es el caso del espacio La Casita ubicada en Pudahuel, luego de la muerte del anarquista Jonny Cariqueo:

“Después de la muerte de Jonny, el proceso de tensionar ideas y cuestionarnos nuestras prácticas, reflexionando lo vivido, nos empujó a dejar atrás distintos conceptos que ya no nos satisfacían, como el de ‘popular’. Comprendimos que es una idea muy vaga o ambigua cuando se busca la confrontación con el poder”.

Jonny fue un compañero anarquista cercano a este Centro Social que murió producto de las torturas policiales, al ser detenido luego de una marcha conmemorativa el día del joven combatiente del año 2008, como represalia directa del poder tras la muerte de un policía en los enfrentamientos del 11 de septiembre pasado, en la misma comuna. Esto llevó a sus compañeros a reivindicar su figura y tener todo un proceso de discusión interna que los llevó a asumir un acercamiento a las ideas y prácticas libertarias.

En ese mismo sentido, la propaganda antiautoritaria de esos años da cuenta también de este proceso. Varias son las publicaciones que discuten ideas y prácticas como la afinidad, la organización informal, la lucha anticarcelaria y la solidaridad con los presxs políticxs, Del mismo modo, los espacios autónomos se conforman como espacios donde se practican estas ideas: la organización es informal y por afinidad, se dan una serie de discusiones y conversatorios de distinta índole, se desarrollan actividades solidarias con lxs presxs y las bibliotecas tienen puntos de acopio para sus encomiendas.

Y los ataques siguen. En el segundo semestre del 2008 se producen la misma cantidad de atentados que en todo el año 2006. Iglesias, bancos, consulados, comisarías y el Club Social de la PDI. La mayoría son reivindicados por grupos que se denominan insurreccionales. Por ejemplo, el atentado al Consulado argentino, fue adjudicado por la Célula insurreccional Ravachol, en directa solidaridad con los compañeros Freddy Fuentevilla y Marcelo Villarroel, detenidos en dicho país luego de pasar a la clandestinidad. En su comunicado se afirma que “(…) La solidaridad deja de ser una palabra cuando esta se materializa en actos de combate, que van directos contra los intereses capitalistas y sus instituciones”.

Con todo, a fines de año se dará un hecho particular, con la adjudicación del doble atentado perpetrado por las Columnas armadas y desalmadas Jean Marc Roullian contra una sucursal de Movistar y la Automotora Derco Center, que denunció la aparición del llamado Frente Anarquista Revolucionario (FAR) organización que aparece a mediados de ese año y que, es cuestionada abiertamente por reivindicar hechos inexistentes con un lenguaje contradictorio y por lo menos, cuestionable.

La muerte de un compañero en acción y la articulación del Caso Bombas

Hasta aquí, la respuesta del poder no pasaba más que por declaraciones de las autoridades repudiando los hechos, al mismo tiempo que presionaba a la fiscalía Oriente, encargada de la investigación, para que hallara a lxs responsables. Por otra parte, se utilizaba el diario el Mercurio como portavoz de las diligencias. Así, por ejemplo, este medio, dirá el 4 de diciembre del año 2008, que “(…) Efectivos de Inteligencia de Carabineros ya tienen detectados a, al menos, cuatro grupos anarquistas ligados a la serie de bombazos efectuados en la capital…”.

Pero el año 2008 finaliza con las declaraciones a la policía de Gustavo Fuentes Aliaga, alias “El Grillo”, conocido traficante de drogas de Macul con Grecia, autodenominado anarquista, detenido tras apuñalar a su pareja la noche del 31 de diciembre. En sus declaraciones afirmó haber realizado algunos ataques con bombas y tener antecedentes para localizar a lxs sospechosxs de estos. Con estos datos, en vísperas de año nuevo, fueron allanadas cinco okupas con la excusa de dar con su paradero. No obstante, al mismo tiempo que se requisaban distintas pertenencias para las indagatorias, todas ellas sin resultados, dicho personaje permanecía en dependencias de la policía. En consecuencia, se abrió una línea investigativa que relacionaba directamente los ataques con los Centros Sociales Okupados.

En la desesperación de la Fiscalía y la prensa por hallar responsables, la tesis anteriormente señalada se reforzó con la muerte del compañero Mauricio Morales, la madrugada del 22 de mayo, al estallar aceleradamente el artefacto explosivo que dirigiría contra la escuela de Gendarmería. Mauricio participaba en distintos Centros Sociales y Bibliotecas Autónomas, la mayoría ocupadas. Por lo que, ese mismo día, nuevamente distintas okupas del centro de la ciudad fueron allanadas. Esta vez un compañero del CSO La Idea fue detenido, luego de que la policía encontrara pólvora en una habitación. Este no fue el caso de la Biblioteca antiautoritaria Sacco y Vanzetti, espacio que resistió al allanamiento en conjunto con lxs anónimxs solidarixs que se agolparon en las afueras hasta la madrugada, resultando de los enfrentamientos 9 compañerxs detenidxs.

A decir de lxs compañerxs de Mauricio Morales, en el libro llamado Mauri… La ofensiva no te olvida:

“Mauri era, es, un compañero anarquista, en realidad aprendiz de anarquista como burlonamente le gustaba llamarse. Un hermano que a lo largo de su vida atravesó por distintas etapas, cruzando tendencias y aristas en la crítica al capital, el Estado y la autoridad. Partidario de la organización social, de la organización de masas, derivó a lo largo de los años en la construcción de planteamientos tendientes a la afinidad y la libre asociación. Ya en el último momento de su vida se consideraba a si mismo como individualista antisocial, abrazando la idea nihilista”.
 
Como un presagio de acontecimientos posteriores el periódico Peste Negra anunciaba la presencia de agentes de la policía y jueces italianos en el país durante el año 2008 a propósito de los ataques con explosivos. Dicha estadía se relaciona con la asesoría prestada acerca de los sucesos represivos ocurridos en Italia con el Caso Cervantes y Marini (por el fiscal Antonio Marini), que luego de 10 años de investigación (1994-2004) terminó condenando a casi una decena de compañeros por asociación subversiva con fines terroristas, tras decenas de ataques a distintas instituciones del Estado y símbolos de la Unión Europea.

Más interesante resulta aún que mucho antes que se concretara el Caso Bombas y la Operación Salamandra que le dio origen, esta publicación tal vez sin vislumbrarlo, publicó en su artículo un extracto de la revista Conspiración editada en España, que analizaba el caso Marini, siendo un claro ejemplo del actuar del poder en Italia y posteriormente en Chile:

“El problema es evidente. El Estado no logra identificar a los responsables materiales de las acciones de ataque producidas en el pasado, así como no les será fácil identificar a los responsables materiales de otras acciones de ataque que sufrirá en el futuro. Viceversa, le es extremadamente fácil conocer quien las sostiene abiertamente. Ante la imposibilidad de detener la acción, al Estado no le queda cosa que intentar inmovilizar la idea, en la vana esperanza de que de esta manera se ponga fin también a la primera.

Las autoridades del Estado inventan entonces la existencia de una organización militar estructurada en dos niveles, uno público y legal al que pertenecerían numerosos anarquistas conocidos por su actividad, el otro, oculto e ilegal, al cual pertenecerían todos los anarquistas ya detenidos por otros motivos, al cual poder atribuir los gestos de revuelta que, por la simplicidad de los medios usados, pueden haber sido cometidos por cualquiera. De este modo se castiga por segunda vez a los anarquistas detenidos, considerados responsables de haber llevado a cabo la acción, y al mismo tiempo se puede reprimir también al que difunde abiertamente la idea. He aquí el porqué de la prisa del fiscal Marini en especificar que no se trata de un proceso a las ideas, cuando en realidad es de esto mismo de lo que se trata. La única cosa compartida por los anarquistas imputados en este proceso es la idea anarquista, y no la militancia en una organización armada específica que por otra parte nunca ha existido”.

Visto de este punto de vista, el Caso Bombas era la crónica de una muerte anunciada. Pero los ataques seguían e incluso eran más osados, como, por ejemplo, el ataque al Club Balthus y al gimnasio Sport Life, el 11 de agosto, o al Hotel Marriot, sucedido el 3 de noviembre, o a la Iglesia de los Sacramentinos el 21 de noviembre, etc. El poder no tenía cómo parar esta ofensiva y tanto la prensa como el gobierno presionan a la fiscalía. De esto da cuenta el diario El Mercurio, en palabras del Ministro del Interior, Patricio Rosende, al afirmar que:

“(…) ya llevamos demasiado tiempo sin resultados concretos; a nosotros nos gustaría que las fiscalías nos proporcionaran o nos pidieran mayores antecedentes. Por su parte, los fiscales insistieron en que hasta ahora, los indicios aportados por la policía uniformada son difusos y no tienen el sustento necesario para conseguir que un juez avale una acusación en contra de determinadas personas”.

No obstante, nuevamente los Centros Sociales fueron atacados por medio de allanamientos, esta vez el 11 de diciembre, bajo pretexto de desarrollarse elecciones presidenciales libre de manifestaciones, pero los objetos allanados y mostrados como evidencia a través de la prensa no eran más que libros, revistas y material político de diversa índole. Desde esta perspectiva, su objetivo era mostrar una vez más la relación entre las okupas y los ataques con explosivos, atacando directamente a estos espacios y con ello, a las ideas y prácticas de libertad.

En este contexto, es que resulta electo como presidente Sebastián Piñera y con el cambio de coalición de gobierno también se propició un cambio en la línea investigativa. Para ello, se cimentó un escenario de críticas a través de la prensa luego del ataque a una sucursal bancaria ubicada a pocas cuadras del domicilio del presidente, a principios de junio de 2010. En respuesta, el nuevo Ministro del interior, Rodrigo Hinzpeter afirmó que “(…) Creo que en materia de bombas hemos ido con una investigación más lenta de lo que los chilenos necesitan. Le tengo temor de que nos acostumbremos a vivir en una sociedad en la cual se ponen bombas. Yo no quiero que el día de mañana tengamos que lamentar no haber sido más enérgicos y más firmes con este tipo de delincuencia, con este tipo de terrorismo”.

Una semana después el mismo medio anunciaba a Alejandro Peña como el nuevo fiscal encargado del proceso. Si bien este cambio de Fiscalía tuvo un argumento jurídico, en términos políticos el cambio de fiscal representó un sombrío cambio en la línea investigativa que se tradujo en aplicar la figura de asociación ilícita ocupada en contra de organizaciones de narcotraficantes para desarrollarla en contra de los Centros Sociales y los entornos antiautoritarios. Para ello la prensa fue implacable, semanalmente se publicaban listas de sospechosos, se revelaban sus perfiles, creaban líderes ficticios ligados a organizaciones subversivas, etc. Lo que la Fiscalía Oriente no se atrevió a hacer en más de 5 años por falta de pruebas, la Fiscalía Sur lo hizo en menos de dos meses.

El resultado quedó a la vista la madrugada del 14 de agosto de 2010, día en que se desarrolló una de las operaciones represivas más grotescas de los últimos años. 14 compañerxs fueron detenidos en múltiples allanamientos, dando inicio a toda una campaña por la libertad de las compañerxs presxs que terminaría años más tarde con todxs ellxs en la calle. […]

X anónimx

 

Fragmento tomado de ACONTRATIEMPO Revista del Archivo Histórico La Revuelta. Año III. N°3. Segundo Semestre 2020. Santiago, región chilena.

El mazo del iconoclasta

 

“Dad rienda suelta a las pasiones inmorales”

Mijaíl Bakunin

 

Aunque el fatalismo impenitente que se ha instalado en nuestras mentes nos impida verlo, somos, en realidad, una numerosa pléyade de “desafectos al sistema”. Ideologizados o intelectualmente “vírgenes”, ductos o instintivos, necesitarios de autonomía o carentes de pan, pocos son los crédulos o satisfechos, que se atreven a afirmar que el mundo está constituido tal y como debería.

Para quienes pongan en duda tal aserto solo tienen que sacar a colación, en una conversación cualquiera y con cualquiera de sus semejantes, el tema -que a fuerza de ser recurrente se ha pretendido convertir en demagógico- del hambre o la guerra, y serán solo una minoría los que acepten con agrado tales cosas.

No hace falta mirar las tripas de esta “máquina mal engrasada” para saber que sus engranajes están ajados y casi completamente obstruidos, con unas válvulas silbantes que señalan una rápida y alarmante subida de la temperatura… todos los indicios de que el “artefacto social” está al borde del colapso.

Pero, ¿Quién le dará el último empujoncito?

Quizás algunos aprecien esta valoración como exagerada y excesivamente optimista, no obstante, mientras se dirime esta cuestión, la máquina sigue funcionando, a trancas y barrancas, forzando al máximo su capacidad, mostrándole a los ojos menos exigentes una carcasa flamante y reluciente, aunque chorreando sangre ajena como si fuera aceite… sin embargo, no podemos obviar que lo más curioso del caso es que haya sido en semejantes condiciones, precisamente en ese estado de declive y agonía, como ha conseguido mantenerse activa durante las más hondas simas de tiempo, a través de milenios e, incluso, hasta nuestros días, ¿peca ahora mi análisis de “triunfalismo”?

El sistema está “muriendo” desde que nació, existiendo a marchas forzadas, lleva marcado a fuego el signo de la desaparición. Y si aún no se ha logrado no es por los peregrinos motivos que se nos suele aducir.

Dejando de lado las intrincadas “fórmulas materialistas”, las mismas que determinan que un hombre debe renunciar a coger una manzana de un árbol si antes no se ha equipado con la correspondiente escalera, aún a pesar de que pudiera acceder a ella con un simple palo; las mismas que posponen la Revolución, aunque sea tan vital como la lluvia en el desierto, a los lugares que hayan sido “obsequiados” con los galardones capitalistas, y a unos tiempos más “propicios”. Hay otras muchas “incongruencias” que hasta la cabeza del corazón más ardiente está dispuesta a dar por sentado.

Se nos dice con voz quejosa: “Es que nuestro número es ínfimo, comparados con otros periodos históricos somos menos que una minoría”. Dígansele tales pequeñeces a Fanelli cuando se encontró en España con un grupo que llegaba con dificultades a la veintena, díganselo a Anselmo Lorenzo y a Morago, y al que a la postre sería el movimiento obrero más fecundo y vigoroso de la estúpidamente llamada “Europa occidental”. ¿Quién se atreverá a replicar tales cosas a los oídos de los “apóstoles” errantes que, a lomos de jumentos, iban difundiendo “la Idea” por sierras, cortijos y aldeas, sin más calor que el de las hogueras, sin más medios que la vehemencia y cuatro palabras grabadas a fuego en el alma?

Llegan entonces otros llantos: “Es que hoy estamos menos instruidos, y “revolucionariamente” menos preparados, que nunca”. Retumbarían aún, en los montes y cerros, las risas de aquellos campesinos de Jerez, en 1892, o la de los peones de la Patagonia, en 1921, si alguien hallara el valor de espetarles tales cosas. Qué le digan a un cantero o a un jornalero, orgullosamente analfabetos, la falta que les hacían las teorías y los libros, para sacudir de sus espinazos el yugo del patrón y del cacique.

Gastan entonces el último cartucho: “Es que hoy la gente es mucho más “comodona”, la vida hoy es más fácil, y las “mejoras sociales” mitigan las causas por las que rebelarse”. He ahí el argumento de la renuncia; reunid los arrestos para alargar vuestra voz hasta el mal llamado “Tercer Mundo”, decidles que su hambre es fingida, que su sed es una ilusión y que su mortalidad es una “quimera” de sus mentes. Convencedles de que el “maná” les caerá de sus cielos ennegrecidos -previa intoxicación de las chimeneas capitalistas- y de que sus tierras -explotadas por la globalización- serán fértiles, y de que sus ríos insalubres -gracias al “savoir-faire” industrialista- rebosarán de peces. Levantad la voz hasta África y habladles a sus habitantes de esas “mejoras sociales” que deshincharán los estómagos de sus hijos, de cómo los avances capitalistas han acabado con las muertes por inanición, también con el raquitismo o con las enfermedades más cruentas; decidles eso y posiblemente os escupan a la cara. ¿Pero por qué marchar tan lejos? ¡Abrid de una vez la ventana!, os conmino a ello, y si no sois insensibles, o rematadamente imbéciles, veréis desfilar antes vuestros ojos verdaderas legiones de “hambrientos y desamparados”, mesnadas de nómadas sin domicilio, de personas embargadas y desalojadas por impago, de obreros asfixiados ante el ocaso mensual, observareis, con vuestros propios ojos, ejércitos de adultos y niños, nacidos aquí y allá, que abordan las basuras con el digno e imperante fin de alimentarse… son “ejércitos del hambre”, a los que les sobran motivos para convertirse en “ejércitos del odio”.

La situación no ha cambiado nada con respecto al decimonónico inicio de las luchas sociales “explícitas”, el número no ha variado, la “ilustración” sigue sin ser imprescindible, y la miseria no ha dado un solo paso hacia atrás… los motivos para Rebelarse siguen siendo los mismos, lo único que ha cambiado es la disposición para ello; tan solo se ha modificado nuestra Voluntad.

Para quienes hayan llegado hasta aquí, compartiendo tal razonamiento, el dilema se exhibe diáfano: “si eso es así, ¿qué hacer?”.

Parecen que todas las medidas están ya agotadas, toda la propaganda hecha, todas las “asociaciones” formadas, todos los métodos puestos en práctica… pues si es realmente así, quizás lo que haya que cambiar es el carácter de los mismos.

La gente habla de renunciar a los métodos “específicamente violentos”, arguyen tanto la mala aceptación popular como toda una suerte de, respetabilísimos, motivos morales; pues perfecto. Nada hay que objetar al respecto, ya sea por motivos “pragmáticos” o “éticos”, se considera que la “violencia” no es el camino a seguir; compartimos, absolutamente, este planteamiento en cuanto a vidas humanas se refiere, pues no hay Revolución que se haya cimentado sobre la fuerza y la sangre, que no haya tenido necesidad de recurrir posteriormente a ambas para poder perpetuarse sobre el propio pueblo que lucho para erigirla. Nosotros como Bakunin, “no queremos destruir hombres sino instituciones”.

Es verdad que sobre este asunto algunas actitudes se nos antojan decididamente hipócritas, las mismas que apoyan cualquier acción violenta mientras esta esté respaldada por las “masas armadas”, y que, sin embargo, condenarían inexorablemente a cualquiera que realizara semejantes actos en solitario o con un escogido número de colaboradores… es como si la verdad fuera más “verdad” cuando es ratificada por el número, como si el asesinato dejara de serlo en cuanto el “pueblo” diera su consentimiento. Son estas las opiniones de quienes condenarían al Durruti ilegalista, expropiador y “propagandista por los hechos” de los años 20, si no hubiera sido eclipsado por la mítica del luchador miliciano de los años 30.

Pero estas “dobleces faciales” no consiguen desalentarnos de nuestros propósitos, nuestra meta no es inmolar la voluntad, ni la dignidad ni la vida de nadie, la única voluntad que queremos deponer, la única dignidad que queremos escarnecer y la única vida que queremos aniquilar es la del Estado y el Capital, solo de ellos aceptaremos un acto de genuflexión. Obviamente esto pasa por derrotar a los sujetos que utilizan tan “formidables herramientas”, no siendo estos Molochs unos “entes” dotados de vida propia, es contra quienes dirigen sus riendas contra los que cargamos las escopetas, pero no es la destrucción sistemática de estos mequetrefes y pusilánimes lo que buscamos, lo que pretendemos es reducir a cenizas los instrumentos que les han permitido auparse sobre el resto.

Las fórmulas para crear un ambiente propicio para que el descontento popular pueda estallar en una Revolución a “gran escala”, son variadas, y ante la anterior pregunta, ese sempiterno “¿qué hacer”?, solo hallamos una respuesta válida: “Haced todo lo que esté en vuestra mano, mientras no entre en los cursos de la legalidad”.

Algunos optan por adscribirse al sindicalismo; muy bien, pero que no os toque la larga e infecciosa mano de la legalidad, que esta sea una condición que quiera adjudicaros el Estado, y no una que reclaméis vosotros. No legalicéis vuestras manifestaciones, que no concurran vuestras huelgas por las vías legales, dejad de circunscribir vuestros actos al “marco de la ley”, retomad el sabotaje que antaño os hizo grandes, olvidad a vuestras huestes de abogados, y encaraos, frente a frente, con el enemigo mortal que supone toda Autoridad… de lo contrario esa arma letal, que un día infundió terror a la burguesía, hoy yacerá muerta, tal y como muchos prevén.

Quizás vuestras pulsiones os escoren hacia la “propaganda escrita”; muy bien, pero que cada una de vuestras palabras sea merecedora del más profundo odio gubernamental, que cada uno de vuestros panfletos provoquen la más recalcitrante iracundia en los estómagos “bien alimentados”, que cada una de vuestras letras sea un delito, que cada una de vuestras frases sea un crimen, escribid cada grafía esperando recibir por ella la más dura de las condenas judiciales, que cada gota de tinta que emane de vuestra pluma sea digna de acabar en prisión.

Para aquellos que estén sedientos de actos es para los que ofrecemos nuestra propia alternativa, si alguien vuelve a interrogaros sobre “¿qué hacer?” ya no os quedareis mudos de respuestas… es hora de dar el penúltimo Mazazo del Iconoclasta.

Como sujetos dotados de sensibilidad os repugna la violencia física contra las personas; muy bien, ¿pero qué os impide lanzar toda esa violencia contra la “materia inerte”?, los iconoclastas originales levantaban sus mazos contra todas las imágenes que eran merecedoras de culto entre la población; hoy la cosa no ha cambiado en demasía, también se trata de canalizar nuestra furia contra todos los nuevos fetiches de esta civilización. Armemos nuestro odio y carguémoslo contra todos los símbolos existentes hasta convertirlos en meras ruinas, ¿los métodos? Desde los más sencillos a los más complejos, ¿qué importa el “cómo” mientras no se ponga en peligro la existencia de nadie? Tan solo hemos de elegir el objetivo, y destruir, de una vez para siempre, todas las efigies y deidades que sean dignas de idolatría y admiración en esta corrompida sociedad actual. Acabemos con los objetos que exigen su pleitesía y así no tendrán a quién regalarle sus reverencias, obediencia y sumisión, acabemos con el receptáculo de sus alabanzas y pondremos fin a su superchería y humilde constricción, y si los reconstruyen, volvamos a volatilizarlos, hasta que no les quede nada ni nadie a los que venerar.

Es la vieja máxima proudhoniana: “Demoliendo, edificaremos”.

Destruyamos de manera compulsiva, liberados al fin de la moral burguesa y sus idearios; eso si, sin arriesgarnos, sin comprometernos, pues es mucho más cómodo ir la cárcel por escribir estas andanadas que por llevarlas a la práctica, pero que nada nos limite, que no tengamos ni un solo reparo en destruir todos y cada uno de los iconos que se han convertido en el ornamento del sistema, destruyamos sin paliativos; y que solo nuestros sentimientos sean capaces de derretir la cera que mantiene unidas nuestras alas.

Será entonces cuando podremos reproducir lo que nos auspiciaba Bakunin, pues: “Algún día el yunque, cansado de ser yunque, pasará a ser martillo”.

 

El Hombre Guillotina

 

El anarquista individualista en la revolución social

1

El individualismo anarquista tal como lo entendemos -y lo digo porque un puñado sustancial de amigos piensan esto como yo- es hostil a toda escuela y a todo partido, a toda moral eclesiástica y dogmática, así como cada imbecilidad más o menos académica. ¡Toda forma de disciplina, gobierno y pedantería es repulsiva para la nobleza sincera de nuestra vagabunda y rebelde inquietud!

El individualismo es, para nosotros, fuerza creativa, juventud inmortal, belleza exaltante, guerra redentora y fructífera. Es la maravillosa apoteosis de la carne y la trágica epopeya del espíritu. Nuestra lógica es la de no tener ninguna. ¡Nuestro ideal es la negación categórica de todos los otros ideales para el mayor y supremo triunfo de la vida actual, real, instintiva, temeraria y alegre! Para nosotros, la perfección no es un sueño, un ideal, un enigma, un misterio, una esfinge, sino una realidad vigorosa y poderosa, luminosa y palpitante. Todos los seres humanos son perfectos en sí mismos. Todo lo que les falta es el heroico coraje de su perfección. Desde el momento en que los seres humanos creyeron por primera vez que la vida era un deber, un llamado, una misión, ha significado vergüenza por su poder de ser, y al seguir fantasmas, se han negado a sí mismos y se han distanciado de lo real. Cuando Cristo dijo a los seres humanos: «¡sean ustedes mismos, la perfección está en ustedes!» lanzó una excelente frase que es la síntesis suprema de la vida.

Es inútil que los fanáticos, los teólogos y los filósofos hagan todo lo posible con sofismas engañosos y dialécticos para dar una interpretación falsa de las palabras de Cristo. Pero cuando Cristo habla de esta manera a los seres humanos, rechaza todo su llamado a la renuncia, a una misión y a la fe, y todo el resto de su doctrina se derrumba miserablemente en el barro, derribado por él mismo. Y aquí, y solo aquí, está la gran tragedia de Cristo. Dejen que los seres humanos abran sus ojos brumosos en el sol cegador de esta verdad, y se encontrarán cara a cara con su redención verdadera y risueña.

Esta es la parte ética del individualismo, ni románticamente mística ni idealisticamente monástica, ni moral ni inmoral, sino amoral, salvaje, furiosa y guerrera, que mantiene sus raíces luminosas voluptuosamente arraigadas en el perianto fosforescente de la naturaleza pagana, y su follaje verde descansando en la boca morada de la vida virgen.

2

A toda forma de sociedad humana que intente imponer renuncias y penas artificiales sobre nuestro yo anárquico y rebelde, sediento de expansión libre y exultante, responderemos con un aullido de dinamita rugiente y sacrílega.

A todos esos demagogos de la política y de la filosofía que llevan en sus bolsillos un hermoso sistema creado al hipotecar un rincón del futuro, respondemos con Bakunin: ¡Torpes y débiles! Todos los deberes que les gustaría imponernos los pisotearemos furiosamente bajo nuestros pies sacrílegos. Cada fantasma sombrío que colocarían ante nuestros ojos, ávidos de luz, los destrozaremos furiosos con nuestras manos atrevidas y profanas. Cristo se avergonzó de su propia doctrina y la rompió primero. Friedrich Nietzsche temía a su superhombre y lo hizo morir en medio de sus agonizantes animales, implorando piedad al hombre superior. Pero no tenemos miedo ni nos avergonzamos del ser humano liberado.

Exaltamos a Prometeo, el ladrón sacrílego que robó la chispa eterna del cielo de Jove para animar al hombre de barro, y glorificamos a Hércules, el héroe poderoso y liberador.

3

La naturaleza pagana ha colocado un Prometeo en la mente de cada ser humano mortal, y un Hércules en el cerebro de cada pensador. Pero la moral, esa repugnante hechicera de los filósofos, los pueblos y la humanidad, ha glorificado y santificado al buitre exaltándolo como justicia divina, y la justicia divina, que Comte humanizó, ha condenado al Héroe.

El labrador y el pensador han temblado antes de que fantasma y coraje se hayan derrotado bajo el enorme peso del miedo. Pero el individualismo anarquista es una antorcha brillante y fatal que arroja luz a la oscuridad en el reino del miedo y pone en fuga los fantasmas de la justicia divina que Comte humanizó.

El individualismo es la canción libre y sin restricciones que vuelve a conectar al individuo al pandinamismo eterno y universal, que no es ni moral ni inmoral, pero eso es todo: ¡Naturaleza y Vida! ¿Qué es la vida? Profundidades y cimas, instinto y razón, luz y oscuridad, barro y belleza, alegría y tristeza. Negación del pasado, dominación del presente, nostalgia y anhelo del futuro. La vida es todo esto. Y todo esto también es individualismo.

¿Quién busca escapar de la vida? ¿Quién se atreve a negarla?

4

La Revolución Social es el despertar repentino de Prometeo después de una caída en un desmayo causado por el buitre asqueroso que le destroza el corazón. Es un intento de autoliberación. Pero las cadenas con las que el siniestro dios Jove lo hizo encadenar en el Cáucaso por el repugnante sirviente Vulcano no puede romperse excepto por el héroe rebelde Titánico, hijo del mismo Jove (1).

Los niños rebeldes de esta humanidad pútrida que ha encadenado a los seres humanos en el lodo dogmático de las supersticiones sociales nunca perderán el golpe de nuestro tremenda hacha sobre los oxidados eslabones de esta odiosa cadena.

Sí, los individualistas anarquistas estamos a favor de la Revolución Social, pero a nuestro modo, ¡se entiende!

5

La revuelta del individuo contra la sociedad no está dada por la de las masas contra los gobiernos. Incluso cuando las masas se someten a los gobiernos, viviendo en la paz sagrada y vergonzosa de su renuncia, el individuo anarquista vive en contra de la sociedad porque está en una guerra interminable e irreconciliable con ella, pero cuando, en un momento histórico, llega junto con las masas en rebelión, levanta su bandera negra con ella y arroja su dinamita con ella.

El anarquista individualista está en la Revolución Social, no como un demagogo, sino como un elemento incitante, no como un apóstol, sino como una fuerza viviente, efectiva y destructiva… Todas las revoluciones pasadas fueron, al final, burguesas y conservadoras. Lo que destella en el horizonte rojo de nuestro tiempo magníficamente trágico tendrá como objetivo el feroz humanismo socialista. Nosotros, los individualistas anárquicos, entraremos en la revolución por nuestra exclusiva necesidad de prender fuego e incitar a los espíritus. Para asegurarnos de que, como dice Stirner, no se trata de una nueva revolución, sino de un crimen inmenso, orgulloso, imprudente, desvergonzado y sin conciencia que retumba con los truenos en el horizonte, y debajo del cual el cielo, hinchado de premonición, se vuelve oscuro y silencioso (2). Como Ibsen, reconozco que solo hay una revolución -que fue verdaderamente radical- … ¡Me refiero al antiguo Diluvio! Esa solamente fue seria. Pero incluso entonces, el diablo perdió lo que le correspondía: Noé asumió la dictadura. Hagamos esta revolución nuevamente, pero más a fondo. Requiere hombres reales y oradores. Entonces, si traes las aguas rugientes, te proporcionaré el barril de pólvora para volar el arca.

Ahora, dado que la dictadura será -¡ay!- inevitable en la sombría revolución global que envía su  resplandor desde el este sobre nuestra negra cobardía, la tarea final de los individualistas anárquicos será volar el arca final con bombas explosivas, y al dictador final con tiros de Browning. Con la nueva sociedad establecida, ¡volveremos a sus márgenes para vivir peligrosamente como nobles criminales y audaces pecadores! Porque el individualista anárquico todavía significa renovación eterna, en el campo del arte, el pensamiento y la acción.

El individualismo anarquista todavía significa revuelta eterna contra el dolor eterno, la búsqueda eterna de nuevas fuentes de vida, alegría y belleza. Y seguiremos estando así en la anarquía.

Renzo Novatore

Escrito bajo el seudónimo de Mario Ferrento. Il Libertario vol. VXII, # 738, 739. 6 y 13 de noviembre de 1919.


Notas:

  1. En la mitología griega, el Káukasos era uno de los pilares que sostienen al mundo. Se afirma también que Prometeo fue encadenado a estas montañas por Zeus. Jove es otra forma de llamar a Júpiter, principal dios de la mitología romana, equivalente a Zeus en la mitología griega. (N.T)
  2. Acá Novatore parafrasea nuevamente a Max Stirner: Es por el crimen donde el egoísta se ha afirmado siempre y a derribado con su mano sacrílega a los santos ídolos de sus pedestales. Romper con lo sagrado, o mejor aún, romper lo sagrado, puede hacerse general. ¿A caso la revolución no es un crimen, un crimen potente, orgulloso, sin respeto, sin vergüenza, sin consciencia? ¿no se ve que retumba, como un trueno en el horizonte y que el cielo, henchido de pensamientos, se oscurece y calla? – El Único y Su Propiedad, editorial Reconstruir (Utopía Libertaria) –

Extraído del folleto “AsociAc(c)ión Ilícita. Viejos textos sobre ilegalidad desde perspectivas individuales y anárquicas”.

INTIMIDAD CRIMINAL

 

Porque la noche pertenece a los amantes. Porque la noche nos pertenece.

Patti Smith

 

SOBRE LO MUERTO

Para vivir en esta cultura unx tiene que permanecer muertx, vacíx. El estar sin vida es el afecto y la aspiración de la membresía social dominante. Una relación social en que la vida se reduce al intercambio del capital. No hay escape, se encuentra en cada persona caminando por la calle esquivando la mirada de la otra, en los intercambios de servicios, en las naves del gran almacén y en las bancas de la iglesia. En el capital, en la heteronorma, en las leyes, en la moralidad. La lógica de la muerte es la totalidad.

El tabú de nuestros deseos se reitera una y otra vez. El poder y el control están escritos en nuestros cuerpos. ¿Qué es la pasión, el deseo, la aventura, el goce? Qué, sino solamente frases pegadizas para anunciantes. Nuestro amor, nuestros deseos y hasta nuestros propios cuerpos están inscritos en esta cultura. El capital está tatuado en nuestros cuerpos. No nos atrevemos a soñar. Honestamente, cómo podríamos querer otra cosa.

Son agentes y fuerzas del biopoder; las botas de quienes nos golpean, las cámaras de vigilancia en el panóptico con sus malditas luces azules, las sirenas y pistolas de la policía, las campañas a favor del matrimonio gay y por los derechos de los soldados homosexuales, los persistentes horrores de la monogamia, y los maniquíes de figuras tan perfectas, ad nauseam (rectos, de pie como en retenes) garantizando la imposibilidad de cualquier alternativa. La vida, reventada, no es nada más que la supervivencia pura, banal, fría, y paralizada. No hay un hecho más claro: el hetero-capitalismo, esta cultura, esta totalidad quiere acabar con nosotros.

TOMANDO Y COMPARTIENDO: OBTENIENDO LO NUESTRO

La maquinaria de control ha ilegalizado hasta nuestras propias existencias. Hemos aguantado la criminalización y crucifixión de nuestros cuerpos, nuestro sexo, nuestros géneros rebeldes. Nos han detenido en redadas, y quemado por ser brujxs. Hemos ocupado el lugar de los desviados, de las putas, de los pervertidos, y las repugnantes. Esta cultura nos ha vuelto criminales, y por supuesto, hemos dedicado nuestras vidas al crimen. Descubrimos los placeres de la vida criminal criminalizando nuestros placeres ¡Cuando nos ilegalizaron por ser quienes somos descubrimos que somos unos pinches bandidxs!

Muchos culpan a lxs queers por la decadencia de esta sociedad (eso nos llena de orgullo). Otros piensan que deseamos destrozar la civilización y su tejido moral, tienen toda la razón. ¡A menudo nos llaman depravadxs, decadentes y asquerosxs, pero ni siquiera hemos empezado!

Seamos explícitos: Somos criminales queer-anarquistas, y este mundo no es suficiente para nosotrxs y nunca lo será. Queremos aniquilar la moralidad burguesa y dejar este mundo en ruinas. Venimos para destruir lo que nos destruye.

Debemos hablar de la revuelta. Estamos averiguando las raíces de nuestra criminalidad queer y trazando el deceso de la orden social. ¡Ahhh! que sabrosos alimentos. Lesbianas piratas navegando como tormentas por la mar, amotinadxs queer quemando coches policiales, orgías en la decadencia del industrialismo, ladronxs luciendo triángulos rosas, redes de apoyo mutuo entre putxs, ladrones, y pandillas de maricas que madrean agresores. Nos han asegurado que cada día podría ser el último, así que hemos decidido vivir como si cada uno fuera el final. Entonces, comprendimos que los días de esta existencia están contados.

Desarrollamos una manera de jugar con la revuelta. Experimentamos con la autonomía, el poder, y la fuerza. No hemos comprado nada de lo que llevamos puesto, y rara vez pagamos por nuestra comida. Robamos en el trabajo y taloneamos para seguir viviendo. Compartimos consejos de estafas mientras chismeamos y nos acariciamos sensualmente. Saqueamos las tiendas hasta cansarnos, pero nos gusta compartir el botín. Por la noche echamos desmadre en la calle y llegamos saltando a la casa. Siempre estamos desarrollando estructuras informales de apoyo, y siempre apoyaremos a nuestrxs amigxs. En orgías, en disturbios, y en atracos, intentamos articular la colectividad de estas rupturas, a la vez que las profundizamos.

SOBRE LA INTIMIDAD CRIMINAL. CREANDO UN MUNDO POR VENIR.

La sensaciones eléctricas y extáticas que causa el crimen son innegables. Hemos sentido el dulce torrente de adrenalina al escapar de un guardia de seguridad, o cuando cogemos en el autobús. La única oportunidad de vivir aparece al golpear las estructuras del capital. De hecho, el crimen nos motiva a levantarnos de la cama cada mañana.

Nosotras, la gente queer y lxs insurgentes hemos desarrollado lo que se llamaría una intimidad criminal. Estamos explorando la solidaridad material y afectiva fomentada entre rebeldes y bandidxs. Con cada ley que quebramos juntxs, descubrimos ilegalmente la belleza entre nosotros mismos. Al revelar nuestros deseos a nuestrxs compañerxs criminales, llegamos a conocernos el uno al otro de una manera tan íntima que jamás podría ofrecernos la legalidad. Nuestros deseos producen el conflicto con el capital. Quizá el conflicto sea un escape al debilitamiento de nuestras vidas. El discurso de nuestra pandilla es el conflicto.

La potencia que manifiestan nuestros delitos no se encuentra en el daño causado a nuestros enemigos, ni en el mejoramiento de nuestras condiciones materiales (aunque, claro que nos agradan ambos). Nuestro fuerza se encuentra en las relaciones y la resolución que ejercemos. Las posibilidades de nuestras afinidades amplían el goce y el ataque, cuando nos quitamos las máscaras y compartimos nuestros proyectiles. En estas posibilidades aprendemos cómo podríamos hacer escombros este mundo.

Debemos ser cuerpos sin órganos. Cada persona está llena de potencialidades; nuestros deseos, el afecto, la fuerza, y las costumbres tienen posibilidades infinitas. Debemos de experimentar cómo es que nuestros cuerpos interactúan con otros para encarnar y activar estas posibilidades. Juntos cometemos delitos para nuestro devenir criminal. Nuestra intención no es ofrecer lo ‘criminal’ y lo ‘queer’ como identidades o categorías. La criminalidad y lo queer son instrumentos para luchar contra la identidad y las categorías, son nuestras líneas de fuga. Estamos en conflicto con todo lo que intenta limitar cada uno de nuestros deseos. Podemos ser cualquiera y lo único que tenemos en común es el odio hacia todo lo existente. Nuestros deseos rebeldes nunca podrán ser asimiladas por el Estado.

Los conservadores invocan la imagen de una ‘guerra cultural’ entre la sociedad por un lado y lxs queers por el otro. Nosotrxs rechazamos este tipo de guerra. Nuestra guerra es una guerra social. Sí, el nexo de la dominación y el sistema de clases se encuentra por todos lados, pero nuestro entorno también está lleno de rupturas y puntos de conflicto contra esta sociedad. Nuestro hablar sucio y nuestros susurros nocturnos son una lengua propia y secreta. Este lenguaje de ladronxs y amantes es ajeno a la sociedad, sin embargo es el sonido más bello para lxs rebeldes. Nos revela nuestro potencial para construir mundos. Porque el conflicto es un espacio en donde nuestras posibilidades pueden florecer. Estamos construyendo un mundo nuevo, amotinado, orgiástico, y quebrantado mediante la organización de un universo secreto de abundancia compartida y posibilidad explosiva.

Queer Ultraviolence.

Bash Back!