“Cualquier sociedad construida tendrá límites. Fuera de los límites de cualquier sociedad los insumisos y heroicos vagabundos deambularán con sus pensamientos salvajes y vírgenes…proyectando nuevos y terribles estallidos de rebelión”

Renzo Novatore

 

Siento que es imposible que exista alguna sociedad en la que pueda encajar, pues sin importar la forma que adopte la sociedad, yo seré un rebelde. A veces, esto me llena de la alegría de los “insumisos y heroicos vagabundos” que refiere Renzo Novatore, pero a menudo también me hace sentir bastante solo y aislado.

Ahora vivo en una “sociedad”, en una situación en la que los roles son usados para reproducir las relaciones sociales. ¿Será que la forma en que nos relacionamos cuando estamos por fuera de la armadura social también reproduce las relaciones sociales? Yo avizoro un mundo en el cual podamos vivir nuestras vidas plenamente, como seres únicos y salvajes, moviéndonos libremente por dentro y por fuera de las relaciones con los demás, tanto como nuestros deseos nos motiven. Nunca construyendo estructuras para formalizar relaciones, lo cual es la “sociedad”. Únicamente en un mundo de ese tipo es en el que imagino podré sentirme en casa. Pero en realidad no sé cómo podría ser creado ese mundo.

Muchos de mis amigos no estarán de acuerdo en mi perspectiva sobre la sociedad, pero todas estamos de acuerdo en que queremos crear formas de relacionarnos que sean radicalmente diferentes a lo que nos ofrece la sociedad autoritaria y capitalista del presente. Todos nosotros, parece, tenemos la  incertidumbre sobre cómo podemos destruir ésta sociedad, además de aprender a relacionarnos libremente. Es claro que necesitamos examinar lo que consideramos nuestra práctica radical.

He escrito artículos y volantes. No tengo ilusiones sobre la naturaleza radical de estos proyectos. Estos perpetúan ciertos tipos de relaciones sociales alienadas, y estoy plenamente consciente de ello. Pero escribo con la esperanza de inspirar algo mas allá. Espero que la singularidad de mis escritos alcance a otro individuo único, permitiéndonos romper la pared de las palabras escritas y tal vez encontrar y crear proyectos juntos. Esto no ha pasa a menudo, de todas formas, la relación social de la palabra impresa se mantiene intacta.

En las circunstancias actuales, el fraude y el robo son formas de sobrevivencia, en cierto modo, radicales. Estas pueden envolver elementos de juego y aventura que no se encuentran en los trabajos ordinarios, pero son básicamente formas para desarrollarnos por nosotras mismas en la sociedad, y, en cierto sentido, sería un trabajo. De todas formas, a pequeña escala, el robo ayuda a sabotear la mercancía, debido a que se toma algo sin pagar por ello. Pero la necesidad de hacerlo en secreto limita los elementos para la critica radical. Lo más radical del fraude y el robo (así como en las okupas lo es el buscar cosas en la basura o recoger desechos de la agricultura) es que reducen drásticamente nuestra necesidad de trabajar y liberan nuestro tiempo para realizar cosas que valgan la pena. Pero por sí mismas, son sólo tácticas de sobrevivencia.

El vandalismo y el sabotaje atentan contra la propiedad y, por tanto, contra la sociedad. Pero, como la mayoría de la gente los emplea, son sólo ataques limitados. A lo más, tan solo reacciones de actos particularmente ofensivos de la autoridad. La extensión de la critica puede ser fácilmente silenciada por su adherencia a algún tema particular, recuperándolo para la sociedad. De todas formas el vandalismo y el sabotaje son ataques activos contra la sociedad, que en algunas ocasiones pueden dañar efectivamente algunos de los proyectos del Capital. Aunque la mayoría de las veces sólo expresen el lado destructivo de la rebelión anárquica.

Todas éstas actividades valen la pena como parte de nuestra rebelión en contra de la sociedad, pero todas son limitadas. Ninguna de ellas nos lleva más allá del contexto societario. Cada una de estas actividades son, al menos parcialmente, creadas por la sociedad como reacción en su contra. Estas no nos liberan de la sociedad, ni amplían lo que es único en nosotras. Tan solo nos colocan al filo de ella (que ciertamente es el lugar mas libre y disfrutable que puede haber dentro de la sociedad), y eso no es suficiente para aquellos de nosotros que queremos vivir nuestras vidas hasta el límite.

“No a las márgenes que colapsan.

No a los márgenes que caen.

Pero al centro está…creciendo”

En tanto creamos nuevas formas de relacionarnos (formas que acrecientan nuestra individualidad única, no los roles sociales) es necesario no solamente reaccionar contra la sociedad, al hacer de la marginalidad el objetivo central de nuestro actuar. Lo que nos es único debe ser central en nuestra actividad; los deseos propios, las pasiones, las relaciones, y experiencias. Esto implica una concepción radicalmente diferente de la revolución, que algunos comunistas y anarquistas ortodoxos centran en “las masas”. Ni la clase trabajadora, ni la actividad humana común puede crear la revolución de la que estoy hablando. La rebelión del individuo en contra de los obstáculos de la sociedad (en contra de los procesos de domesticación) son la base desde la cual el proyecto revolucionario tiene que crecer. Cuando los actos de rebelión de un número de individuos coinciden y pueden abrazarse entre ellos, entonces es posible que estos individuos conscientemente actúen juntos, de ésta forma son semillas de una revolución que puede liberarnos como individuos únicos y salvajes, de espíritu libre. Pero ¿qué significa esto a nivel práctico?

El ser nosotras mismas el centro de nuestro actuar significa relacionarnos con la sociedad, y el relacionarnos los unos con los otros en nuevas formas. Cuando comenzamos a vivir en términos de nuestros deseos y experiencias propias, de nuestras pasiones y relaciones, nos encontramos con nosotras mismas en permanente conflicto con la sociedad. En tanto la sociedad depende de la estructura y el orden, y lo que nos es único a nosotros es caótico e impredecible, entonces tenemos ventaja en esta lucha. Podemos estudiar a la sociedad, aprender algo sobre como funciona y como se protege a si misma -evitando el caer en roles sociales y patrones predecibles- nuestras acciones parecerán venir de ningún lado, aunque causen estragos en nuestros enemigos. Negándonos a cumplir con los roles sociales establecidos, rechazando el tener que pagar por las cosas o trabajar para sobrevivir, no aceptando reglas de etiqueta, ni protocolos, es un buen comienzo. Bromas espontáneas (o aparentemente espontáneas) y representaciones radicales -no atribuidas a payasos, compañías teatrales u otras entidades sociales- pueden exponer la naturaleza de la sociedad e inclusive crear una situación en la cual la vida libre y la mera existencia ofrecida no pueda ocultarse. Acciones de expropiación, vandalismo, y sabotaje salidas de nuestros propios deseos, en vez de ser una mera reacción de atrocidades sociales, serán mas impredecibles y mas frecuentes. Nuestra violencia contra la sociedad chocará como un trueno, impredecible, con la intensidad de nuestro deseo de vivir nuestras vidas plenamente.

Pero para poder pelear inteligentemente contra la sociedad se requieren conocimientos y habilidades. La sociedad, al ponernos dentro de roles sociales, limita nuestros conocimientos y habilidades, por eso necesitamos compartir ésta información. Libros y artículos pueden ser de ayuda, aunque estos están abiertos al escrutinio publico, incluyendo el de las autoridades. Lo que hace que nuestras actividades sean predecibles, y a nosotras nos deja más vulnerables. Por tanto, es necesario crear vías para compartir el conocimiento generado de nuestras relaciones actuales como individuos únicos.

Esta necesidad por compartir habilidades coincide con nuestro deseo de vivir la vida plenamente, y el disfrutarnos las unas a los otros como seres únicos y salvajes, haciendo de la exploración de nuevas vías de relacionarnos una necesidad inmediata -no algo que deba postergarse hasta “después de la revolución”. Cada uno de nosotros es único e impredecible. Habiendo sido educados, toda nuestra vida, para relacionarnos dentro de roles sociales, en vez de hacerlo como lo que somos en realidad; seres únicos. Debemos apoyarnos en nuestra imaginación para crear nuevas formas de relacionarnos, no basándonos en moldes preestablecidos ¿podría ser de alguna otra forma, cuando no queremos crear nuevos roles sociales? Las ideas que comparto son tentativas, un llamado a explorar dimensiones desconocidas, invitación para aventurarnos en tanto cumplan nuestros deseos y nos expandan como individuos únicos. En sí, no hay nada revolucionario en éstas exploraciones. Se convierten en revolucionarias solo en conjunción con la resistencia consiente y activa respecto a la sociedad -el reconocer que nuestra unicidad y libertad como individuos está en conflicto con esa sociedad, y que debemos destruirla para liberarnos plenamente.

En años recientes, he reflexionado mucho sobre cómo explorar nuevas vías para relacionarnos. Estas exploraciones necesitarían estar basadas en los deseos únicos de cada individuo y cubrirse con la confianza mutua. En un comienzo mis pensamientos estuvieron centrados, principalmente, en algún tipo de sitio rural/natural que correspondiera con una vida relacionada a proyectos de espontaneidad, sin implicaciones con la economía, y que involucraran resistencia a la domesticación y a la autoridad. Entre más pienso en esto, me parece que dicho proyecto comprometería mis auténticos deseos -y muy probablemente recrearía la sociedad, a pequeña escala, con individuos repitiendo roles sociales, en lugar de entablar relaciones sobre la base de la unicidad.

Cuando la gente se reune teniendo como base los deseos únicos de cada cual, además la confianza mutua, su unión será, por su naturaleza, muy transitoria. Los individuos vendrán y se irán tal como lo deseen, y participaran en la forma que ellos quieran. Esto hace que la situación establecida sea temporal. Recientemente, me he dedicado a vagabundear. Disfrutaría el compartir ésta vida junto con amigos y amantes que quisieran también vagar. Seriamos un festival ambulante de rebelión y sorpresas. Digo un festival, y no una tribu o una banda, debido a que lo único constante sería el compromiso de cada individuo por vivir plenamente, y luchando contra lo que lo impida; individuos por sí mismos llegando y retirándose a voluntad. Las actividades de sobrevivencia pueden incluir la recolección en la naturaleza, el robo, los fraudes, el compartir regalos con amigos y el aceptar regalos de gente que aprecie cualquier actuación callejera -expresiones publicas de nuestro comportamiento lúdico y creativo- que hagamos. Podemos compartir habilidades y conocimientos con amigos que visitemos, creando una red informal para diseminar el conocimiento y las habilidades entre aquellos en los que confiamos. Los actos de vandalismo, sabotaje y otros ataques contra la sociedad serán mas sencillos en tanto no permanezcamos en esos lugares, adquiriendo un aspecto de invisibilidad. En éste vagar, esperaría pasar mucho tiempo en lugares salvajes. Quisiera explorarlos y llegar a conocerlos bien. Los lugares salvajes son ideales para destruir ésta sociedad. Estos encuentros podrían proveernos de otros medios para compartir conocimientos y habilidades, así como el ser mucho más divertidos.

Tal como expuse arriba, por sí mismas, estas ideas no son revolucionarias. Vagabundos, gente rara, personas del arcoiris y otras más han vagado, pero sin la consciencia de la guerra de la sociedad contra el individuo de espíritu libre. Estamos en guerra, pero no estamos peleando por el Poder. No necesitamos construir ejércitos para derrotar a los poderes que existen; necesitamos hacernos salvajes, de espíritu libre, individuos únicos cuya violencia salga del deseo por vivir la vida sin límites, y así derrotar al Poder. Los festivales ambulantes de espíritus libres pueden incorporar esta actividad destructiva, posiblemente con más fácilidad que grupos mayor organizados y previamente definidos.

Ya he afirmado que éstas son sugerencias tentativas, ideas a ser tratadas y probadas. Estoy cansado de sentirme aislado por rechazar sacrificarme a los roles sociales. Quiero explorar nuevas formas de relacionarme que vayan más allá de esos roles, y que refuercen la unicidad de cada uno de nosotros. Pero mas que eso, quiero explorar activamente estas ideas en la practica y compartir estas exploraciones con personas amigas y amantes. En tanto podamos parar de estar en los márgenes de la sociedad y, cada uno, como seres únicos y salvajes, convertirnos en el centro de un proyecto insurreccional que pueda destruir a la civilización y crear un mundo en el cual podamos vivir libremente, relacionarnos para crear tal como nuestros deseos únicos nos muevan. Nos convertiremos, para citar a Renzo Novatore, otra vez, “en una sombra eclipsando cualquier tipo de sociedad que pueda existir bajo el sol”.

 

Feral Faun